Cebollitas francesas glaseadas

A todo buen plato de carne o pescado le hace falta una guarnición para paliar la soledad, que el plato a veces es muy grande y las proteínas se nos ponen tristonas y desangeladas. Las cebollitas francesas glaseadas son un clásico de la cocina francesa. La receta original lleva mantequilla, sal y azúcar, pero al cocinarlas en slow cooker –que potencia los sabores– ocurre el milagro y tan solo necesitamos las susodichas cebollitas y aceite de oliva.

El tiempo largo, la condensación de los jugos de la cebolla y la temperatura, se encargan de estimular al bueno de Maillard para conseguir unas cebollas brillantes, doradas y con una salsa caramelizada para chuparse los dedos. El tiempo de cocción es orientativo y depende del tamaño de las cebollitas y la potencia de cada slow cooker.

En España se encuentran cebollitas de guarnición con un calibre bastante grande –en Francia las hay muy pequeñas, una verdadera delicia– que se ajustan al tiempo recomendando en la receta. El paso del salteado es muy conveniente para que se doren ligeramente y mejoren en sabor, aunque si lo tuyo es el #topadentro puedes intentar hacerlas en un solo paso dejando la sartén quietecita en su sitio. ¿Vamos a por esta receta de cebollitas francesas glaseadas en slow cooker?

Cómo hacer cebollitas francesas glaseadas en slow cooker

(*) Canciones para pelar cebollas:

No woman no cry (Bob Marley)

Cry baby (Janis Joplin)

Los chicos no lloran (Miguel Bosé)

Nanas de la cebolla (Joan Manuel Serrat)

Oda a la cebolla (Los Chefferson)

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Salsa al curry

Recetas de salsa al curry hay muchas: esta que nos ocupa hoy está hecha con una buena proporción de fruta, verdura y hojas frescas. Es una salsa apta tanto para cocina vegetariana –incluso puedes usarla en tu dieta vegana si sustituyes la mantequilla por una grasa vegetal– como para una dieta omnívora acompañando carnes, pescados, verduras o platos de arroz u otros cereales.

Encontrar los ingredientes no debería tener demasiada complicación: el curry en polvo lo puedes ver en cualquier lineal de supermercado, y la leche de coco cada vez es más común en las despensas. No confundas la leche de coco con la bebida de coco: son productos completamente distintos que puedes diferencias sin problema.

La leche de coco o coconut milk, suele venir en latas de aproximadamente 400 ml y su aspecto es cremoso, denso y blanco. Puede que al abrir la lata observes que tiene una parte sólida y otra acuosa: está en perfecto estado y solo hay que remover para que se mezclen las dos partes. La bebida de coco se suele vender generalmente en bricks de un litro y es una bebida completamente líquida. No es un buen sustituto para la leche de coco, porque no obtendrás la cremosidad que necesita la salsa.

Cómo hacer salsa al curry en slow cooker

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Granola

Con tanta tapa y tanta condensación parece mentira que en slow cooker se puedan hacer cosas tan crujientes como la granola. Se ha convertido en la reina del desayuno estos días, y el bote en el que la guardamos en casa está empezando a menguar peligrosamente. La tomamos con yogur, con leche, y tenemos que contenernos para no comerla a puñados, que hay que controlar un poco lo que una se mete entre pecho y esplada.

Esta receta sirve de base para poder diseñar tu granola preferida. Si varias la receta, puedes añadir más frutas rojas deshidratadas u otras variedades de frutos secos, como la papaya o el mango, pero es bueno que mantengas siempre una buena base de avena. Ten siempre la precaución de añadir las ciruelas, uvas pasas o frutas secas siempre al final: la cocción las convierte en perdigones difíciles de comer tras el enfriado y reposo.

Se hace en poco tiempo –¿qué son dos horas para un crokpotero– y es un alimento nutritivo y energético, por lo que resulta muy adecuado tomarlo en el desayuno complementado con lácteos y fruta fresca entera. ¿Te animas con esta receta de granola en crock pot?

Cómo hacer granola en slow cooker

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Tajine de cordero

Me perdonen los de la Asociación en Defensa del Tajín, que puede que no les guste que le llame tajine a un guiso hecho en slow cooker, pero cosas peores se han visto. El tajine toma su nombre del tajín o tayín, un recipiente de barro cocido con una característica tapa cónica utilizado en la cocina de algunos países del norte de África.

La forma del tajín permite cocinar los guisos con muy poca agua –como en slow cooker, amiguitos–, porque el vapor se condensa en la parte alta de su tapa y vuelve a caer sobre los alimentos. Al igual que en la olla lenta, los guisos se cocinan con muy poco líquido en sus propios jugos. Esta era una razón de peso para hacer un tajine de cordero en slow cooker, con la seguridad de que iba a quedar de diez. Y así fue.

Utilicé la carne de una pata de cordero que deshuesé y troceé en casa. Esto de deshuesar y trocear es una manía mía, ya que alguna vez que he pedido una pata de cordero troceada para un guiso, en la carnicería la han cortado a machetazos, dejando una buena cantidad de esquirlas de hueso entre la carne. Como me da más trabajo hacer una cata de huesecillos que deshuesar una pata, escojo esta última opción. Si no se te da bien el deshuesado, puedes pedir en la carnicería que te la deshuesen sin dar más explicaciones; luego, en casa, ya solo tienes que trocear como si fuera para un ragú. Si utilizas carne del cuello el proceso será más simple y el resultado será igualmente bueno.

En cuanto a las frutas y frutos secos que se utilizan en la receta, puedes tener algo de flexibilidad: usa almendras, anacardos u otros frutos secos de similar calibre, pero siempre crudos, para poder freírlos y que no aporten un exceso de sal. Lo mismo con las frutas secas: usa dátiles, orejones, ciruelas pasas o similares en la proporción que quieras; las tres, dos o una sola, tú eliges.

Cómo hacer tajine de cordero en slow cooker

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Piruletas de chocolate

Pero ¿cómo? ¿Que han pasado ya casi dos meses sin publicar una receta con chocolate fundido? Con lo que me gusta trastear con el calor suavecito de los slow cooker mini para fundir chocolate y hacer golosinas... hay que ver. Hoy toca hacer unas piruletas de chocolate para regalar a los más pequeños o a los más caprichosos de la casa, aunque sean grandes.

Con esta receta te puedes complicar la vida lo que quieras: o hacer las piruletas según se funde el chocolate o atemperarlo para un mejor resultado. Si las haces sin atemperar, quedarán bien durante unos pocos días, pero al poco tiempo pueden cubrirse de una capa blanquecina. Si atemperas el chocolate, las piruletas se conservarán mejor y la superficie quedará brillante.

Para hacer las piruletas de chocolate necesitas unos moldes adecuados: alargados y con una pequeña hendidura en una extremo que permita colocar un palito. Estos palitos suelen venir junto con los moldes o se pueden comprar aparte.

Cómo hacer piruletas de chocolate en slow cooker

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Piruletas de chocolate

Tiempo de preparación30

Tiempo de cocción40

Tiempo total1 10

Función: ALTA

Servings:

Ahora puedes comprar algunos ingredientes de esta receta en el supermercado online DIA a través de los enlaces de los productos.

Mira cómo funciona el servicio

Necesitarás

Moldes de silicona para piruletas
Palitos para piruletas

Ingredientes

▢ 300 g de chocolate de cobertura negro o con leche en gotas

Elaboración

▢
Pon el chocolate en el recipiente del slow cooker y deja que se caliente en ALTA sin tapar durante aproximadamente 30 minutos.
▢
Cuando el chocolate se vaya derritiendo, remueve para que se haga por igual.
▢
Vierte pequeñas porciones de chocolate fundido en los moldes de piruletas y coloca el palito. Deja reposar durante varias horas en un lugar fresco y sobre una superficie bien nivelada.
▢
Cuando las piruletas estén duras, desmolda y guárdalas en un recipiente cerrado.
▢
Si quieres dar un toque más profesional y que se conserven con buen aspecto durante más tiempo, atempera el chocolate siguiendo estos consejos antes de ponerlo en los moldes.

Recomendaciones

Puedes hacer las piruletas con el chocolate que más te guste: blanco, negro o chocolate con leche, o incluso mezclar porciones de varios chocolates para unas piruletas difrentes.

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Mermeladas. Diez recetas para crock pot o slow cooker

Cuatro años haciendo mermeladas dan para mucho, y ya era hora de hacer un artículo recopilatorio de estas maravillas que nos permiten disfrutar de las frutas de temporada untadas en las tostadas del desayuno de los domingos. Esta lista incluye alguna sorpresa que nada tiene que ver ni con fruta ni con verdura pero, para verla, tendrás que investigar un poco. Recuerda usar siempre fruta muy madura y de temporada, que tenga sabor a tope y buen precio.

Diez recetas de mermeladas para cocinar en slow cooker

Mermelada de cerezas. Merece la pena apartar una caja de dos kilos de cerezas en plena temporada para hacer esta mermelada para todo el año. Cuando llega el invierno y casi se nos ha olvidado a qué saben estas esferificaciones naturales y maravillosas, un recordatorio untado en galletas o tostadas nos alegra la vida.

Mermelada de naranja amarga. La mermelada de naranja amarga es para clásicos arriesgados. No hemos rendido aún el merecido homenaje a la persona que decidió utilizar la piel de la naranja para cocinarla con azúcar y convertirla en un contraste magistral. No dejes de tener esta mermelada en tu despensa.

Mermelada de fresa. Otro clásico de las mermeladas es la de fresa. Hecha con las fresas más maduras de la temporada, guarda un sabor excepcional que nos alegra los desayunos y meriendas durante todo el año. ¿Lloras cuando termina la temporada de fresas? Guárdate unas cuantas para tu uso y disfrute.

Mermelada de albaricoque. Siempre lo digo: la de albaricoque es una de mis mermeladas favoritas. No hay vuelta de hoja, mi enamoramiento con el sabor de este dulce no tiene fecha de caducidad. Además de unteque para el desayuno, me chifla como relleno de tartas o bizcochos. ¡Pruébala y me cuentas!

Mermelada de ciruelas y canela. Las mermeladas de frutas emparejadas con especias y aromáticos siempre son un éxito si se combinan bien. La ciruela y la canela vinieron a este mundo para estar juntas: ellas son felices nadando libres en tus tarros de mermelada. ¡A por ella!

Mermelada de melocotón y vainilla. El melocotón y la vainilla es otro de las parejas de hecho que mejor se llevan. Además de emparejarse en postres, resultan tremendos en mermelada. Imagina unos melocotones de los buenos bien maduros y dulces envueltos en el sutil aroma de la vainilla. Pues eso, ¡que hay que probarla!

Mermelada de naranjas sanguinas. Las naranjas sanguinas son una rareza que aparece en los meses más fríos. Su combinación de dulce y ácido y su color rojizo es perfecta para convertirla en mermelada a nada que se descuide. Si no la ves en el mercado, no desesperes que ya llegará: búscala entre enero y febrero y captúrala en una estupenda mermelada.

Mermelada de bacón. ¿Bacón? Pero, ¿qué me estás contando? ¿Mermelada de cerdo? Sí, a mí me pasó lo mismo al principio, pero es que con bacon se puede hacer casi de todo. Esta es una mermelada para acompañar platos salados, como hamburguesas y bocadillos, o para servir con tablas de queso.

Mermelada de naranja y chocolate. Como en esta artículo ya me he retratado como celestina, ahí va otra gran pareja: la naranja y el chocolate, una combinación de éxito que también pinta genial bailando en mermelada.

Mermelada de higos. Esta mermelada sirve igual para una merienda dulce que para un aperitivo salado acompañando unos quesos o patés. Recuerda que la temporada de higos y brevas –se puede hacer con ambos– tiene dos partes: a principios de verano y alrededor del mes de septiembre.

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Patatas gajo

¿Son las patatas gajo una preparación exclusiva del horno? Nooooo y cien veces no. Sin necesidad de moverlas apenas, ni darles la vuelta constantemente para que se hagan por igual, las patatas gajo, ilustre guarnición venida de tugurios en los que se venden hamburguesas a porrillo, se pueden hacer con éxito en slow cooker. Tan solo hay que aplicar un par de truquillos y escoger las patatas adecuadas: que sean aptas para freír, a poder ser de la variedad monalisa.

El primer truco es repartir el aceite con el ajo y las hierbas o especias que vayas a usar utilizando un bol con tapa, para poder cerrarlo y agitar como si fueran las maracas de Machín. Después de ese baile infernal patatero quedan impregnadas por completo. El segundo es así de simple: en lugar de poner las patatas directamente sobre el recipiente, pon una lámina de papel de horno que cubra el fondo y las paredes, y cocina las patatas sobre el papel. Aquí no valen sustitutos: ni una lámina de silicona, ni papel de aluminio, ni film plástico permitirán que las patatas se muevan con la misma soltura como hacen al mover el papel.

El tercer truco de la jornada es poner un paño debajo de la tapa –como cuando hacemos bizcochos en crock pot– para que absorba la humedad y las patatas queden sueltas y no caldosas. Con toda esta sabiduría servida en gajos, tendrás una guarnición hecha sin esfuerzo para tus carnes, pescados o platos vegetarianos. ¿Con qué las vas a acompañar?

Cómo hacer patatas gajo en slow cooker

Patatas gajo

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Flan de huevo

De pequeña me encantaba ver a mi madre quemando azúcar en los moldes de flan. El olor, la magia del azúcar blanco derritiéndose y tomando color oscuro, su mano firme dando la vuelta a los moldes para que se impregnaran de caramelo, eran partes de un rito muchas veces repetido en fin de semana. Porque en mi casa los sábados y domingos había postre casero siempre. Para mí, la palabra flan tiene esas imágenes grabadas a fuego.

La olla de cocción lenta nos permite hacer flanes al baño María sin preocuparnos por la graduación del fuego; nosotros hacemos una buena crema y ella se encarga de rematar el trabajo. Como no tengo a mano el recetario de mi madre, he adaptado esta receta de flan de huevo en slow cooker de El Libro de la Repostería de Ángela Landa, una pequeña biblia de repostería casera.

Es importante que tengas en cuenta que los tiempos de cocción son orientativos. Un flan demasiado hecho suele tener una superficie fea, irregular y llena de agujeros –cráteres en muchos casos– que podemos evitar dando el tiempo justo. A todos nos ha pasado por temer dejar los flanes sin cuajar, pero la solución pasa por revisar los flanes y retirarlos cuando empiecen a estar cuajados y ya no estén líquidos; cuando se hayan convertido en una delicada masa cuajada que baile al mover los moldes, estarán listos. Si están duros y tensos, estarán pasados de tiempo.

Cómo hacer flan de huevo en slow cooker

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Pyttipanna de pollo

La pyttipanna es un plato de origen sueco compuesto por patatas, cebollas y carnes salteadas y rematado con un huevo frito. Además de las carnes, también se suelen utilizar salchichas cortadas en trozos –un antepasado vikingo de nuestras salchipapas– incluso restos de carnes y platos principales. Por eso es una estupenda receta de aprovechamiento, que permite estirar los restos, con la ayuda de patatas y cebollas, para elaborar un plato único de esos que te dejan bien saciado.

A mí me gusta mucho cómo queda con pechuga de pollo ligeramente salteada y terminada de cocinar en el slow cooker, como queda reflejado en la receta, pero puedes tomar nota de lo que he comentado antes y hacerlo con salchichas, con embutidos, con restos de carnes del cocido, bacon, etc.

Los tiempos a aplicar serán distintos: si usas salchichas, saltéalas y añádelas al slow cooker desde el principio para que se ablanden e integren con las patatas; si usas embutidos que no necesitan cocción, pícalos, saltéalos rápidamente y añádelos antes de servir; si reciclas restos de carne de cocido, desmiga o trocea y saltéalas hasta dorarlas ligeramente, añadiéndolas también al final de la cocción de las patatas.

Con esta receta de pyttipanna he puesto en práctica algunos trucos que permiten cocinar las patatas sin que se peguen a las paredes, eliminando además el exceso de humedad. Se trata de cubrir el fondo del slow cooker con papel de horno para que las patatas no se adhieran al recipiente, y poder moverlas sin que se rompan; también he usado el paño bajo la tapa para eliminar gran parte de la humedad y que el plato quede como un salteado.

Con estos dos trucos, unas buenas patatas monalisa y varias horas de cocción lenta, conseguirás cocinar un plato único para la comida o la cena con muy poco esfuerzo.

Cómo hacer pyttipanna de pollo en slow cooker

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Mermelada de mandarina

Este año están entrando muchas mandarinas en casa. Cuando por fin encuentras dónde comprar buena fruta, la fiesta no tiene fin. Las compro online en grandes cantidades y las conservo en la terraza dentro de una nevera de camping. Es un método que me está dando buenos resultados: como fuera hace un frío que pela, la fruta se conserva de maravilla. La nevera las aísla de posibles heladas, y solo tengo que tener la precaución de dejar entreabierta la tapa de vez en cuando para que respiren.

De esta manera he podido conservar cinco kilos que hemos ido consumiendo en unas tres semanas –con otros diez kilos de naranjas– y ninguna se ha puesto mala. Pero como el invierno no dura para siempre y las mandarinas tampoco, tocaba hacer una mermelada para retener ese aroma tan delicado y que tanto me gusta.

Esta mermelada de mandarina es lo más facilongo del mundo: con sólo dos ingredientes, un poco de cariño en la elaboración y tiempo, sale un dulce de fruta exquisito. Puedes aumentar la cantidad de azúcar a tu gusto, pero te recomiendo que no bajes de la mitad del peso de la fruta en azúcar porque comprometería su conservación.

Cómo hacer mermelada de mandarina en slow cooker

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Patatas a la crema

¿Son las patatas a la crema una guarnición o un primer plato? Las patatas a la crema, o gratin dauphinois, se adaptan a lo que tú quieras. Son un estupendo primer plato que se puede convertir en una guarnición para carnes o pescados servidas en pequeñas proporciones. El gratin dauphinois, verdadero nombre de este plato, tiene su origen en Francia, en la zona de Los Alpes.

A mí, cualquier plato que lleve patatas, crema de leche y queso me tiene conquistada para siempre, así que ya puedes imaginar lo loca que me vuelven estas patatas a la crema. El truco del almendruco para que las patatas queden con una capa ligeramente gratinada sin necesidad de pasarlas por el grill, es utilizar un paño bajo la tapa durante la cocción. Este paño absorberá la humedad, que quedará recogida arriba, evitando que caiga de nuevo sobre las patatas y las humedezca.

El tiempo es orientativo y dependerá de la potencia de tu slow cooker y de las características de cada patata, por eso te recomiendo observar la cocción pasadas las primeras 3 horas y ajustar los tiempos si ya sabes cómo funciona tu olla de cocción lenta. Utiliza patatas adecuadas para preparar al horno: nuevas o tempranas, o de la variedad monalisa.

Cómo hacer patatas a la crema en slow cooker

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'La bañera'. Cómo es y para qué sirve el slow cooker de 8 litros

Hace unos días te hablaba de 'la mini', la olla de cocción lenta de 1,5 litros, la pequeña de la casa. Junto a ella, hay otro tamaño importante en el slow cooking, sobre todo si quieres especializarte en recetas que requieren una gran capacidad, como caldos y piezas de repostería: es 'la bañera' o el slow cooker gigante de 8 litros. Al igual que pasó con 'la mini', pronto en nuestra comunidad de Facebook se bautizó a esta olla lenta como 'la bañera' por su gran tamaño.

Pero, ¿realmente es tan grande cómo parece? Si estás acostumbrado a un slow cooker de tamaño medio, al primer vistazo te parecerá enorme, aún más si tu slow cooker principal es realmente pequeño. Pero, si habitualmente usas una olla lenta de alrededor de 6 litros, solo apreciarás algo más de altura, apenas dos o tres centímetros.

¿Para qué sirve un slow cooker gigante?

Cuando nos introducimos en el slow cooking, pronto descubrimos que no es extraño tener más de una crock pot en la cocina. Esta manera de cocina se rige por la misma lógica que la cocina convencional: hay que adaptar los tamaños de las cazuelas –y slow cookers– a las cantidades que se cocinan en cada momento. Por eso no es extraño ver hogares en los que se usan de manera intensiva tres tamaños recurrentes: 1,5 litros, 3,5 litros y 8 litros.

¿Para qué sirve nuestra querida bañera? Por supuesto, y en primer lugar, para familias que sienten a la mesa muchas bocas diariamente, aunque no es un requisito que haya que cumplir siempre. Mi familia es pequeña, pero eso no impide que la bañera sea uno de mis slow cookers más preciados, que uso habitualmente aunque solo seamos tres almas hambrientas. Y entonces, ¿qué cocino en ella?

Bizcochos y pasteles

Sobre todo hago piezas de repostería. Unas veces porque apetece tener un bizcocho jugoso para desayunar, otras porque necesito cocinar bizcochos y otras preparaciones en molde para publicar en la web. Un slow cooker de 8 litros permite utilizar moldes de tamaños convencionales –incluso algunos modelos de Nordic Ware–, moldes de plum cake de hasta 25 cm de largo, flaneras grandes y otros recipientes.

La principal ventaja de este tamaño sobre otros es que los bizcochos quedan cocinados de manera uniforme, porque se 'hornean' alejados de las paredes que emiten calor. Con un slow cooker de 8 litros puedes decir adiós a los bizcochos y pasteles cocinados directamente en el recipiente, a los bordes quemados por la cercanía con las paredes de la carcasa y a las formas irregulares que puede originar el papel de horno mal ajustado dentro del recipiente.

Caldos

Otra de las preparaciones estrella de 'la bañera' son los caldos. Con un slow cooker de gran capacidad puedes cocinar hasta 3 litros de caldo de una sola vez, incluso doblar esa cantidad cocinando dos tandas seguidas. En hogares caldívoros no es extraño que se consuman 5 o 6 litros cada semana en tiempo de invierno, invertidos en sopas, purés y guisos que requieren un caldo casero.

Cuando se hace un caldo a fuego lento, puede decepcionar obtener tan solo un litro y medio de brebaje tras 24 horas de cocción. Tanto tiempo dándole cariño para beberlo en cuatro sorbos, como quien dice. Por eso es interesante pensar en 'la bañera' como una factoría de caldos invernales que puede surtirte de sopa para toda la semana.

Otro beneficio de tener un slow cooker dedicado a los caldos, es que podrás seguir cocinando en tus slow cookers pequeños o medianos mientras el grande trabaja de manera intensiva. De otro modo, hacer caldo puede originar un atasco crockpotero al tener tanto tiempo funcionado una sola olla lenta en una única preparación. Que se encargue eso la grandullona, así los más pequeños podrán seguir cocinando los platos de diario.

Grandes piezas enteras

Un slow cooker de gran tamaño es adecuado para cocinar grandes piezas enteras, como el pulled pork, el pavo asado de Navidad, cordero, pescado a la sal y otros asados. Es cierto que muchas de estas recetas se pueden llevar a cabo en slow cookers de menos talla, como los de 6,5 y 5,7 litros, pero el extra de espacio que despliega a lo alto viene muy bien cuando nos enfrentamos con piezas grandes como una paleta de cerdo o una pavita de más de 3 kilos.

Terrinas y pasteles salados

Al igual que sucede con los bizcochos, los pasteles salados se acomodan estupendamente en sus moldes dentro de 'la bañera'. Terrinas, patés, pasteles de pescado y de carne, encuentran el slow cooker ideal para poder utilizar moldes alargados de terrina o plum cake. El tamaño máximo para estos moldes rectangulares es de 25x11 cm, más que suficiente para hacer un pastel salado de entre 6 y 8 raciones.

¿Dónde comprar 'la bañera', el slow cooker gigante de 8 litros?

Andrew James ha sido la marca que ha fabricado durante varios años el modelo más vendido de 8 litros. Hace un tiempo he sabido que han cesado su venta y su web anuncia el cierre. Andrew James no es la única marca que ha tenido una 'bañera' de 8 litros, también la fabrica la marca Sintrox, pero tiene un precio tan alto e injustificado que no la recomiendo ni incluyo en este artículo.

De momento permanezco atenta a posibles bajadas de precio o a la salida de nuevos modelos de 8 litros para poder incluirlos en este artículo, pero nos toca esperar. Paciencia.

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Diez recetas vegetarianas para cocinar en slow cooker

No hay por qué asociar la cocina con slow cooker a la cocina con carnes o proteínas de origen animal. La olla de cocción lenta sirve también para preparar grandes platos veganos, vegetarianos u ovolactovegetarianos. De ellos hay pruebas claras en muchas cuentas de Instagram que cada día publican sus pitanzas a base de vegetales y legumbres. Este recopilatorio es un buen ejemplo de que la crock pot y la cocina vegetariana se llevan muy bien. ¿Cocinamos verde?

Cocina vegetariana. Diez recetas para slow cooker

Hummus. Garbanzos, limón, tahina y especias. Poco más te hará falta para elaborar un hummus casero desde el principio. Esta crema originaria de Oriente Medio resulta fresca y nutritiva, y se sirve con pan plano para untar sin fin.

Muhammara. La muhammara es una crema de pimientos originaria de Alepo, en Siria. Es distinta a todo lo que hayas probado, porque lleva nueces, sirope de granada, pan, guindilla y comino, una combinación de carácter. Asa pimientos en tu slow cooker y no dejes de probarla.

Chili sin carne. No tiene nada que envidiar a la versión clásica: este chili sin carne es un plato completo, de los que gusta compartir en buena compañía. Verduras, legumbre y soja texturizada bien cocinadas y aliñadas.

Porrusalda. La sopa vasca más sencilla y vegetal es un buen entrante para muchas comidas vegetarianas. No puede ser más humilde y sin embargo es un gran plato.

Ratatouille. Este guiso de verduras con acento francés está entre mis platos favoritos. ¿Quién dijo que la felididad no podía venir escondida en un calabacín o una berenjena?

Pisto. El primo español del ratatouille no tiene nada que envidiarle y es una receta estupenda para quienes han desterrado las carnes y pescado de su dieta. Calabacín power, my friends.

Baba ganoush. Otra crema salada, parte de los mezze, que no debe faltar en un recetario vegetariano. Las berenejenas se convierten en una delicia untable que tendrás que comer sí o sí con trocitos de pan plano.

Batatas asadas. Las batatas asadas son un platazo así: recién asadas, salpimientadas y regadas con un buen aceite de oliva virgen extra. Resérvalas para tus cenas y te reconfortarán.

Dahl de lentejas rojas. Las lentejas rojas engañan a simple vista: son capaces de hacer un puré ellas solitas sin necesidad de darle caña a la batidora. Es un plato imprescindible: si las ves en el mercado, llévatelas a casa.

Lentejas beluga con verduras. Lentejas beluga al dente y brécol simplemente blanqueado en agua hirviendo: un plato de legumbre para comer con tenedor y quedar tan lleno como satisfecho.

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Salsa brava

¿Quién no se ha pedido alguna vez una ración de patatas bravas para el aperitivo? La salsa brava está unida hasta el fin de los días a esta tapa que podemos encontrar en las cartas muchos bares. Si alguna vez te han entrado unas irrefrenables ganas de marcarte unas bravas en la intimidad de tu hogar, sin tener que hacer cola en la barra ni rascarte los bolsillos para dejar propina, con esta receta de salsa brava podrás hacer realidad tu sueño más gocho.

Hay muchas versiones –no todas buenas– de la salsa brava. En ocasiones, solo se trata de salsa de tomate frito a la que han añadido un chorro de cualquier picante. Elaborar la salsa brava con cariñito, cebolla, pimentón y dedicación tiene su recompensa. Esta receta es sencilla, sin grandes complicaciones, pero sus resultados frente al plato de patatas mientras blandes un palillo, se dejan sentir.

Mi propuesta combina pimentón dulce y picante para una salsa que no te haga sudar demasiado, pero te aconsejo que añadas poco a poco el pimentón y pruebes para adaptarla a tus gustos: si eres hijo de Daenerys de la Tormenta, pon más del picante; si tu paladar es más delicado que una toalla lavada con Mimosín, redúcelo.

Cómo hacer salsa brava en slow cooker

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Mandarinas confitadas

En invierno, suelo comprar los cítricos online directamente del productor. El último pedido lo hice muy deprisa, sin reparar en que estaba comprando demasiadas mandarinas. Al llegar la caja a casa, me di cuenta de que tenía que hacer algo con un par de kilos para que, a pesar de guardarlas en la terraza al fresco, no se me pusieran malas.

Hay equivocaciones que te traen consecuencias muy dulces, como estas mandarinas confitadas y la mermelada de mandarina que también me marqué en un periquete. Bendita precipitación. Si las naranjas confitadas son la bomba, las mandarinas se llevan el Oscar, el Tony y el Grammy latino de las frutas confitadas. Su aroma, mucho más delicado que el de las naranjas, y su pequeño tamaño, que permite hacer unas rodajas pequeñas, hacen que resulten una delicia servidas con cremas dulces, yogur, queso fresco o embebidas en bizcochos.

Como ya sabrás si sueles confitar cítricos, es necesario darles un escaldado previo con agua y sal para evitar el sabor amargo que da el albedo, la parte blanca de la piel. En esta receta he cambiado el método, poniendo en práctica la manera de hacer de Su de Webos Fritos: un único escaldado de 10 minutos en agua con sal. Resulta suficiente para eliminar el amargor y las rodajas quedan enteras si el escaldado es suave.

El confitado de frutas en cocina convencional es algo trabajoso, con reposos muy largos, varias cocciones cortas y mayor cantidad de azúcar. El slow cooker te permite confitar frutas de manera cómoda, en un solo proceso, sin tener que estar pendiente de hacer otras cocciones. ¡A confitar!

Cómo hacer mandarinas confitadas en slow cooker

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'La mini'. Cómo es y para qué sirve

En la amplia gama de slow cookers que hay en el mercado, hay dos muy reclamados por sus tamaños inusuales: la 'mini' y la 'bañera'. Estos nombres se han acuñado de manera espontánea en nuestra comunidad de Facebook a la vista de su capacidad: la 'mini' es un slow cooker manual de 1,5 litros y la 'bañera' es una olla lenta gigante manual de 8 litros. Hoy te voy a contar algunas cosas sobre la mini para que puedas decidir si es la crock pot principal que estás buscando o un buen complemento para tu colección de lentas.

Muchos conocimos la mini a través de la venta online de las tiendas MGI, una cadena de venta low cost que tiene su radio de acción en España. Tanto en las tiendas físicas como en el comercio online, es fácil encontrar distintos tamaños entre los 2,4 y los 6,5 litros, pero los slow cookers con capacidades especiales quedan fuera y hay que esforzarse para encontrarlos.

¿Para qué sirve un slow cooker mini?

Los slow cookers mini vienen muy bien para cocinar pequeñas cantidades, hacer cremas, fundir chocolate, hacer postres, confitar frutas y verduras o hacer fondues. Si es bueno optimizar las cocciones ajustando el contenido al tamaño de la olla lenta, resulta necesario cuando trabajamos con pequeñas cantidades.

Imagina que quieres hacer un turrón de chocolate y que únicamente vas a fundir 300 gramos de chocolate. Lógicamente, vas a tener problemas para hacerlo en un slow cooker grande: el chocolate quedará en el fondo y no se fundirá de manera uniforme, quedando perdido en las inmensidades de tu crock. Vas a hacer medio litro de salsa porque no necesitas más; ¿cómo lo abordas en tu slow cooker de 3,5 litros de capacidad?

Si te gusta hacer fondues de chocolate o de queso, te encantará tener una olla de cocción lenta de 1,5 litros: podrás fundir el chocolate, preparar el queso y usar el recipiente directamente en la mesa –la cerámica mantiene el calor durante mucho tiempo– o con su carcasa, para poder controlar la temperatura a tu antojo.

Los slow cookers mini ocupan poco espacio, son por lo general económicos –tanto en precio como en consumo– y liberan a tus ollas lentas principales de trabajo extra. Teniendo uno, podrás cocinar más de una cosa a la vez, dejando las preparaciones menores a cargo de estos pequeños prodigios.

Aquí tienes un ejemplo de recetas adecuadas para cocinar en un slow cooker mini: fondues, alcachofas confitadas, puerros confitados, naranjas confitadas, rocas de chocolate, sopa de almendras, cucharas de chocolate, salsa barbacoa, arroz con leche, etc.

Una mini como slow cooker principal

Además de su vocación de complemento, también puede ser la olla de cocción lenta principal cuando se cocina para una o dos personas. Piensa que su capacidad, cercana al litro y medio, te permitirá hacer un litro de guiso de legumbres, sopa, estofado, etc. También se pueden cocinar bizcochos sin molde, colocando la masa directamente en el recipiente.

Por contra, no podrás cocinar un caldo o un cocido, porque la cantidad de sólidos que necesitan ambos no permiten obtener el caldo suficiente para estas elaboraciones. Tampoco será fácil cocinar ciertas piezas enteras, como pollo o una paleta de cerdo, pero sí podrás cocinar pollos picantones o pequeñas piezas de carne para asar.

Aquí tienes un ejemplo de recetas que puedes adaptar a dos raciones para cocinar en un slow cooker mini: estofados de carne, fabada, albóndigas, alitas de pollo, salchichas con patatas, carrilleras, champiñones guisados, pechugas de pollo rellenas, lentejas, sopas, ratatouille, patatas guisadas, etc.

Los canales de venta en España a día de hoy son las tiendas físicas de MGI y su web de venta online. En MGI suelen tener un modelo fabricado por San Ignacio, aunque no siempre tienen stock y puede que en algún momento no la encuentres en su tienda online. Aquí tienes un listado de las tiendas físicas de MGI para que consultes si tienes alguna cerca de tu casa.

Si has buscado la mini de San Ignacio en MGI y no está disponible o no tienes una tienda a mano, puedes recurrir a la venta online a través de Amazon UK*. Puedes escoger entre varios modelos, incluso uno ovalado; todas son de calidad similar y la elección irá en función de tus gustos y presupuesto. Si te decides a comprar una en Amazon UK, debes sumar los gastos de envío, que se detallan antes de terminar el proceso de compra, pudiendo ver el precio total en euros.

El slow cooker que ilustra este artículo en portada no está a la venta en España. Es una olla lenta comprada en una tienda física de Estados Unidos, con diferente voltaje y clavija.

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Verdinas con langostinos

Siempre que viajo a Asturias me traigo souvenirs de los que me gustan: chorizo y morcilla asturianos, quesos, fabes y, por supuesto, verdinas. Para quienes no conozcan aún esta legumbre, seguro que resulta todo un descubrimiento con su pequeño tamaño, piel fina, color verde claro y su sabor, que hace que combine muy bien con platos de pescado y marisco. Por esa razón, esta receta de verdinas con langostinos o marisco es un plato redondo.

Parece ser que ese color tan característico se debe a la manera de recolectarlas. Si se hace en el momento justo, cuando la legumbre está madura pero su vaina aún permanece verde y tierna, las fabes salen verdes. Si se dejan secar al sol, se ponen blancas, pierden todo su mojo verdoso y, con él, sus títulos nobiliarios.

Las verdinas con langostinos son para mí, al igual que la fabada, un plato de domingo, fiestas de guardar y grandes ocasiones. No es un producto barato, y su producción es muy limitada, así que mejor lo reservamos para invitados legumbreros de esos que terminan la comida cantando con la cuchara en alto.

Además de esta receta, puedes hacer las verdinas con almejas. Incluso con langostinos, almejas y algún otro fruto del mar –puedes inspirarte en la receta de fabes con almejas–, un locurón de toma pan y moja. A mí ya me está entrando el hambre.

Cómo hacer verdinas con langostinos en slow cooker

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Cucharas de chocolate para disolver

Me encanta derretir chocolate en mi slow cooker mini sin tener que preocuparme por si se me quema o se pasa de tiempo. De vez en cuando, subo una bolsa de chocolate de cobertura en gotas del trastero y me pongo a hacer travesuras chocolatosas, como estas cucharas de chocolate para disolver en leche.

En invierno me gusta tomar de vez en cuando una bebida de chocolate, pero no siempre tengo tiempo para hacerme un chocolate a la taza. Teniendo estas cucharas de chocolate preparadas, solo tengo que calentar la leche, introducir una cuchara en la taza y remover hasta que el chocolate se disuelve por completo. Es muy cómodo porque el chocolate ya viene en porciones y así puedes controlar cuánto tomas al día para no pasarte: un cubito como los que ves en la imagen pesa unos 30 gramos aproximadamente.

Solo tienes que escoger el chocolate que más te guste para hacer las cucharas, con la recomendación de que utilices siempre chocolate para postres o cobertura, ya sea negro o con leche, evitando el chocolate blanco, que no luce mucho disuelto en leche.

Las cucharas de chocolate para disolver son un bonito regalo hecho en casa. Envolviendo varias en una bolsa de celofán cerrada con unas cintas o presentándolas en botes herméticos de vidrio con etiquetas hechas a a mano, tienes un presente muy personal que encantará a quien lo reciba. Si quieres que las cucharas luzcan bien por más tiempo y tengan brillo, puedes atemperar el chocolate siguiendo estos consejos.

Cómo hacer cucharas de chocolate para disolver en slow cooker

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Cucharas de chocolate para disolver

Tiempo de preparación30

Tiempo de cocción40

Tiempo total1 10

Función: ALTA

Servings:

Ahora puedes comprar algunos ingredientes de esta receta en el supermercado online DIA a través de los enlaces de los productos.

Mira cómo funciona el servicio

Necesitarás

Cucharillas de madera o plástico
Bandeja para hacer hielos o pequeños moldes de silicona

Ingredientes

▢ 300 g de chocolate de cobertura negro o con leche en gotas

Elaboración

▢
Coloca el chocolate en el recipiente del slow cooker y deja que se caliente en ALTA sin poner la tapa.
▢
Prepara una bandeja para hielos de silicona o pequeños moldes (muy pequeños) que estén limpios y secos.
▢
A medida que se vaya derritiendo el chocolate, remueve para que se mezcle y derrita de manera homogénea.
▢
Toma el chocolate fundido con un cacillo o una cuchara grande y viértelo sobre cada molde o hueco de la cubitera. Coloca una cucharilla de madera en cada molde o hueco cuidando que quede vertical y deja que se enfríe y endurezca durante varias horas en un lugar fresco (no en el frigorífico).
▢
Cuando se hayan endurecido por completo, desmolda y guarda en un recipiente cerrado.

Recomendaciones

Puedes usar el chocolate que más te guste para mezclar con la leche: negro con más o menos proporción de cacao, o chocolate con leche. El chocolate blanco no funciona muy bien para hacer bebidas (a no ser que te guste) porque en realidad no es chocolate, sino grasa, manteca de cacao y azúcar.

Como soporte puedes usar cucharillas de madera, de plástico, palitos y todos aquellos soportes que puedan sostener un cubito de chocolate y removerlo en la leche, pero no olvides que deben ser adecuados para uso alimentario.

Si quieres unas cucharas de chocolate más vistosas, puedes mezclar chocolate negro y chocolate con leche de cobertura en un mismo molde.

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Salmón en papillote

Hacía tiempo que quería probar la técnica del papillote en slow cooker y saber si funciona bien para cocinar pescados en olla lenta. Es una técnica que me encanta porque respeta los sabores naturales de los alimentos y los potencia, al cocinarse en sus propios jugos y no perderlos en las inmensidades de las cazuelas.

La primera prueba, este salmón en papillote, ha sido un éxito. Hace un tiempo cociné el salmón en la crock pot 'a pelo', directamente en el recipiente con una pequeña guarnición de verduritas cortadas en tiras muy finas. Salió bueno cocinándolo durante un tiempo corto –alrededor de una hora–, pero la diferencia al hacerlo en papillote es clara: la textura de la carne es suavísima, mantiene toda su jugosidad y el sabor también gana mucho.

Para cocinar en papillote no hay que tener nada más que un papel de horno que sea liso (los rugosos funcionan peor a la hora de hacer los pliegues), colocar sobre una lámina el alimento a cocinar, doblar la lámina y hacer pliegues marcados para cerrarla.

Es importante imaginar un eje a la mitad de la lámina y colocar a un lado de ese eje el pescado para poder doblar el papel y hacer el paquete. No está de más hacer varios pliegues en cada extremo para que el paquete quede bien sellado.

Los tiempos de cocción siempre son orientativos, porque dependen de la potencia de cada slow cooker, pero en el caso de los pescados deben cuidarse mucho para que queden jugosos y no secos. Una hora en ALTA es suficiente para cocinar una pieza en un slow cooker que se ajuste a los tiempos medios.

La última recomendación es que cocines el salmón en papillote en slow cooker para comerlo al momento, recién hecho. La gracia de esta forma de cocinar está en la jugosidad del pescado y los aromas que concentra; comerlo recalentado horas después o dejarlo esperando dentro del recipiente no es recomendable.

Cómo hacer el paquete de papillote

Corta una lámina de papel de horno y extiéndela en la encimera.
Coloca el pescado a un lado del eje que delimitaría dos mitades en el papel. ¡Pero no hay que cortar el papel!
Añade las verduras a un lado sin que invadan la mitad y dobla la parte del papel que queda libre sobre el pescado.
Haz que coincidan los extremos y empieza a hacer los pliegues.
Haz un primer pliegue en cada uno de los tres extremos, apretando con el dedo sobre una superficie dura para que queden bien marcados. Cuando los tengas, vuelve a hacer la misma operación en el mismo orden. Haz un tercer pliegue si el papel te lo permite para sellarlo bien.
Puedes ver el proceso en esta historia de Instagram.

Cómo hacer salmón en papillote en slow cooker

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Tarritos de yogur de frutas

En Crockpotting ya hemos hecho yogur natural y tarritos de yogur con confitura –tienes los enlaces al final de esta receta–, pero nos faltaba probar con los yogures de fruta natural. Todo llega, y hoy es el día de quitar la tapa a estos tarritos de yogur de fresa, plátano, maracuyá y manzana. Seguro que puedes hacer yogures de muchos sabores más, pero, por ahora, te propongo empezar con estas cuatro frutas ya probadas.

Para llegar a esta receta hice varias pruebas, incluso infusionando la leche con la fruta, un experimento que fue un absoluto desastre. Finalmente me quedo con este método, añadiendo las frutas a la leche caliente mezclada con el yogur que sirve de fermento. Las cantidades de fruta no están especificadas, para que puedas decidir si haces una tanda de yogures variados o de un mismo sabor. Como al final siempre terminamos comiéndonos todo lo que cae en el frutero, seguro que no importa que sobre alguna pieza.

Cuando te pongas manos a la obra, intenta atender a la temporalidad de cada fruta. Los plátanos y manzanas podemos encontrarlos durante todo el año, pero las fresas están más buenas y tienen un precio sensato en temporada. ¿Todo listo para hacer tus yogures de frutas en casa con tu slow cooker? Cuéntanos el resultado en la comunidad de Facebook.

Cómo hacer tarritos de yogur de frutas en slow cooker

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Soupe au pistou

Como todas las recetas tradicionales, cada familia francesa tiene su propia receta de soupe au pistou. Es una sopa originaria de la Provenza en la que se mezclan legumbres y verduras con pasta para sopa y hierbas aromáticas. Su nombre viene del pistou –primo carnal del pesto italiano–, una pasta a base de albahaca con la que se remata la sopa, y que le da un sabor exquisito.

Es una sopa muy rica y que, aunque entra muy bien en invierno y otoño, se puede cocinar durante todas las estaciones, porque sus ingredientes se pueden encontrar prácticamente todo el año. ¿Se pueden variar estos ingredientes para adaptarlos tus gustos? Claro que sí, a condición de que utilices judías o alubias y no dejes de preparar el pistou que le da sabor y carácter.

Al cocinar legumbres, puede que los tiempos –más que nunca– sean aproximados y dependan de factores como la calidad de las judías y el agua utilizada. Lo mismo pasa con las patatas, que deberán ser adecuadas para guisar o cocer y que siempre conviene hacerlas en ALTA. Al cocinar verduras en agua, recomiendo siempre hacer esta soupe au pistou en ALTA, de lo contrario puede que no terminen de cocinarse en el tiempo previsto. ¿Tienes lista la cuchara? ¡A menearla!

Cómo hacer soupe au pistou en slow cooker

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Diez recetas con pollo en slow cooker

El pollo fue una de las primeras cosas que cociné en slow cooker cuando empecé a entrar de puntillas en el mundo crockpotero. Desde entonces no he vuelto a hacerlo en el horno, salvo para darle un punto de grill churruscadito a la piel del pollo asado en el último momento.

Este recopilatorio demuestra que el pollo es uno de los productos que agradecen la cocción lenta, aunque es delicado y hay que controlar bien los tiempos para que su carne salga tierna y jugosa. Observando el comportamiento de tu olla lenta es fácil cogerle el punto y acertar. ¡Vamos a montar el pollo!

Diez recetas con pollo para slow cooker

Pollo relleno. Esta receta es un puntazo: te permite estirar un pollo de 2 kilos para dar de comer hasta a 10 personas, luce más que las pirámides de bombones de Isabel Preysler y está buenísimo. Para banquetes de Navidad y grandes fiestas, aunque no te invite el embajador.

Pechugas de pollo rellenas de lacón. Estas pechugas de pollo rellenas me encantan; la carne sale muy tierna y desmiente el mito de que las pechugas son muy secas. Con una cocción adecuada y suave, son un verdadero manjar, y la crock pot sabe dársela con maestría.

Pollo asado. La estrella de las recetas de pollo es este asado tradicional que devuelve carnes melosas y tiernas junto con una salsa de las de untar hasta los dedos. Cocinando un pollo campero o de corral, el pollo asado entra en otra dimensión.

Pollo al ajillo. La mejor receta de cocina de diario es la cuarta más leída en Crockpotting durante 2017. Por algo será. Su salsa con sabor a ajo asado es adictiva y pide pan, mucho pan para untar.

Alitas de pollo barbacoa. Las alitas de pollo a la barbacoa son un no parar. Una vez que empiezas, te las comes como si fueran pipas. Puedes hacer una buena tacada para una cena informal de esas que se terminan con muchas ganas de repetir.

Pollo extratierno. Otra forma de hacer pollo a la manera oriental para obtener una carne extratierna. Es una receta estupenda para preparar carne de pollo para ensaladas o para aquellas personas que necesitan una alimentación limpia y natural.

Caldo de pollo. La base de muchas sopas que triunfan en invierno y otoño aprovechando las económicas carcasas que puedes encontrar en cualquier pollería. Una receta excelente para hacer en masa, congelar y encontrar siempre caldo en tu cocina.

Pollo pibil. La receta de la cochinita pibil nos sirve de inspiración para cocinar el pollo con una excitante mezcla de pasta de achiote y zumo de naranja. Puedes usarlo para rellenar sandwiches o servirlo con las tradicionales tortillas mexicanas.

Alitas de pollo orientales. Las alitas de pollo cocinadas al estilo oriental, con sabores profundos de soja, jengibre y lima. Si son contagiosas a la barbacoa, cocinadas con esta receta son imposibles de olvidar.

Coronation chicken. El pollo que reina en los mejores sandwiches es el coronation chiken, que lució en la coronación de la Reina Isabel II y sigue haciéndolo en los platos y entre los panes de miles de ciudadanos, monárquicos y republicanos.

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Slow cooker. Recetas para olla de cocción lenta

Meses guardando el secreto mientras trabajaba con recetas y fotografías. Semanas esperando a que, por fin, tras entregar el trabajo, llegara el tiempo de la ilusión y por fin pudiera no solo contarlo, sino también tocarlo, sobarlo y olerlo –qué bien huele el papel–. Y, después de todo este tiempo, por fin llegó el momento de presentaros Slow cooker. Recetas para olla de cocción lenta, el manual y recetario de slow cooking editado por Larousse que es la niña de los ojos de Crockpotting y de la que os habla.

Como hablar de lo que una hace es siempre raro de narices –o al menos yo no me siento del todo cómoda haciendo autobombing–, os cuento todo sobre el libro a través de estas preguntas.

¿Qué es Slow cooker. Recetas para olla de cocción lenta?

Es un manual de iniciación a la cocina en crock pot o slow cooker. La primera parte te guiará en el proceso de adaptación a la olla de cocción lenta incluso desde antes de la compra, aprendiendo todos los trucos para convertirte en un crockpoter avanzado y dominar el slow cooking. En la segunda encontrarás 87 recetas para slow cooker, desde los básicos de cocina o las verduras, hasta los platos de cuchara y caprichos dulces.

¿Son recetas para crockpoteros avanzados?

No, están pensadas para todos y es un estupendo libro para iniciarse en el manejo de la crock pot. Los más expertos disfrutarán cocinándolas y comiéndolas–, pero están pensadas para empezar en la cocina con slow cooker desde cero. Solo hay que atender a los consejos y trucos de la introducción y poner cariño y paciencia en los primeros pasos.

¿En qué versiones se publica?

Hay para todos los gustos, y tanto los fans del papel como los geeks más acostumbrados a los libros digitales, podrán escoger la versión que más les guste.

¿Cómo puedo comprarlo?

Está a la venta en librerías y en tiendas online. Puedes adquirirlo desde aquí, a través de este enlace, o encargarlo en tu librería si no lo encuentras. El ISBN es este: 97884166414775.

¿Qué precio tiene?

Slow cooker. Recetas para olla de cocción lenta tiene un precio recomendado de 15€.

Tengo que dar las gracias a Larousse por la confianza en este proyecto. Trabajar con ellos ha sido una gozada. A Pamela Rodriguez, que me presta sus palabras y su cariño para abrir esta obra con un prólogo que me encanta. A Mikel y Alfonso por sus palabras de contraportada. También a Alfonso porque vio este libro como algo posible antes que nadie. A Rosa y Javi, que siempre me han animado y me ayudaron a poner en marcha la web. A Javier. Y a mis lumbaguitos, siempre apoyando y dando guerra, no os puedo querer más.

¡Espero que os guste!

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Las diez recetas de Crockpotting más leídas en 2017

1. Lentejas estofadas. La reina de las visitas durante este año 2017 son las humildes lentejas estofadas. No es algo que me coja desprevenida, porque es un plato de diario reconfortante y de toda la vida que el slow cooker mima y ama. Cada casa tiene su receta, con sus ingredientes de más y de menos, pero las recomendaciones de Crockpotting para elaborarlas en crock pot, por lo visto, tienen su público.

2. Estofado de ternera. Otro hit de la cocina casera que está en el segundo lugar. Queda comprobado que queremos nuestros slow cookers para hacer comida casera y diaria, para arreglar nuestros menús con carnes melosas y tiernas. Este es el estofado de mi madre traducido a cocción lenta: ¡gracias por el homenaje!

3. Pulled pork. En tercer lugar está el pulled pork, una receta de cocina internacional que está muy de moda en este momento. No hay restaurante modernuki que no se haya apuntado al pulled pork en este último año, pero puedo decir que Crockpotting lo vio primero, que hace ya tres años que lo cocinamos en slow cooker por primera vez.

4. Pollo al ajillo. Volvemos a la cocina española clásica con el pollo al ajillo, otra receta de diario con la que nos homenajeamos una y otra vez sentados a la mesa. ¿Hay algo más rico y más de casa que untar un buen pan en salsa de ajillo?

5. Pollo asado. Los lectores de Crockpotting no defraudan: el pollo asado una de las recetas estrella para hacer con olla lenta y no podía faltar en esta lista de los más leídos de 2017. Un plato que lo mismo nos apaña una comida de martes que un banquetazo de domingo, o incluso en Navidades.

6. Costillas de cerdo a la barbacoa. Este sexto puesto es una buena prueba de que nos gusta chuparnos los dedos y comer carne que se despega del hueso. Las costillas de cerdo en salsa barbacoa están en este top 10 por derecho propio. ¡Qué buenas!

7. Cocido madrileño. El cocido madrileño está en séptimo lugar, con sus garbanzos, su tocino, su berza y su sopita. Este año se han comido muchos cocidos en las casas crockpoteras y estoy segura de que el año que vienen volveremos a verlo en esta lista.

8. Fabada asturiana. Me alegra mucho que uno de los guisos de legumbres que más me gustan del universo, la fabada asturiana, también esté entre vuestros preferidos. Es uno de los platos que borda nuestra ollita lenta, perfecto para principiantes y comilones en general.

9. Carrilleras al vino tinto. Las carrilleras también son perfectas para iniciarse en la cocción lenta: el noveno y décimo lugar de esta lista dan buena cuenta de ello. Es una carne que admite tiempos largos y es muy agradecida, melosa y tierna a partes iguales. Cocinadas al vino tinto han conseguido llamar vuestra atención.

10. Carrilleras al oporto. El décimo lugar es para las carrilleras al oporto, una receta fácil de hacer y con resultados sorprendentes. Si has llegado aquí sin estrenar tu crock pot, esta es la receta perfecta para que te inicies.

Los artículos o páginas más leídos de Crockpotting en 2017

1. Menú semanal. La página más leída de este año es la cabecera de los menús semanales de Crockpotting. Planificar los menus diarios es una de las preocupaciones principales de los lectores, algo que me hace estar muy contenta de haber tomado la decisión de incluir un menú semanal en la web.

2. Cómo funciona un temporizador. Otras de vuestras preocupaciones son el tiempo y la comodidad. Poder programar el inicio o final de las cocciones es básico para aprovechar al máximo las ventajas de la cocción lenta y eso lo sabéis bien. Las intrucciones para utilizar un temporizador de pestañas correctamente están en el segundo lugar de la lista de artículos más leídos.

3. Carnes adecuadas para cocinar en slow cooker. Conocer los tipos de carnes adecuadas para cocinar en olla de cocción lenta es fundamental para obtener unos buenos resultados, y este artículo os ayuda a escogerlas y acertar. Ya no te volverás a preguntar cuántas horas necesita un ossobuco, lo tendrás muy claro. Un tercer lugar muy merecido.

4. ¿Cuánto consume un slow cooker? Otra de las cuestiones que más curiosidad suscita y que debe quedar muy clara antes de empezar a cocinar en crock pot: el consumo. Este artículo te demuestra que, a pesar de las largas horas de cocción, cocinar en slow cooker resulta muy económico.

5. Qué es y cómo se hace un bouquet garní. El bouquet garní es un hatillo de hierbas que se añade a muchos guisos. A mí me encanta usarlo y veo que os he contagiado esta costumbre. ¿Ahora que lo conoces, puedes pasar sin poner uno en tus guisos?

6. Me he comprado un slow cooker. ¿Por dónde empiezo?, Esta es la página de aterrizaje de todo el que desembala su primer slow cooker. Las pautas para empezar a cocinar desde el primer día que a mi me hubiera gustado saber cuando en España no había nada publicado sobre slow cooking y recibí mi la olla lenta. Qué tiempos...

¡Feliz año nuevo para todas y todos!

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Kugelhopf

Hay sabores que se identifican con la Navidad. Es un asunto de memoria sensitiva que hace que la combinación de licores, frutas secas, confitadas y especias nos lleven irremediablemente hasta estos días de diciembre en los que le damos a la pandereta y a los dulces navideños a partes iguales. El kugelhopf o kouglof tiene esos sabores y aromas que podemos considerar propios de la Navidad gracias a la mantequilla, el kirtsch, las pasas y la naranja.

El kugelhopf es un pastel de origen alemán que presume de tener tantos nombres como Felipe Juan Froilan de todos los Santos, o más. Kuglehopf, gugelhupf, gugelhopf, kouglof, kugelopf o kougelhopf, como si fuera un agente secreto que cambia de identidad en cada frontera. No es ni un bizcocho ni un pan, pero tiene algo de ambos. Es una masa similar en procedimiento e ingredientes a la de brioche o a la de su primo italiano, el panettone.

Si tienes dudas sobre qué harina usar, debes saber que este tipo de masas, que necesitan fuerza para soportar frutos secos y mantequilla, se deben hacer con harina de fuerza. Ni la harina común ni la de repostería están indicadas en este caso. La harina de fuerza se puede encontrar en muchos supermercados, incluso en ese de letras verdes en el que estás pensando.

Esta receta de kugelhopf es algo laboriosa y hay que tener paciencia y no desesperarse si al amasar parece que la masa va por libre. Es algo normal, ya que la textura es blanda y puede resultar complicada de manipular. Al principio, lo más cómodo es formar la masa en un bol grande y amasar dentro de él con ayuda de una rasqueta de panadero o una cuchara. También puedes usar las manos, si no te importa manchártelas.

En el paso 6, con la masa ya formada, puede que te interese amasar en una superficie como la encimera o una tabla de cocina grande; en ese caso, enharina ligeramente la superficie de trabajo y usa la rasqueta para recoger los restos de masa que puedan quedar pegados a ella (y devuélvelos a la masa).

En los siguientes pasos, tener las manos ligeramente engrasadas con aceite te ayudará a manejar la masa sin que se pegue a las manos y sin tener que añadir harina, que haría una masa mucho menos tierna. El paso 11 hay que hacerlo con determinación y de una sola vez para poder volcar la masa en el molde justo en el momento en que se hace un agujero en el centro. Pero, si yo he podido, tú también. ¡Claro que sí!

Cómo hacer kugelhopf en slow cooker

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Postres y dulces para Navidad

Pero, ¿alguien tiene sitio para el postre después de los baquetazos navideños? Claro que sí, aunque hagamos menús más copiosos de lo habitual, los postres y dulces de Navidad son el final de fiesta que muchos esperan, una oportunidad de animar la sobremesa, dar placer a la gula postrera y mariposear de turrón a turrón.

Mi consejo para que al sacar el postre no haya voces en contra, es servir durante las comidas raciones que no sean para Picapiedras. Si nos ponemos como Las Grecas a repetir cordero y trasegamos cremas y mariscos como si no hubiera un mañana, es posible que acabes mirando estas delicias como si fueran tu peor enemigo. Así que vayamos a la mesa con contención y disfrute para llegar al final con ganas.

Postres de Navidad

Hace poco tiempo que descubrí la sopa de almendras y me tiene totalmente enamorada. Es muy fácil de hacer, puedes decidir cuál es la textura deseada y además puedes hacerla con un poco de anticipación. El caramel Christmas cake y el Christmas pudding son primos hermanos aunque muy distintos entre sí; ambos son un caballo ganador para el final de una mesa de Navidad espectacular. Si la bandeja de turrones no tiene demasiado éxito en tu casa, puedes hacer que esté presente a los postres dentro de un blondie de turrón de yema quemada.

Las peras al vino lucirán muy bien después de una cuchipanda: son fáciles de digerir, las puedes hacer con anticipación y están muy ricas. Sin salir de la fruta, estas manzanas asadas al toffe también sorprenderán lo suyo. Una copa bonita con unas natillas de turrón y algún topping adecuado te salvará la vida si no encuentras qué hacer y además ves que te va a sobrar turrón para todo el año.

La compota de Navidad llenará tu casa y tu cocina de un aroma increíble, y será un postre para recordar que puedes acompañar de una bola de helado de vainilla o una crema inglesa. Si quieres sacar al centro de la mesa una tarta fresca y sabrosa, haz esta tarta de requesón y naranja; te felicitarán. Si el roscón de reyes te vuelve majareta y quieres tenerlo presente en alguna comida, puedes hacer este pudin de roscon, que se sirve templado o frío, como pida al afición.

Dulces de Navidad

En Navidad, después de los aperitivos, los primeros platos, los segundos y los postres, milagrosamente hay estómago para unos dulces que tomar con el café mientras empieza la sobremesa y los juegos familiares. En casa nos encantan las rocas de chocolate, que se hacen casi sin darte cuenta y son unos bocados muy entretenidos y sorprendentes.

Prueba a hacer unas rocas de chocolate y pistacho, de chocolate blanco, almendras y jengibre o de chocolate negro y naranja. Si has hecho naranjas confitadas, no tardarás nada en tener listos estos orangettes con la combinación ganadora: chocolate + naranja.

Turrones para Navidad

Los turrones clásicos se pueden complementar con otras tabletas hechas en casa con base de chocolate. Además del clásico turrón de chocolate crujiente hecho con arroz inflado, puedes hacer fantasías como el turrón de chocolate caramelizado y shortbread, el turrón de speculoos, el turrón de pan y chocolate, o el turrón de kikos y escamas de sal.

Además de estas pequeñas locuras dulces, también te encantarán el turrón de trufa y naranja, el turrón de Oreo y el turrón de chocolate blanco y frutos rojos. Si quieres salir del mundo crockpotero y hacer turrones clásicos, aventúrate con el turrón duro de Gastronomía y Cía, o el turrón de yema casero de Javier Romero.

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Blanqueta de pularda al riesling

Cuando pienso en recetas de segundos platos para Navidad, la primera opción siempre son las recetas de aves. Creo que el pavo que asaba mi madre para Nochebuena tiene la culpa de esa querencia que no puedo evitar. Esta blanqueta de pularda al riesling me ha recordado algunos de los sabores y olores que precedían a los turrones y los muñecolates.

El mejor consejo que te puedo dar a la hora de planear esta receta, es que no escatimes y compres una buena pularda. Aunque puedes hacerla con pollo (que sea campero para que tenga sabor), una pularda criada en libertad, que haya comido grano y no haya estado encerrada en una nave, aportará un sabor increíble que marcará la diferencia.

La pieza que he utilizado en esta receta es una pularda de Las Landas de 2,5 kilos. Me costó algo menos de 25 euros y puede rendir entre 6 y 8 raciones (calculando una porción por ración mas su guarnición de setas). Sumando unos 15 euros del resto de ingredientes, tenemos un platazo principal de Navidad por unos 6 o 7 euros por ración.

¿Y el riesling? es un vino blanco alemán elaborado con una uva originaria de la región del Rhin. Cada vez se ve más en las vinotecas y los lineales de los supermercados, por lo que no debería costarte demasiado encontrarlo. Si de todas maneras no lo tienes a mano, puedes sustituirlo por un vino blanco seco, algo ácido y con aromas afrutados.

Cómo hacer blanqueta de pularda al riesling en slow cooker

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Paletilla de cordero confitada con limón y miel

Esta receta de paletilla de cordero confitada con limón y miel está especialmente pensada para cocinarla en Navidad, aunque puede darte muchas satisfacciones en cualquier momento del año. Es una receta de segundo plato navideño bastante fácil de hacer, en la que la única preocupación debe ser controlar la ternura de la carne, comprobando la cocción pasadas las 5 horas aproximadamente (más vale añadir tiempo que lamentarse por una carne seca). La carne debe quedar jugosa y desprenderse con facilidad del hueso.

Dos paletillas de cordero son suficientes para cuatro raciones normales; si quieres ampliar las raciones, utiliza alguna pieza más, pero ten en cuenta que necesitarás un slow cooker grande (de entre 6,5 y 8 litros) para que entren todas.

Seguro que te preguntas si puedes usar patatas en rodajas para hacer la guarnición. En principio no es lo más recomendable, más que nada porque el resultado puede ser irregular; influye tanto el tipo de patata que uses como el calibre: los tiempos de esta receta está adaptados para usar patatas de guarnición mini y que se puedan hacer a la vez que el cordero, en función BAJA, absorbiendo los sabores de la carne, del limón y de la miel.

Utiliza un cuchillo muy bien afilado para sacar unas rodajas de limón muy finas. Ten en cuenta que se cocinarán sobre la carne y deben quedar como una segunda piel. Además, si son demasiado gruesas aportarán un exceso de sabor cítrico que puede no gustarte. Con tres o cuatro rodajas de limón por cada pieza es suficiente.

Cómo hacer paletilla de cordero confitada con limón y miel en slow cooker

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Recetas de segundos platos para Navidad

Cada día que pasa queda menos para las cuchipandas navideñas. Faltan menos de dos semanas, pero al final se te echan encima las fechas y, si no te planificas bien, te puede pillar el carrito del helao. Para que eso no pase, llevamos días pasando lista y recogiendo ideas de sopas y caldos y primeros platos para cocinar en Navidad.

Hoy les toca a los segundos platos, las joyitas de la corona de las celebraciones; esos platos principales que son objeto de nuestros desvelos y en los que pensamos mientras paseamos entre la carnicería y la pescadería. ¡Allá vamos!

Carnes

En los últimos años, la tendencia de cocinar menús menos clásicos en Navidad está empezando a tomar terreno. No se trata de alejarse tanto de la tradición como para acabar cenando sushi antes de las uvas –pero quizá algún año toque, ¿por qué no?– sino de incluir en el recetario platos sabrosos, vistosos y con mucho rollo, que no son el típico capón relleno.

Nunca dejaremos de recomendar y poner en nuestra mesa platos como el cordero asado, la paletilla de cordero confitada con limón y miel, o el roast beef, pero ampliamos la lista de carnes rojas con propuestas como el vitello tonnato –excelente para cenas frías–, la blanqueta de ternera o el boeuf bourguignon, recetas de cocina internacional que pueden encajar perfectamente en una mesa de Nochebuena. Al fin y al cabo, si tenemos buen género y una salsa que honrar, ¿de qué nos vamos a quejar?

Y con salsas molonas se nos presentan las carrilleras al Oporto, las carrilleras al vino tinto, el rabo de ternera al chocolate y el ossobuco a la milanesa. Todas ellas se pueden hacer con antelación para no desfallecer en la fecha señalada, pero recuerda que es necesario aplicar un recalentamiento suave que respete tanto las carnes como las salsas.

Aves

Durante muchos años, en mi casa se ha comido un segundo plato a base de aves en Nochebuena o Nochevieja; ni que decir que son mi elección preferida y, entre todos ellos, el pollo relleno –que también puedes hacer con pularda o capón– es el que se lleva más puntos. Es una opción económica que estira un pollo de dos kilos para poder sacar hasta diez raciones generosas. La clave está en el relleno, que puedes hacer con ingredientes humildes o darle un poco más de fuste.

Otra receta humilde en coste pero muy poco modesta en sabor, es el pollo con orejones, ciruelas y dátiles, un plato que se cocina con su propia guarnición y que, sin quererlo, resulta muy navideña gracias a las frutas secas. El pollo asado de toda la vida –con unas guarniciones variadas de vegetales, tubérculos u hongos– con una salsa gravy que le dé empaque, el pavo entero asado o el pavo low cost –a base de patas y alas– son tres estupendas opciones de asados para estas fiestas. Y para los mantes de los platos afrancesados, la blanqueta de pularda al riesling es una opción riquísima.

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid –o que la temporada de setas cae en plena Navidad– puedes rematar una buena jugada cocinando aves de pequeño tamaño con setas: esta receta de codornices estofadas con níscalos es una buena base para inspirarse.

Pescados

Si el pescado siempre es tu primera opción a la hora de diseñar tu menú para Nochebuena o Nochevieja, puedes lucirte con una receta facilísima hecha con un producto que está disponible durante todo el año y que no es fresco; ¿adivinas? Sí, es el bacalao en salazón. Es necesario no escatimar y comprar unos buenos lomos de bacalao –¡que es Navidad!– y aplicarle un desalado adecuado. Lo demás queda de la mano de tu slow cooker, que se encargará de confitarlo suavemente y te dejará unos jugos con los que harás la salsa de este bacalao confitado para chuparse los dedos.

Si sois pocos y quieres cocinar una dorada en tu slow cooker, puedes hacerla a la sal. Pide en la pescadería que te la preparen para hacer a la sal; esto es importante porque, si la abren, la sal penetrará y el pescado absorberá más sal de la debida. Esta receta se aplica también a otros peces de iguales características, como la lubina. Lo importante es que quepan en tu slow cooker y que queden bien cubiertos de sal para hornear.

Cocinar de víspera una caldereta de pescado y marisco, mantenerla en frío y darle un toque suave para que tome temperatura mientras te atusas la corbata o te pones los pendientes, no tiene precio. Además, puedes hacer caldereta para un regimiento si tienes un slow cooker de los grandes.

Si me sigues hacer tiempo, sabrás que pienso que no todo se tiene que hacer en crock pot, por eso te propongo otras recetas de pescado que puedes hacer en horno o en cazuela: prueba con unas almejas en salsa verde, un rape en salsa de almendras o una merluza rellena de txangurro.

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Rillettes de pato

Nunca estaré suficientemente agradecida a Francia por recetas como los rillettes, las terrinas o los patés. Con una cocción suave y lenta, grasa y carne, son capaces de hacer gocheces para untar riquísimas, como la receta de rillettes de pato que te traigo hoy. Es una receta que lo mismo te puede servir para alegrar los entrantes de un banquete que para untar tostadas en la merienda o para hacer tarritos para regalar.

La base de estas recetas suele ser la carne de cerdo, a la que se le añaden otras carnes o despojos de aves, conejo o cerdo. Esta terrina de pato me ha gustado especialmente por su sabor: el tomillo, el licor de naranja y el carácter de la carne de pato se dejan sentir al dar el primer mordisco. Es una terrina que puede parece algo complicada de elaborar, más que nada porque hay que deshuesar la carne y tiene varios pasos en los que se van reservando huesos, jugos, carcasas, etc. Pero no te desanimes porque al final no es nada complicada y los resultados son muy buenos.

Es importante que compres un pato entero y que pidas que te den toda la grasa que suele tener consigo para que se confite con ella. Con los restos de huesos y la carcasa puedes hacer un consomé de pato para aprovecharlo todo y darte un buen rato sorbiendo un caldito rico. Es la recompensa a reservar y reservar durante la elaboración.

Cómo hacer rillettes de pato en slow cooker

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Veinte libros de cocina para regalar en Navidad

Los buenos libros de cocina nunca dejan de tener vigencia. El año pasado te recomendé dieciséis libros de cocina para regalar en Navidad –que te pueden servir perfectamente para completar tu lista de regalos navideños– y este año vuelvo a la carga con otras veinte propuestas para que te autorregales o regales a ese ser humano cocinitas que tienes en tu familia o grupo de amigos.

La lista es muy variada y recoge algunas de las tendencias actuales como los fermentados, el baby-led weaning o el buen café. Para que puedas ver los precios de un vistazo sin necesidad de abrir los enlaces, pasa el ratón –versión web– o el dedo –smartphones y tablets– sobre los enlaces y podrás visualizar los precios y acceder al enlace de compra de afiliados de Amazon*.

1. Comer bien a diario. El primer libro de una larga lista de éxitos publicados por Alfonso López se reedita ampliado y vitaminado con un rediseño completo para celebrar el décimo aniversario de su web, Recetas de Rechupete. Nuevas fotografías, nueva portada de tapa dura, nuevas recetas y acceso a vídeos prácticos mediante códigos QR, hacen de esta obra un libro de recetas completo para todos los que se inician en la cocina.

2. Pan de pueblo. La nueva obra de Iban Yarza es el libro más esperado para todos los que hemos seguido su preparación a través de la cuenta del autor en Instagram. Tras meses de viaje por toda España, por fin tenemos en papel un recorrido ilustrado por las cincuenta provincias españolas con las historias de sus obradores y sus recetas de panes tradicionales.

3. Star wars a la carta. En esta lista no podía faltar un libro de cocina friki; Gastronogeek me dejó con ganas de más y este libro con 40 recetas de una galaxia muy lejana ha llegado para saciar nuestras ansias de cocinar platos inspirados en la saga Star Wars: el batido azul de Tatooine, el suflé nube de Bespin, las tartaletas de los Lagos de Naboo, la tarta de queso de Coruscant, el Tatín silvestre de Kashyyyk, el costillar volcánico de Mustafar o el pan instantáneo de Jakku. Que la fuerza te acompañe.

4. Mamá. Un libro para los que disfrutan de las obras que giran alrededor de la comida sin ser únicamente libros de recetas. Mina Holland reivindica la comida más allá de la mera alimentación: emoción, imaginación e identidad. Colaboran con la autora Jamie Oliver, Yotam Ottolenghi, Claudia Roden y Elena Arzak, aportando sus herencias culinarias.

5. Tokio. Las recetas de culto. Una nueva edición de los libros de cocinas viajeras de la editorial Lunwerg que nos trae un recorrido por la cocina y la cultura de Tokio, con recetas japonesas para preparar en casa: sushi, gyoza, ramen, bento o tonztzu entre otras.

6. Siroco. Con este nombre tan sugerente se presenta una nueva obra de Sabrina Ghayour –autora de Persiana– en la que se fusionan dos culturas culinarias, la occidental y la de Oriente Medio, para proponer más de cien recetas en las que se combinan ingredientes occidentales y los sabores de oriente.

7. Persiana. Un libro imprescindible para los amantes de la cocina de Oriente Próximo. Sabrina Ghayour ofrece 100 recetas simplificadas para que su elaboración sea fácil y sencilla a un público occidental en una edición muy cuidada.

8. Ramen. Un regalo perfecto para aquellos que, seducidos por los grandes boles de ramen de los restaurantes, quieren replicar esas fórmulas en las cocinas de sus casas. Además de aprender sobre el origen del ramen, la obra instruye sobre cómo colocar los ingredientes de manera armónica, y ofrece recetas tradicionales y modernas reinterpretaciones con opciones carnívoras, de marisco y vegetarianas.

9. Crudo. Porque no siempre es necesario encender el fuego para cocinar, Crudo ofrece 115 recetas elaboradas con ingredientes crudos o en cocciones ligeras, propuestas por algunos de los chefs franceses en boga en la actualidad. Carpaccios, tartares, batidos, sopas y untables caseros, además de algunas direcciones para poder degustar este tipo de cocina en la capital Francesa.

10. Baby-led weaning. El baby-led weaning es una de las últimas tendencias en alimentación infantil que ayuda a que los bebés puedan comer por sí solos introduciendo los alimentos sólidos en su dieta a partir de los seis meses. El baby-led weaning y el slow cooking están íntimamente ligados: los alimentos cocinados lentamente resultan suaves y melosos, adecuados para que los pequeños puedan masticarlos a la perfección. A través de estas 70 recetas y consejos podrás saberlo todo sobre esta forma de alimentar a tu bebé.

11. Vegetarianos con ciencia. Vegetarianos con ciencia es una guía completa para quienes quieren introducirse en el vegetarianismo y hacer las cosas bien desde el principio. Sus páginas están completamente alejadas de consejos sin contrastar y bulos alimentarios, ofreciendo pautas veraces en un libro basado en la evidencia científica.

12. Cocina vegana. El veganismo es un estilo de vida global en el que la alimentación es sólo una parte. La web CreatiVegan está detrás de esta obra, de la mano de su creadora, Virginia García, que ofrece 80 recetas veganas con sus valores nutricionales e ingredientes comunes fáciles de encontrar en el mercado.

13. Modernist cuisine. La enciclopedia definitiva de la cocina moderna con imágenes sorprendentes y toda la ciencia de la cocina de los grandes chefs. Es un regalo o un autorregalo de categoría para estudiosos de las técnicas de cocina.

14. Modernist cuisine at home. La versión reducida y económica de Modernist Cuisine resumida en un tomo acompañado de un cuaderno práctico. Modernist Cuisine at Home es un manual definitivo para aprender las técnicas culinarias de los grandes chefs a un precio más asequible.

15. El arte de la fermentación. El mundo de la fermentación está rabiosamente de moda. Este libro se adentra en todos los secretos del mundo invisible de los microbios, las bacterias y los hongos, para desentrañar sus misterios y disfrutar de la fermentación de alimentos en casa.

16. Todas las recetas. Para coleccionistas de libros de cocina y amantes de la cocina francesa, esta obra de Joel Robuchon es una biblia de la cocina gala. Un compendio de 600 recetas, actualizado con 85 nuevas recetas con técnicas de elaboración, materiales, preparaciones de base, salsas y fondos.

17. El gran libro de la cocina gallega. El programa Larpeiros, de la Televisión de Galicia, publica este amplio recetario de la gastronomía tradicional gallega. Una obra con 500 platos tradicionales –que se dice pronto– recogidos en un libro de recetas completo. Para gente riquiña.

18. Al grano. Si el café te preocupa y ocupa más allá del solo, el cortado o el con leche, este es tu libro para estas Navidades. Kim Ossenblok, experto en café, firma una obra fundamental para saber comprar, preparar y degustar los mejores cafés.

19. Ama, come, brilla. Elka Mocker nos acompaña en un paseo por la alimentación natural de tendencia vegetal y sin alimentos procesados, con gusto por el producto fresco, ecológico y de temporada. El subtítulo es toda una declaración de intenciones: 'cocina honesta para conquistar tu salud'.

20. Las recetas de mi casa. Andoni Luis Adúriz, chef con dos Estrellas Michelin por su restaurante Mugaritz, nos brinda a través de este libro sus recetas caseras, asequibles, sencillas y basadas en el producto. Si quieres comer como un chef estrellado, este es tu libro de recetas.

*Como ya sabes, trabajo con enlaces de afiliados de Amazon, de los cuales obtengo una comisión que ayuda a que Crockpotting siga adelante.

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Recetas de primeros platos para Navidad

Un año más, estamos a pocas semanas del gran banquetazo navideño y necesitamos ideas para lucirnos en la mesa sin morir en el intento. Y cuando digo morir, sé que sabes a qué me refiero: ni dejarse un riñón en el mercado, ni pasar horas y horas en la cocina, ni llegar a la cena de Nochebuena como si necesitaras a gritos una sesión de spa, chapa y pintura. En esto, tu slow cooker te ayuda siempre, dejando para él el trabajo sucio –guisar mientras haces otras cosas– y ofreciéndote platos ricos y exitosos. Hoy vamos con los primeros platos para Navidad, esos entrantes con los que se inician las conversaciones y la celebración va entrando en calor.

Ensaladas

Sí, ensaladas en pleno invierno, ¿por qué no? Muchas de las ensaladas que hacemos normalmente pueden servir para las celebraciones de Navidad si las presentamos de una manera más cuidada o añadimos algún ingrediente un poco más historiado. Entre las opciones a tiro fijo que hay en Crockpotting, puedes dar juego a la ensalada de patatas y ahumados, las verduras en escabeche, que son una delicia que gana con la antelación, o la de pimientos rojos y ventresca, utilizando una buena conserva.

También puedes confitar unos tomates cherry con unos días de antelación y servirlos con hojas de albahaca, rúcola, bolitas de queso –mozzarella o feta, por ejemplo– y aliñarlos con el aceite del confitado. Saliendo del confortable terreno crockpotero, los champiñones laminados en crudo nos dan muy buenos momentos, o puedes sorprender con una ensalada de verduras asadas y pan que encantará a tus invitados vegetarianos.

Sin dar muchas vueltas a la cabeza, puedes servir una mezcla de brotes verdes en pequeños boles individuales con cangrejo, txangurro o buey de mar cocidos y desmigados. Si la acompañas de una vinagreta equilibrada añadida al servir y finas rodajas de cebolla roja macerada en cítricos, tendrás un primer plato ligero y facilongo con el que empezar la manduca.

Sopas y cremas

Sobre recetas de sopas y cremas para Navidad tienes mucha información en este enlace: hablamos de consomés, de caldos con los que montar sopas estupendas y de esas sopas clásicas que visten tu mesa de tropezones y sustancia. El consomé, la sopa minestrone, la de galets, la de cebolla y la sopa de pescado son mis favoritas para dar protagonismo a la cuchara en las cenas navideñas.

Las cremas también dan juego en estos días, tanto frías como calientes. La vichyssoise crockpotera, el ajoblanco malagueño o una sopa fría de coco, lima y pollo crujiente –puedes eliminar el pollo si el menú completo es muy pesado– son buenos recursos como primer plato friolero. La crema de calabaza asada, chirivía y naranja hecha en slow cooker es una delicia, y puedes cocinar también una crema de jamón o atreverte con la crema de zanahorias caramelizada de Umami Madrid, una maravilla mágica cocinada en olla rápida.

Verduras y hongos

En mi casa las verduras son muy bien recibidas, también en Navidad. Durante años, el cardo cocinado al estilo navarro fue el primer plato el día de Año Nuevo, cuando cocinaba mi madre; por eso las verduras me traen tan buenos recuerdos cuando se juntan con el espumillón. Los puerros confitados y las alcachofas confitadas pueden hacer un estupendo primer plato ligero que dejará sitio para los contundentes segundos.

Añade unas lascas de jamón o de queso parmigiano o Idiazabal, o corta tiras finas de jamón serrano y pásalas unos segundos por el microondas hasta que queden cocinadas; puedes colocarlas encima de las verduras o hacer un polvo con el jamón ya frío y endurecido y espolvorearlo.

La menestra de verduras es un platazo que se puede hacer con un poco de antelación. Cocina las verduras el día antes, conserva en frío y da el toque final unas horas antes de la cuchipanda. Calienta muy suavemente para que no se queme, con tiempo y previsión todo es más fácil. La lombarda con manzana es un clásico en muchas mesas de Navidad, y puedes cocinarla en slow cooker para un regimiento.

Sí, el encabezado habla de hongos y hasta ahora solo he hablado de verduras. Estaba dejando estas setas en escabeche –un auténtico manjar– para el final. Aprovecha que la Navidad y la temporada de setas coinciden en el tiempo y cocina este plato al menos una semana antes. Haz de más, que siempre hay alguien que quiere repetir.

Pasteles salados

Los pasteles salados son un estupendo comodín para no gastar en exceso, utilizando productos comunes que se visten de fiesta; incluso puedes aprovechar algunos restos de pescados de anteriores banquetes, congelarlos y utilizarlos para apañar un primer plato. La terrina de salmón y patata se hace con dos ingredientes humildes que puedes encontrar en cualquier sitio, igual que el pastel de pescado, una receta de aprovechamiento a la que puedes añadir gambas o langostinos enteros.

Puedes enriquecer la receta base de quiche lorraine cambiando ingredientes y añadiendo, por ejemplo, hongos confitados en conserva. ¿Te has dado cuenta cómo cambia la cara de tus invitados cuando les sirves un pastel salado? ¡Feliz Navidad!

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Terrina de salmón y patata

Una de las cosas que más valoro de una receta de Navidad, es que se pueda hacer con antelación. He pasado muchos años en los que llegaba a la mesa hecha un higo, cansada, oliendo a cocina y con apenas unos minutos para cambiarme de ropa y estar medio presentable. Recuerdo aquel año en que me empeñé en presentar la guarnición en nidos de patata; la fritura se me hizo eterna y llegué a la mesa oliendo a churrería y con los pies hechos puré.

Ya nunca me pasa, y muchas veces sirvo menús fríos que, curiosamente, son los que más éxito tienen entre la familia. Esta terrina de salmón y patata es un estupendo entrante frío para las comidas y cenas de Navidad. Puedes hacerla el día antes, refrigerarla durante la noche y dejar que se temple durante unas horas para servirla a temperatura ambiente.

Acompáñala de salsas con base de mayonesa o yogur a las que puedes añadir distintos sabores: concentrado de tomate, wasabi, aguacate triturado, pasta de aceitunas negras, finas hierbas frescas, etc.

Ten en cuenta que hay que ser minucioso a la hora de eliminar las espinas. Hazlo mientras el salmón esté caliente y ten en cuenta que tendrás una segunda oportunidad de detectar espinas al desmenuzar el pescado con las manos. No tritures el pescado, la gracia de esta terrina es precisamente encontrar trozos gruesos entre las capas de patata.

Cómo hacer terrina de salmón y patata en slow cooker

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Sopa de almendras

Hasta hace un tiempo, no sabía nada de la sopa de almendras. Mis navidades de infancia siempre han discurrido entre turrones, compotas y peladillas, y desconocía por completo la existencia de este postre de Navidad. Ahora que ya está en mi lista de cosas ricas muy ricas, creo que podría comerlo hasta en agosto. ¡Qué gusto da remover estas gachitas dulces con sabor a canela y almendra, y llevarse la cuchara a la boca!

Después de revisar muchas recetas, me puse manos a la obra para comprar la pasta de almendras. Como trabajo con bastante antelación, fue imposible encontrarla, así que la hice en casa con almendra molida (también se encuentra como harina de almendra), clara de huevo y azúcar glass. Mientras deshacía la pasta en la leche, pensaba que, en realidad, se podría hacer la sopa de almendras sin formar la pasta, simplemente añadiendo harina de almendras y azúcar a la leche infusionada. Es un método para vagos que pienso probar la próxima vez que la haga, y que te puede servir para abreviar cuando andes mal de tiempo.

Esta sopa de almendras sale bastante espesa pero se puede comer con cuchara. El espesor va a depender de la cantidad de miga de pan blanco que añadas, tenlo en cuenta; si queda demasiado espesa, solo tienes que agregar un poco de leche para afinarla según tus gustos.

Lo de los espesores me trae loca: he visto recetas de sopa de almendras muy líquidas, que apenas espesaban, y otras completamente solidas, como si fueran una tarta. Tú decides cómo la quieres: juega con la cantidad de leche y el pan. Si la dejas cocer un poco más de la cuenta, engordará más y más. ¿A qué esperas para darle a la cuchara en el postre?

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Sopas y caldos para Navidad

En Navidad, las sopas y caldos también están presentes en nuestras mesas. Los platos se llenan con sopas con más enjundia que las de diario, con sabores potentes e ingredientes no tan corrientes. Esto no quiere decir que tengas que dejarte el monedero pelado: también puedes hacer sopas muy sabrosas con productos humildes. El pescado y el marisco están muy presentes en sopas y bisquets, pero las carnes, e incluso los vegetales, pueden darnos grandes alegrías en un primer plato de cuchara; fino, pero de cuchara, ¿por qué no?

Sopa de pescado y fumet

La sopa de pescado es un clásico de estas fiestas: cada casa tiene su receta y en Crockpotting te propongo la mía. Lo importante es que consigas un buen fumet de pescado, que también puedes hacer en tu slow cooker con antelación y dejarlo congelado para no acumular trabajo antes de la celebración.

Si habitualmente trabajas con pescado en casa, no será complicado ir acumulando restos como cabezas y espinas en una bolsa en el congelador: de esta manera tendrás el mejor material para tu caldo, prácticamente a coste cero.

También puedes hacer un fumet con galeras, pescados de descarte o morralla: son baratos y el sabor que se obtiene con ellos es insuperable. No tires las carcasas de mariscos como langostinos, cigalas o gambas que hayas retirado en crudo, ahí tienes sabores potentes que te ayudarán a la hora de hacer un caldo de pescado, una sopa o un bisqué; ¡al congelador!

Si quieres ahorrar un poco, puedes adelantarte a la temporada, comprar los pescados para tu sopa y congelarlos ya troceados. Mariscos como langostinos y gambas también admiten el congelado, igual que los mejillones. Tómate el trabajo previo de trocear, limpiar y congelar en bolsas porcionadas y sólo tendrás que sacar una bolsa del congelador, descongelarla durante 24 horas en el frigo y ya podrás utilizarla.

Sopas y caldos de carne y ave

Los caldos de carne y aves te dan muchas posibilidades para hacer un entrante de cuchara para tus comidas y cenas de Navidad. Con un consomé, un caldo de gallina, el caldo blanco o el caldo de jamón, variando los tropezones, puedes hacer sopas distintas con un denominador común: el sabor y la profundidad de la base.

¿Qué podemos poner a un caldo para hacer una sopa de Navidad? Carne tierna de ave troceada, cocinada especialmente para acompañar el caldo. Debe tener una cocción controlada para que quede tierna y no reseca. Podría valer con cocinar unas pechugas de pollo en slow cooker durante 1 hora en ALTA y trocearlas una vez templadas. Ten en cuenta que el caldo tendrá una temperatura alta que puede resecar la carne; por eso, añádela en el último momento, lo justo para que se caliente.

Pequeñas albóndigas, pelotas de carne o raviolis cocinados en el caldo. Pasta de formas especiales o los tradicionales galets de San Esteban. Si eres cocinillas nivel pro, puedes hacer unos pequeños profiteroles rellenos de foie gras. Además de los caldos ya citados, te recuerdo otras recetas de caldos que hay en Crockpotting:

Una opción económica hecha con huesos de pollo de aprovechamiento.
Consomé de huesos de ternera.
Caldo de pollo, hecho con carcasas de pollo de corral.

Sopas y caldo de verduras

Vegetarianos, veganos y todos aquellos a los que nos gustan especialmente las verduras, disfrutaremos con un buen caldo concentrado de verduras que no tiene mucho que envidiar a los de carne. El que te propongo, el caldo de verduras de Crockpotting, lleva una gran cantidad de verduras y hortalizas que, unidas a un tiempo largo de cocción y un control del líquido añadido, dan como resultado un sabor potente.

¿Qué podemos poner a este consomé vegetal para vestirlo de Navidad? Verduras cocidas al vapor cortadas en daditos o juliana, trozos de tofu suave, pequeñas albóndigas vegetales añadidas en el último momento o raviolis vegetales.

El caldo de cebolla ha dado muy buenos momentos en casa y es perfecto para hacer un consomé vegetariano con champiñones laminados, pequeñas setas salteadas, o como base de una sopa de cebolla de lujo.

La sopa minestrone no es vegetariana –aunque se puede convertir eliminando o cambiando los ingredientes de origen animal– pero está hecha a base de vegetales y legumbre combinados con otros ingredientes. Una versión más caldosa, con menos verduras, y algún detalle delicado, puede ir perfectamente como primer plato para Navidad o Año Nuevo.

Ahora que ya has visto todas estas opciones, seguro que te está apeteciendo un plato caliente de cuchara esta Navidad: sólo te queda escoger el que más te guste, ¡a por él!

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Terrina de conejo a la pimienta

En Francia hay una gran tradición de terrinas y patés. Cuando paseas por un hipermercado francés, es fácil ver utensilios para hacer terrinas, embotar y conservar estas maravillas cárnicas. Hoy toca darle al slow cooker con una receta que, si bien sirve para todo el año, en Navidad es cuando nos da más juego como aperitivo de lujo hecho en casa: una terrina de conejo a la pimienta.

Esta terrina de conejo se puede hacer con distintos tipos de grasa: de cerdo ibérico o de pato. Utiliza la que te sea más fácil de encontrar, pero si usas la de cerdo, intenta que sea ibérica; tiene un sabor más delicado que se va a notar en el resultado. Ten en cuenta que casi una tercera parte de la terrina es grasa, por eso es tan importante escogerla bien. Yo he utilizado grasa de pato porque me resulta fácil encontrarla cuando voy a Francia. Tenía un bote en casa –tengo que reponerlo– esperando a hacer una receta de este tipo. Sé que en España no es fácil de encontrar, por eso te doy la alternativa con la de cerdo ibérico.

La parte más complicada de esta receta es deshuesar el conejo. Te recomiendo que saques la mayor parte de carne que te sea posible, pero sin dejarte la vida rascando los huesos. Yo lo he hecho, porque estas cosas me relajan, pero ten en cuenta que en el paso 4, en el que hay que dorar la carne, lo que haya quedado pegado al hueso saldrá fácilmente y podrás sacarlo y añadirlo al slow cooker.

Cuidadito con el machete de los carniceros, que al trocear la carne de aguja lo llenan todo de esquirlas. Echa un ojo a las recomendaciones, allí te cuento cómo pedir la aguja en la carnicería para evitar tener invitados indeseables dentro de la terrina. ¡Bon appetit!

Cómo hacer terrina de conejo a la pimienta en slow cooker

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Turrón de chocolate caramelizado y shortbread

La prenavidad llega a Crockpotting con un turrón de chocolate caramelizado y shortbread debajo del brazo. Después de descubrir cómo hacer chocolate rubio en slow cooker, no podía dejar pasar la ocasión de hacer un turrón con esta maravilla caramelizada. Aunque el primer impulso fue utilizar unas galletas speculoos, al final utilicé las galletas scottish shortbread o galletas escocesas. Son unas galletas grandes de color blanquecino, hechas con mantequilla, que combinan muy bien con los matices del chocolate rubio. No son complicadas de encontrar, es muy posible que en tu supermercado las tengan.

Para que las galletas se mantengan crujientes, te recomiendo hacer el turrón con poca antelación. Puedes tener el chocolate rubio ya preparado en un bote y volverlo a derretir utilizando del slow cooker como baño María. Con que le des el tiempo para que se solidifique y puedas servirlo es suficiente; en dos días estará listo para consumir.

Los puristas de los turrones se ponen de muy mala leche cuando ven este tipo de turrones (que sí, no son turrones de verdad). Creo que todos sabemos diferenciar y tenemos claro cuál es el turrón turrón, el que se ha consumido toda la vida en Navidades: con almendra y miel, el duro de Alicante, el blando de Jijona, en tortas o tabletas. También hemos cortado por los siglos de los siglos pan de Cádiz, turrón de yema, de frutas, guirlache, Glorias y peladillas. Pero, ¿quién nos va a quitar la ilusión de poder hacer dulces de Navidad con la olla lenta y ponerlos orgullosos en la bandeja de los turrones?

Cómo hacer turrón de chocolate caramelizado y shortbread en slow cooker

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Turrón de chocolate caramelizado y shortbread

Tiempo de preparación15

Tiempo de cocción8

Tiempo total8 15

Función: ALTA

Servings:

Ahora puedes comprar algunos ingredientes de esta receta en el supermercado online DIA a través de los enlaces de los productos.

Mira cómo funciona el servicio

Necesitarás

Molde de turrón o de chocolate

Ingredientes

▢ 250 g de chocolate blanco para postres o de cobertura
▢ 8-10 galletas shortbread medianas

Elaboración

▢
Haz un chocolate rubio con el chocolate blanco según estas instrucciones.
▢
Cuando el chocolate rubio esté listo, prepara un molde de turrón, remueve bien el chocolate hasta que tenga brillo, y cubre la mitad del molde. Nivela con una espátula o déjalo caer un par de veces con cuidado sobre la encimera (se nivelará con el golpe). Mete en el frigorífico o el congelador el tiempo justo para que la capa se empiece a solidificar.
▢
Añade una segunda capa y nivela de nuevo (que no rebose el borde). Coloca las galletas sobre el chocolate y presiona con suavidad para su fondo quede sumergido. Las galletas deben verse en la superficie.
▢
Refrigera hasta que el chocolate se haya solidificado por completo. Desmolda con cuidado y guarda a temperatura ambiente envuelto en papel de horno.

Recomendaciones

Si las galletas son muy grandes, puedes trocearlas, colocarlas en el molde y dejar que el chocolate las cubra. No quedará tan aparente, pero te va a saber riquísimo.

Deja que la tableta se solidifique por completo antes de desmoldarla. Puedes dejarla un tiempo en el frigorífico para que se endurezca, pero sácala cuando ya se haya quedado dura, no la guardes en la nevera.

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Corned beef

El corned beef ha llegado a Crockpotting para hacer pandillita con el pulled pork, el roastbeef y maravillas como la cochinita pibil o las carnitas. Son recetas de carnes sabrosas y tiernas, que admiten marinadas potentes y dan mucho regocijo en la mesa. El corned beef tiene su origen en Irlanda, y es conocido por la latas de carne en conserva que, si buscas bien, puedes encontrar en los supermercados.

Corned beef quire decir 'ternera curada en sal', y ese es el primer paso que hay que dar para cocinar este receta: mantener la carne en salmuera durante 7 días. Si te está pareciendo un rollo y piensas en saltarte este paso, busca otra receta: la salmuera le da un sabor y carácter que no encontrarás en una carne asada.

Normalmente, el corned beef se cocina con una pieza de falda con más proporción de carne que de grasa. A mí me ha sido imposible conseguirla. En las carnicerías que he pateado, sólo tenían los típicos cortes de falda delgada que se ponen en el cocido o se usan para rellenar, pero ninguno del que sacar un filete con carne en condiciones.

En una de las carnicerías me explicaron que ellos sólo trabajaban con hembras, que tienen menos carne, y que para encontrar lo que buscaba tendría que buscar falda de ternera macho. Como fue una búsqueda sin resultado, al final opté por una pieza de carne de ternera para asar. Las opciones eran el pez, la espaldilla o el morcillo: al final compré una pieza de espaldilla con un nervio central que se convirtió en gelatina tras la cocción. Selecciona piezas de carne con grasa y tejidos, que no sean piezas de primera (lomo o solomillo) y, si encuentras una pieza de falda de macho con carne a tutiplén, ¡a por ella!

Cómo hacer corned beef en slow cooker

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Chocolate rubio

¿Chocolate rubio? Pero, ¿qué invento es esto?, puede que te preguntes en plan Sara Montiel. El chocolate rubio nació de una casualidad tras el despiste de Fréderic Bau, Chef de L'Ecole Valrhona. Trabajando en el obrador, el chef olvidó durante horas un recipiente de chocolate blanco en el baño María; al descubrirlo, vio que éste había cambiado de color –del marfil del chocolate blanco al caramelo– y que tenía un sabor diferente.

Al conocer esta historia, se me encendió el detector de recetas crockpoteables y me puse manos a la obra. La primera prueba fue un fracaso, porque prescindí del baño María y calenté el chocolate blanco directamente en un slow cooker mini. El resultado fue una masa cocinada de manera irregular, de textura chiclosa/terrosa, oscura en los bordes y pálida en el centro. Si estabas pensando en hacerlo así, ni lo intentes.

La segunda prueba, con el chocolate en un recipiente de vidrio dentro del slow cooker convertido en un auténtico baño María, fue un éxito. Sin necesidad de mover el bote ni abrirlo, el chocolate fue tomando lentamente ese color dorado tan bonito que ves en la imagen. Pasadas 7 horas, ya estaba listo. Al principio, el chocolate se presenta un poco terroso y complicado de manejar; tras unos minutos removiendo con una cucharilla, empieza a sacar brillo y mostrarse más elástico. Ese es el momento de utilizarlo: bien extendiéndolo en una superficie tipo Silpat para hacer láminas gruesas, o creando turrones, bombones o tabletas de chocolate.

El comportamiento de este chocolate es muy distinto al del chocolate auténtico. Es muy sensible a la temperatura y necesita un ligero reposo en frío para endurecerse. El slow cooker permite simplificar el proceso para hacer chocolate rubio sin necesidad de utilizar el horno ni estar demasiado pendiente de la elaboración, tal y como explica David Lebovitz en este artículo.

Si te encanta hacer frikadas, esta es una buena receta para disfrutar, pero no olvides utilizar siempre chocolate de cobertura blanca, porque puede que si usas chocolate blanco en tableta, el resultado sea un desastre. ¡A por ella!

Cómo hacer chocolate rubio en slow cooker

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Consomé

El consomé es rey de los caldos. Se sirve, o se servía, en los mejores menús. Vale, algunos diréis que es un plato antiguo que se ha perdido entre tanta cosa esferificada, tanto ceviche fusión y tanta pamema. Me temo que es cierto, que nadie echa de menos el consomé hoy en día. Antes era común encontrarlo en las cartas de los restaurantes, y ahora es un rara avis al que apenas se le presta atención.

El consomé es un caldo de color ámbar, transparente y puro, de sabor intenso y con cuerpo. Su nombre viene del francés consommer, que significa 'consumir'; pero, según la primera edición del diccionario de la Academia Francesa (1694), también quiere decir 'consumar', término que, aplicado a la carne, habla de 'cocer tanto la carne que casi todo el jugo, toda la sustancia esté en el caldo'.

El consomé es un trago de vida, una auténtica maravilla que concentra una profundidad de sabores inimitable. Siempre quise hacerlo en casa, pero tener una olla al fuego durante 24 horas no me parecía una buena idea. El slow cooker me ha dado la posibilidad de hacerlo sin tener que preocuparme de regular el fuego o vigilar la evaporación. Va por ustedes esta receta de consomé en crock pot. ¡Que viva la cocina lenta!

Cómo hacer consomé en slow cooker

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