Cómo funciona un temporizador de pestañas

El temporizador y su uso en la cocina con Crock Pot

Uno de los utensilios que más llaman la atención cuando se empieza a cocinar en Crock Pot es el temporizador de pestañas. En esta web y en nuestra comunidad de Facebook, solemos recomendar su uso si se quiere controlar el slow cooker más allá de las posibilidades que ofrece de fábrica. Si tu olla tiene mando manual, te dará más juego, pudiendo diferir el comienzo de la cocción, pararla a determinada hora e incluso volver a encenderla para calentar. Si es digital, podrás pararla por completo una vez pasado el tiempo de cocinado si quieres evitar que entre en "mantener caliente". Estas son cuestiones que con la práctica quedan claras, al igual que pasa con el funcionamiento del programador de pestañas.

Cuando este invento llega a casa lo miramos, empezamos a dar vueltas a su ruleta y nos preguntamos cómo podemos hacerlo funcionar. Los más aventureros comprenden su uso en pocos minutos experimentando, subiendo y bajando pestañas, haciendo pruebas, conectando y desconectando el interruptor. Los más cautos pueden terminar hechos un lío, más aún si las instrucciones no son claras o brillan por su ausencia, como suele ocurrir en ocasiones.

A través de este vídeo vamos a intentar explicar su funcionamiento. No es el coco, no le tengas miedo que no muerde. Echa un ojo al vídeo y haz una prueba real hasta que domines el asunto. Coloca la hora y las pestañas y conecta tu olla, ve haciendo correr la ruleta para ver qué sucede: ¿se enciende y apaga la luz de funcionamiento a las horas programadas? Pues ya lo tienes, genio.

¿Para qué demomios sirve el interruptor lateral?

El interruptor lateral (si lo tiene) sirve para conmutar la corriente, es decir, podemos dejar el temporizador en un modo en el que espera a la hora programada para pasar la corriente o permanece encendido sin tener en cuenta la programación. Enchufa tu olla u otro aparato y haz la prueba sin programar. Click, clack, ¿se enciende y se apaga? Pues ya sabes para qué sirve y cuál es la posición de cada modo. Para que la programación funcione debe estar apagado.

¿Y la flechita? ¿Qué pinta ahí la flechita?

La flecha que aparece en la ruleta sirve para colocar la hora actual cuando vayas a programar. Si son las 10:00, mueves la ruleta y colocas la flecha en las 10. Para programar debes cambiar la posición del tramo de pestañas que va desde la hora de comienzo hasta la hora de finalización. Si vas a cocinar desde las 12:00 hasta las 16:00, cambia de posición las pestañas (apretar o levantar, depende de cada fabricante) desde el 12 al 16.

Una vez hecho esto, ya solo falta enchufar el programador o temporizador, conectar el cable de la olla en el temporizador, colocar la temperatura adecuada con el mando manual o el programador digital interno y hacer una primera prueba de que todo va bien para evitar sorpresas.

Bonus track. Si te rayas con los cuartos

Un truco. Si estás programando y no es una hora en punto, puede que te rayes un poco con el tema de las medias y los cuartos. Si es así, coloca la hora en punto más cercana a la hora en curso y mueve las pestañas correspondientes al tramo de tiempo en que quieres cocinar.

Ejemplo: son las 13:47 y te vuelves loco con la flechita. Quieres que empiece a cocinar dentro de dos horas durante cuatro. Coloca la flecha a las 14:00 y mueve las pestañas del 16 al 20. El resultado va a ser prácticamente el mismo, con una diferencia de 13 minutos que, la verdad, en cocción lenta no van a ninguna parte.

Vídeo vía Growlet Growshop en Youtube

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Recetas de táper en slow cooker

Para las personas que comen de táper en el trabajo, la Crock Pot es un auxiliar de cocina muy útil. Digo auxiliar porque te presta el auxilio necesario para no agobiarte con la cocina, poder descansar en el escaso tiempo de ocio que te dejan los días laborables y te permite alimentarte con comida casera recién hecha.

Imagina trajinar un rato en la cocina antes de la cena, dejar el slow cooker cocinando durante la noche y, por la mañana, llenar la fiambrera o el táper (depende de lo E.G.B que seas) y salir de casa rumbo al tajo.

También se puede hacer comida más o menos en masa y congelar en raciones para tenerlas listas para tener un menú para todos los días de la semana. Comer bien en el trabajo no cuesta tanto teniendo la ayuda de una Crock Pot, vamos a repasar algunas recetas que puedes preparar para llevar al trabajo, pensadas como primero, segundo y plato único.

Primeros platos para llevar al trabajo

Si te gusta comer "como toda la vida", con su primero, su segundo y un postre, aunque lo hagas en el comedor del trabajo, estos primeros te alimentarán como un conde si los combinas con uno de los segundos que aparecen más abajo o con una carne o pescado a la plancha, para un menú más ligero. Prepara el tenedor y la cuchara, que aquí hay para menear las muelas.

Porrusalda. Para verduleros trabajadores, amantes de las sopas y yonkis de las dietas ligeras. Al tener patata no es apta para congelar, pero se hace sola mientras te estás quitando los zapatos, viendo documentales de La 2 o pegando la oreja en la almohada.

Sopa de kimchi. Serás ese ser exótico que suscita todas las envidias en la oficina, el friki que come kimchi. Pero lo mejor de todo es que te meterás entre pecho y espalda una sopa picante y probiótica mientras tus compañeros liban de un triste Actimel.

Dahl de lentejas rojas. Un puré que se hace solo. Las lentejas rojas son tan pequeñas y tan delicadas (no tienen piel), que la cocción las convierte en un puré que solo necesita un golpe de batidora para afinarlo. Este dahl se puede comer frío o caliente, y agradece un buen queso fresco o yogur griego como acompañante.

Vichyssoise. Puedes hacerla mientras te peleas con los papeles en la oficina, encontrar el asunto ya frío al llegar a casa, darle una pasada por la turmix y dejarlo enfriar en la nevera toda la noche. Al día siguente habrá quien te pregunte qué estás comiendo mientras tú piensas en el ratio esfuerzo/satisfacción. Para los que no tienen jornada de verano.

Ensalada de pimientos rojos y ventresca. Un entrante ligero y sabroso que te hará olvidar los pimentos asados de bote y que, si pasas de ventresca, podrás combinar con sardinas, bonito, caballa o anchoas. Y sin repetirte con la lechuga, oye.

Alcachofas confitadas. Para esos días en los que quieres sentirte comiendo como el Maharajá de Kapurthala. Bueno, no sé si este hombre le daba mucho a la alcachofa confitada, pero sí tengo claro que estas alcachofas son un lujo para el paladar. Solo en temporada.

Escalivada. Otra ensalada socorrida que bien aliñada y acompañada te encantará. Al igual que la ensalada de pimientos, puedes enriquecerla con conservas de pescado y prácticamente tendrás un plato completo.

Pastel de pescado. Se come frío, así que es perfecto para eludir las colas del microondas. Acompáñalo de una ensalada de lechuga o patata y sé el primero en sentarte a la mesa.

Segundos platos para llevar al trabajo

Los segundos platos se convierten en platos únicos con una guarnición que los acompañe. Un poco de arroz blanco, de pasta, cus cus, verduras, ensalada, etc. y esa carne o pescado tienen otra lectura que te asegura llegar sin hambre a la hora de la merienda. Desde una butifarra hasta una tortilla de patata, tú eliges qué vas a comer mañana.

Albóndigas con tomate. Cocina de madre para comer en el trabajo. Unas pelotas con tomate y un buen chusco de pan harán que olvides las penurias de ese informe durante media hora. Para albondigueros recalcitrantes.

Costillas de cerdo asadas. Se hacen en cuatro horas y no hay que apañar mucho una vez listas. Al táper de cabeza con un poco de arroz y a disfrutar a medio día.

Costillas de cerdo barbacoa. Si haces estas costillas a la barbacoa no te olvides de llevar pan o estarás tentado de chuparte el dedo delante del jefe de departamento. Aunque, bien mirado, a lo mejor es un buen plan.

Pollo al ajillo. Un planazo, algo tiene el ajo que incita a comer con gusto. La salsilla que saca esta receta también merece un unte, eso sí, con moderación.

Tortilla de patatas. Confitas durante la noche, cocinas la tortilla en un momento mientras se hace el café, y a la saca para darle fuerte al diente a mediodía.

Butifarra al vino blanco. La butifarra también tiene sitio en el comedor de empleados. Con el tiempo, puede que hasta le pongáis una placa en la puerta.

Lomo de orza. Lo haces un día cualquiera, lo dejas macerar durante días en frío y ¡zas! te saca de cualquier apuro si esa tarde no has preparado nada para el día siguiente. Es un valor seguro.

Alitas de pollo barbacoa. Sin pudor, con las manos, como los valientes. Te pedirán una alita, querrán probar. Y tú disfrutarás de una carne tierna como hecha en Carolina del Norte.

Platos únicos para llevar al trabajo

La vida de oficina a veces nos hace olvidar los potajes por el camino. Los platos únicos también se pueden llevar al trabajo en un táper: a la hora de comer bendeciremos la hora en que se nos ocurrió traer fabada, cocido o lentejas. Aquí tienes seis propuestas para una comida de táper completa.

Fabada asturiana. ¿Por qué no una fabada para comer en el trabajo? En un solo táper puedes llevar un platazo de escándalo con el que la recomendación de comer legumbres estará más que cubierta.

Patatas a la riojana. Las patatas a la riojana no admiten congelación, ya sabes que se quedan zapateras si las metes en el congelador, así que toca hacerlas por la noche durante el sueño y disfrutarlas al mediodía siguiente. Pueden aguantar un día de reposo, así que no hay excusa.

Cazuela de salchichas y patatas. No dejarás ni una miga en el plato. Un flash en el microondas, un meneo y caen en tu plato dispuestas a darte placer salchichero. Te pedirán la receta.

Cocido madrileño. Completo y para llevar. Puedes hacerlo para dos raciones o reservar las sobras del domingo para comerlo el lunes entre pantalla y pantalla. Tres vuelcos y tres envases: sopa, carnaca y garbanzos. Caballo ganador para trabajadores con hambre.

Alubias de Tolosa. No apto para meses de calor, sin embargo, te dará mucho placer los meses fríos de otoño e invierno. Incluso en primavera. Si te llevas un poco de arroz blanco tendrás un menú equilibrado.

Lentejas estofadas. Si te gustan las lentejas no tienes que renunciar a ellas aunque andes corto de tiempo. Con una preparación tan mínima como juntar ingredientes, añadir agua y darle mecha, la noche es la mejor amiga de esta receta si la haces en Crock Pot.

Además de estas recetas, puedes encontrar más platos para llevar al trabajo en esta lista de recetas de táper para Crock Pot.

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Caldo de jamón

Que tiene umami dicen. Que el jamón nos gusta tanto porque tiene umami, comentan los sabios de la cosa. Será eso, pero el caso es que es oir "jamón" y se le alegra la cara a una. En lonchas, cortado a mano, ibérico, serrano o de Teruel. En magras, en croquetas o sorteando verduras. O en caldo, esa pócima mágica que extrae toda la esencia de una buena pata de jamón.

Hemos cocinado caldo de pollo, de pescado, hemos hecho consomé y nos faltaba el caldo de jamón en nuestra lista de básicos. ¿Para qué puedes utilizarlo? Para añadir más sabor a la masa de unas croquetas sustituyendo una parte de leche por caldo, como base para sopas, o para enriquecer estofados, añadiéndolo en lugar de agua.

Son solo tres ejemplos de todo un mundo de utilizaciones de los caldos o fondos en la cocina. Si son hechos en casa mejor que mejor. Puedes hacerlos cuando tengas un momento (ya sabes que luego la crock se encarga de todo), congelarlos e ir sacándolos según los necesites, o establecer una rutina, sobre todo en otoño e invierno, para hacer caldo para toda la semana.

Cómo hacer caldo de jamón en slow cooker

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La gran duda: ¿Slow cooker digital o manual?

Son muchas las dudas cuando tenemos que tomar una decisión de compra. Al primer coup de foudre con el slow cooking le siguen decenas de preguntas antes de comprar la Crock Pot que más se ajuste a nuestras necesidades. A veces leemos una y otra vez guías de compra pero no terminamos de tenerlo claro. Una de las cuestiones que genera más preguntas es si debemos comprar una olla de cocción lenta digital o manual.

Ambas dan buen resultado, pero hay que saber que, aunque las ollas digitales sean vistosas y modernas, los slow cookers con mando manual ofrecen más posibilidades que estas. ¿Cómo es posible? te estarás preguntando. Pues es muy sencillo y vamos a ponerlo en claro en esta entrada.

El temporizador y las Crock Pot digitales

Las ollas de cocción lenta trabajan mientras nosotros estamos a otras cosas. Durmiendo, trabajando, escalando montañas o vaya usted a saber qué. Las digitales tienen un display en el que hay que introducir el tiempo de cocción, la temperatura de trabajo escogida y, una vez seguidos estos pasos, dar al start y empezar la cocción. Para ello la Crock Pot debe estar enchufada a la corriente, de lo contrario no funcionaria. Obvio ¿no?

Muy obvio, pero esta explicación es necesaria para entender qué sucede cuando necesitamos que nuestro guiso empiece a cocinarse en diferido, es decir, unas horas después. Esto es muy práctico cuando no queremos que la comida permanezca hecha durante mucho tiempo antes de comerla o queremos que se cocine en una franja de tiempo determinada.

¿Cómo hacerlo? Utilizando un temporizador externo de enchufe. Y ¿qué pasa cuando lo queremos usar con una Crock Pot digital? Pues que si lo dejamos programado para que pase corriente y encienda el slow cooker a una hora determinada, la olla se encenderá pidiendo que le digamos cuántas horas y a qué temperatura tiene que cocinar. Game over.

El temporizador y las Crock Pot con mando manual

Vamos a ver qué pasa en la misma situación si tenemos una olla de cocción lenta con mando manual. Programamos el temporizador de enchufe para que se encienda y apague a las horas seleccionadas, lo enchufamos, conectamos la Crock Pot al temporizador y movemos el mando de la olla hacia la temperatura escogida, alta o baja.

Cuando llega la hora de inicio que tenemos marcada en el temporizador externo, la olla recibe corriente y se enciende al momento, comenzando la cocción en la temperatura seleccionada. Una vez que llegue al final de la programación se apagará. Si queremos que vuelva a encenderse, por ejemplo para calentar la comida un tiempo antes de la hora de comer, bastará con haber seleccionado anteriormente las pestañas correspondientes a esa hora en el programador externo.

Una vez que tenemos clara esta cuestión, la elección solo depende de la manera en que queramos cocinar. Si no vamos a utilizar la programación en diferido, podremos escoger entre olla manual o digital atendiendo a otras necesidades, pero si para ti este forma de cocinar ofrece ventajas, no lo dudes: que tu primera Crock Pot tenga mandos manuales.

Imagen vía Rafiq Sarlie en Flickr

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Carnes. Diez recetas para slow cooker

Uno de los primeros productos en los que pensamos cuando hablamos de cocinar en Crock Pot es la carne. De cerdo, de vacuno, de cordero, las piezas menos valoradas, esas que necesitan caña para lucir en el plato, son las estrellas de la cocina de carnes en slow cooker. Por la mesa de Crockpotting han desfilado una buena lista de recetas de carnes, segundos platos con los que cubrir las necesidades carnívoras de nuestra familia: desde el polivalente roast beef hasta el cordero asado, el lomo de orza, que nos saca de más de un apuro, o un rabo en salsa al chocolate.

Aquí tienes diez recetas de carnes para Crock Pot con las que puedes iniciarte en la cocción en olla lenta. Bon apetite, mon petit choux.

Diez recetas de carnes para Crock Pot

Receta de albóndigas con tomate. El plato clásico de todas las casas de bien: las bolas, las pelotas de carne que emocionan a una generación detrás de otra. Cuida la cocción para que conserven su jugosidad y corta pan para untar ese tomate como Dior manda.

Receta de ossobuco a la milanesa. La gremolata debería tener un monumento en la entrada de todas las ciudades de buen comer. Cuando el ossobuco está ya listo, llega ella a coronarlo y a darle una bendición en forma de limón, perejil y ajo. Si no has hecho ossobuco en tu Crock Pot no sabes lo que te estás perdiendo.

Rabo en salsa de chocolate. Profundo y chocolatero, así es este rabo guisado en slow cooker que está hecho para darlo todo en la mesa. Ahora mirarás con otros ojos esas piezas de hueso y carne que te dicen hola con la manita en el mercado.

Cordero asado. Una de las carnes de textura más delicada que agradece la cocción lenta con un beso en los morros. Si te quieres asegurar ternura, cocina el cordero en Crock pot y dale un toque de grill al final para que no falte el crunchy crunchy.

Lomo de orza. El comodín. La hucha carnívora en la que, si guardas, encuentras. Lo cocinas hoy y te da satisfacciones durante un tiempo (el que aguantes sin acabar con él). La carne confitada en aceite se conserva en frío dentro de un tarro para apañar un aperitivo en lonchas finas o un segundo plato con una guarnición. No puede gustarnos más.

Receta de roast beef. Tan bueno para una comida especial como para tener una buena baza para un picnic o una cena fría. Se puede comer frío o caliente, con cuhillo y tenedor o en sandwiches; Puede decirse que es un comodín de cocina de categoría. Para los que disfrutan de las carnes sonrosadas.

Costillas de cerdo asadas. Si no has probado las costillas de cerdo cocinadas en baja temperatura no conoces las posibilidades que tiene esta carne. Hay un antes y un después de cocinar las costillas en Crock Pot. Si las pruebas, ya no querrás comerlas de otra manera. Para tiernos de corazón y dentaduras hedonistas.

Costillas de cerdo a la barbacoa. Aplicamos el mismo comentario que para la receta de costillas asadas y doblamos la apuesta con una salsa barbacoa en la que tú eliges: o la haces o la compras, como más te apetezca. Lo de chuparse los dedos y manchar servilletas es un paso obligatorio, ¡a comer sin convenciones!

Carrilleras al vino tinto. Carrilleras, pura magia. Metes un mazacote de carne y sale la gloria en salsa. Esta receta vale tanto para carrilleras de cerdo como de ternera, ambas se dejan embriagar muy bien con ese tinto que tienes guardado en tu botellero.

Receta de carrilleras de cerdo al Oporto. Son pequeñitas y están deseando que las mimes al calor. El cerdo nos da una de las partes más sabrosas de su corpachón: aquella que está en sus mofletes y que parece vivir un redescubrimiento en la cocina. Las cocinamos con Oporto, pero estamos deseando que hagas tuya la receta.

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Cholent

Esta receta que nos zampamos hoy es todo un homenaje al origen del slow cooker. El cholent es un guiso askenazí que se prepara tradicionalmente la víspera del shabat, el día sagrado judío en el que el trabajo está prohibido desde el atardecer del viernes hasta la puesta de sol del sábado. Para evitar cocinar durante esa jornada pero poder llenar el buche con buenos alimentos, se cocina el cholent, un puchero de legumbre, patatas, cereales, verduras y carnes cocinado a baja temperatura a fuego lento.

Irving Naxon, el inventor de la olla de cocción lenta, tenía en el recuerdo las historias que su abuela le contaba de su vida en un shtetl de Lituania. Los viernes su madre le encomendaba un encargo: llevar una olla con el cholent al horno de la panadería, donde se cocinaba durante un día entero.

La mente inquieta de inventor del señor Naxon dio vueltas y vueltas buscando un modo de poder cocinar a fuego lento en casa, sin tener que recurrir a un horno de pan ni prestar atención a la comida, e inventó la Naxon Beanery, que se convertiría en Crock-Pot® tras vender la patente a Rival.

No hay una fórmula única para el cholent, que se rige más bien por la temporalidad y la disponibilidad de productos bajo la observancia de una única norma: que los productos sean kosher. Para preparar este cholent crockpotizado me he ceñido a carnes adecuadas a la norma: cordero o ternera, aunque si quieres enriquecer el guiso, puedes utilizar pollo, gallina o pavo. También puedes sustituir el trigo por cebada y utilizar verduras habituales en tu despensa.

Cómo hacer cholent en slow cooker

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Pudin de pan perdido

Pan perdido. Mira que es bonito el nombre, tanto que debería haber una calle del pan perdido, o un avenida, una plaza, un algo. En francés la cosa no deja de tener su atractivo: pain perdu, que es como se llama a las españolísimas torrijas en la patria de Giscard D'Estaing. Los restos de pan duro se pueden aprovechar de muchas maneras, una de las más dulces y sabrosas es hacer un pudin de pan perdido, que será más bueno cuanto mejor sea el pan que se nos ha quedado secanucio.

Este pudin de pan perdido lo hice con un pan de lujo, lo que quedó de una montaña de pan de molde de The Loaf que no puede aprovechar por completo a tiempo. Pecado venial, pero mereció la pena, a cada trozo que cortábamos nos íbamos despidiendo de él con los ojos llenos de emoción.

No pases pena cuando veas que se te queda una barra de pan muerta de risa: con leche, huevos, azúcar y alguna fruslería más tendrás un postre o una merienda de aprovechamiento muy laminera.

Cómo hacer pudin de pan perdido en slow cooker

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Me he comprado un slow cooker. ¿Por dónde empiezo?

"Me he comprado una crock pot. ¿Por dónde empiezo?" Es la pregunta del millón de todo crocky primerizo. Después de solventar todas las dudas anteriores, de tomar la decisión de pasarse a la cocina lenta, de escoger la olla más adecuada y comprarla, llega ese momento en el que una caja llega a casa pidiendo a gritos que la abras, y de allí sale una olla de cocción lenta reluciente deseando que le des una palmadita en el lomo para romper a cocinar. Y no sabes por dónde empezar.

Empieza por lavar la olla y leer las instrucciones

Lo primero es no dejarse llevar por la emoción y dar un buen lavado a la olla extraíble con agua y jabón lavavajillas, examinar la carcasa por si hubiera restos de plásticos o embalajes dentro, y colocarla en su sitio en la cocina. Ya estás listo para comenzar. Lo mejor en ese primer momento es tener un poco de calma para repasar las instrucciones, familiarizarse con el funcionamiento (que suele ser muy sencillo, sobre todo en las crock pot manuales) y buscar alguna receta facilona.

Compra un temporizador de enchufe

Si quieres tener más margen con los tiempos o apagar por completo la olla al terminar la cocción, hazte con temporizador de enchufe de los que se colocan en el enchufe. No hace falta que sea sofisticado, los que mejor resultado dan son los manuales, de pestañas. Te ayudará a controlar los tiempos, tanto en el inicio (si tu olla no es digital) como en el final de la cocción.

Busca recetas fáciles para Crock Pot

Es importante no dejarse vencer por las prisas y planificar esa primera toma de contacto. Una vez escogida la receta con la que vas a empezar tu amistad para toda la vida con el slow cooking, procura que el tiempo de cocción encaje con tus quehaceres para estar cerca cuando termine. Ya habrá tiempo de cocinar a distancia, pero las primeras veces es mejor estar cerca.

Si vas a hacer legumbre, que no te venzan las prisas y la ilusión y respeta el remojo previo (a no ser que vayas a cocinar lentejas). Cocínalas durante la noche y vete a dormir pensando en el milagrito que saldrá de allí por la mañana. Si escoges una receta corta (en Crockylandia tres horas es corto) procura estar de cuerpo presente cuando termine el tiempo para echar un vistazo al resultado.

Busca recetas fáciles para empezar a cocinar en tu Crock Pot, que sean afines a la cocina que haces habitualmente y con ingredientes que puedas encontrar en el mercado. Si nunca has comido tuscan turkey and beans y en tu barrio no venden italian seasonig ni Green Giant Steamers, ponte mejor con unas lentejas estofadas.

Planifica tus recetas

No improvises con los ingredientes, la Crock Pot no hace milagros, y si no pones cosas ricas, el resultado será mediocre en cuanto a sabor y puedes decepcionarte. Pero si cuidas ese momento con ingredientes que aporten valor y sabor a tu receta, la primera experiencia tendrá visos de quedar en el recuerdo. Recuerda, un guiso con lo que se va quedado pocho en el frigo no, una receta con sentido y buenos alimentos, sí.

Consulta los procedimientos de cocción para distintas recetas, adapta ese guiso que te sale tan bien y cocínalo en tu slow cooker. A medida que vayas cocinando con tu olla de cocción lenta, irás tomando soltura y cada vez será más fácil. No te desanimes si alguna receta no sale bien, eso nos pasa a todos.

No escatimes pasos a la hora de cocinar en olla de cocción lenta. Algunas recetas se solucionan poniendo todos los ingredientes en la olla y programando tiempo y temperatura, pero otras agradecen un salteado previo, dorar la carne, reducir jugos, etc.

Hay más crockpotters ahí fuera...

Busca apoyo, no estás solo en el mundo, hay muchos crockys deseando darte la bienvenida y compartir contigo sus experiencias y recetas. Están en el grupo Crockpotizados. Cocina con slow cooker, si tienes Facebook te estamos esperando.

Echa un vistazo a esta lista visual de recetas fáciles para comenzar a cocinar en crock pot, haz click y ¡empieza a crockear!

Cazuela de salchichas y patatas en slow cooker

La cazuela de salchichas y patatas es una estupenda receta para empezar.

Prueba a confitar las patatas para hacer tortilla de patata.

Una guarnición que nunca falla: batatas asadas.

Receta de champiñones guisados en Crock Pot

Siempre los encuentras en el súper, baja y haz unos champiñones guisados.

Te costará dejarlo reposar, el lomo de orza es tan fácil de hacer como sabroso.

Receta de patatas a la importancia en Crock Pot

Tan fácil como poner buenas fabes y compango en la olla y esperar. ¡Fabada asturiana!

Alitas de pollo a la barbacoa. Receta para Crock Pot

Facilitas de hacer y no quedará ni una en el plato: alitas de pollo a la barbacoa.

Un básico: caldo de pollo, para hacer sopas o enriquecer tus guisos.

Receta de costillas de cerdo a la barbacoa en Crock Pot

Costillas de cerdo a la barbacoa: compra la salsa y en cuatro horas son tuyas.

Receta de costillas de cerdo asadas en Crock Pot

Costillas de cerdo asadas, sin salsas ni distracciones.

Receta de patatas a la riojana en Crock Pot

Patatas a la riojana, el guisote definitivo.

Receta de carrilleras de cerdo al oporto

La carne más melosa que puedas imaginar: carrilleras de cerdo al oporto.

Receta de chocolate a la taza en Crock Pot

En dos horas tienes la chocolatada montada en casa: chocolate a la taza en Crock Pot.

Pollo al ajillo, estupendo para principiantes.

Las de toda la vida: lentejas estofadas en Crock Pot.

Compota de manzana. Receta para Crock Pot

Manzanas, azúcar , limón y tres horas de cocción: ¡compota de manzana para tus postres!

Imágenes vía anneheathen y Meal Makeover Moms en Flickr

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Pulled pork

La carne de cerdo y la olla lenta tienen un romance que ríete tú de Romeo y Julieta. Son los cortes menos agraciados los que salen más favorecidos de las cocciones largas, haciendo interminables cortes de mangas a los solomillos más estirados cuando su carne se deshace bajo un tenedor o tus caninos. El pulled pork es una estupenda receta para iniciarse en el mundo de las carnes hechas en slow cooker: podrás alimentar con bocatas o sandwiches a un regimiento o preparar un plato único rodeándolo de arroz, ensalada, etc.

La manera tradicional de cocinar el pulled pork es en barbacoa; es más, en Estados Unidos se suelen hacer fiestas en las que se cocina un cerdo entero para luego alimentar a todo un estado, porque, ¿te imaginas cuántos sandwiches pueden salir de un cerdo talludito?

En Crockpotting la fiesta es más en petit comité, y de esta paleta de cerdo sacaremos aproximadamente seis u ocho raciones para servir en plato con guarniciones o unos diez o doce sandwiches, dependiendo de lo tenazas que sean tus invitados a la hora de engullir.

Cómo hacer pulled pork en slow cooker

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Dulce de leche

Mi primera experiencia con el dulce de leche, hace unos años, fue un pequeño desastre. Me puse a cocinarlo a media tarde, pensando que en un par de horas tendría el tema liquidado y podría estar lamiendo el cazo con gula. Pero no fue así.

Empezó a caer la noche y la casa se fue quedando vacía de almas despiertas. Desde el dormitorio me llegaron algunas voces preguntando que a qué esperaba para irme a dormir. Explicar que tenía dos litros de leche reduciendo a fuego lento y que aquello estaba casi completamente a medias me dio muchos puntos para la leyenda de mi sindiós. Creo que aquello empezó a tomar color a una hora poco respetable hasta para un sereno.

No he vuelto a hacerlo a cazo y pelo, no ha habido narices en todos estos años, así que llevaba un tiempo mirando con ojitos golosos al slow cooker, preguntándome si ella me ayudaría a superar el dulcedelechegate. Y va y me dice la tía que sí, que entre otras cosas, ella ha nacido para esto, así que tardé lo que el rayo en hacerme con una botella de leche fresca y ponerme a trajinar. Esa noche dormí a mi hora, como los ángeles. Todo hay que decirlo.

Cómo hacer dulce de leche en slow cooker

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Botillo

Botillo, butelo, botelo o pastor, cuatro nombres y varias zonas para un plato que consiste en trozos de rabo, costilla, huesos de cerdo y demás tornillería, adobados y encerrados en el intestino ciego de un marrano, ahumado y semicurado. Quizá el más conocido sea el Botillo de El Bierzo, con su I.G.P y su canesú, pero también podemos encontrar botelo o butelo en Lugo u Orense, bandaju en Salamanca o butiellu en Asturias y norte de León. Con un aspecto similar en el exterior y un interior semejante a un embutido, tenemos el llosco o chosco asturiano.

El ingrediente principal del botillo es la costilla de cerdo, de la cual debe llevar un mínimo del 65% y un máximo del 90%; también lleva rabo de cerdo: no menos de un 10% y no más de un 20%, y el resto se puede rellenar de otras piezas como carrillera, lengua, espinazo o paleta de cerdo. Todo esto se adoba con pimentón, sal y ajo y se encierra en la tripa. Luego se ahuma con leña de roble o encina y se seca, quedando listo para su consumo.

Es un plato contundente, un matahambres con todas las de la ley y no suelen sobrar más que los huesecillos roidos con fruición. Pero si por cosas de la vida un día de estos te sobrara algo de este botillo hecho en slow cooker, prueba a hacer unas croquetas con la carne que te quede y quédate con toda la parroquia.

Cómo hacer botillo en slow cooker

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Compota de manzana

Las manzanas reinetas nos devuelven maravillas como las manzanas asadas o la compota. Puede que sean las más feas del cesto, las que menos brillan, las más Cenicientas del mundo manzanero, pero cuando les das calor te devuelven lo mejor de sí mismas.

La compota es un puré de manzana dulce que, si bien se sirve como postre o merienda, también va fenomenal con platos de carnes, sobre todo con cerdo o aves, o como acompañamiento para una terrina de foie. En cocina dulce, la podemos utilizar como relleno para filloas, crepes, mezclada con yogur, natillas, o como base para rellenar tartas o empanadillas dulces.

Para preparar compota de manzana en slow cooker no hace demasiado tiempo y tan solo hay que trocearlas, mezclarlas con azúcar y zumo de limón y esperar. Ellas solas se convierten en un puré al disoverse según van entrando en calor, de manera que la manipulación es mínima. Merece la pena echar unas reinetas a la cesta de la compra, cocinarlas y guardar compota para disfrutarla durante la semana.

Cómo hacer compota de manzana en slow cooker

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Compota de manzana

Tiempo de preparación15

Tiempo de cocción3

Tiempo total3 15

Función: ALTA

Servings: bote de medio litro

Ahora puedes comprar algunos ingredientes de esta receta en el supermercado online DIA a través de los enlaces de los productos.

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Necesitarás

Descorazonador de fruta

Ingredientes

▢ 3 manzanas reineta
▢ 50 g de azúcar moreno
▢ 1 limón

Elaboración

▢
Pela las manzanas, quita el corazón con un descorazonador de manzanas y córtalas en trozos.
▢
Exprime un limón y reserva el jugo.
▢
Pon las manzanas, el azúcar y el limón en la olla lenta, tapa y programa 3 horas en ALTA.
▢
Al terminar la cocción remueve la compota hasta que quede deshecha.
▢
Si tienes un slow cooker de alta capacidad y quieres hacer compota en cantidad, solo tienes que doblar o multiplicar las cantidades, exceptuando el limón, con uno basta.

Recomendaciones

Esta compota de manzana se puede tomar tal cual de postre o combinando con yogur natural o griego, natillas o untando en tostadas de pan.

Si no quieres que la compota salga demasiado ácida, pon solo el zumo de medio limón.

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Batatas asadas

Mi padre, que vivió la guerra con seis años, me hablaba de dos alimentos recurrentes en su dieta en la posterior hambruna: los higos con cuerda (si encontraba una cuerda entre los higos se la comía, me decía) y los boniatos. En aquellos años en los que su relato parecía increíble para una niña a la que no le faltaba todos los días un plato en la mesa, los boniatos eran un elemento exótico, un alimento del pasado, porque, por algún motivo que desconozco, dejaron de estar presentes en nuestra despensa.

Me tocó descubrirlos e imaginar a mi padre de niño saciando su hambre de posguerra con ellos años después, eran esos tubérculos alargados y de piel de color rojizo terroso que se vendían como batatas. La batata, boniato, camote o papa dulce es un tubérculo parecido a la patata, pero de color naranja y sabor dulce, y en España se consumen asados, en sancocho, en panellets, pastissets, al horno o como ingrediente de algunos potajes.

Aquí tienes una receta de guarnición sencilla pero de unos resultados muy reconfortantes: batatas asadas en slow cooker. Puedes hacerlas en ALTA durante tres horas o dejarlas cocer seis horas en baja para comprobar que, como nos cuentan en Gastronomía&Cía, cuanto más baja sea la temperatura y más prolongada la cocción, más dulce será la batata.

Cómo hacer batatas asadas en slow cooker

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Turrón de chocolate blanco y frutos rojos

Tenía que pasar. Después de varios años de ver cómo el gin tonic se convertía en una estrella social, una especie de Carmen Miranda de los combinados, estas Navidades hemos visto cómo nacía el turrón de gin tonic. Ya iba tardando, que en mi barrio hay un garito que lleva tiempo haciendo croquetas de gin tonic, lo juro por la virgen de las frituras. A este paso, con el avance de la estupidez gastronómica, vamos a poder comer un menú completo a base del cóctel: ensalada de gin tonic, croquetas de gin tonic, merluza al gin tonic y natillas de gin tonic. Y con el café un turroncito, hombre.

La actualidad turronera no tiene nada que ver con el panorama de hace un par de décadas, donde había más bien poco que escoger. Cierto es que turrón, lo que se dice turrón, son aquellos que están hechos con miel o azúcar y almendras, pero el desenfreno y las ganas de engendrar nuevas especies nos ha traído a esta era, en la que terminaremos por ver turrones de morcilla como no nos pongamos la pinza en su sitio.

Para ser completamente incoherentes con esta introducción, en Crockpotting hemos creado este turrón de chocolate blanco y frutos rojos al ron que lo tiene todo, sus frutas, su licor y su chocolatorro, para enganchar a la animada tertulia post cena. Puedes combinarlo con otras gocheces navideñas hechas en slow cooker, que seguro que después del corderazo aún hay hambre.

Cómo hacer turrón de chocolate blanco y frutos rojos en slow cooker

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Pote asturiano

La ola. En casa hacemos la ola cada vez que recordamos el pote asturiano que nos devolvió el slow cooker a cambio de entregarle fabes, chacinas asturianas, patatas, berza, agua y alguna cosina más. Cada vez que en una conversación sale la palabra "pote", se nos humedecen los ojos a la vez que empezamos a sentir un cosquilleo en las papilas gustativas. Da igual el contexto, ¿que alguien comenta que Francisco Nicolás se da mucho pote con los selfies? Nosotros lloramos, para desconcierto de nuestros interlocutores.

Cuentan en el libro Cocinar en Asturias que el pote asturiano probablemente sea más antiguo que de la fabada, aunque una de las primeras referencias al pote aparece en 1929 (Guía del buen comer español – Dionisio Pérez "Post-thebussem"). Allí se le llama fabada, aunque en la receta se indican los ingredientes del pote asturiano. Según estos indicios, la fabada asturiana podría ser un pote simplificado al que se le fueron quitando ingredientes, o el pote asturiano una fabada ilustrada propia de los hogares con posibles.

Aprovecha la lluvia, el frío, los días de poco salir de casa para hacer este pote asturiano; enróllate una servilleta al cuello y prepárate a disfrutar de unos de los mejores potajes de la cocina española.

Cómo hacer pote asturiano en slow cooker

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Rocas de chocolate blanco, almendras y jengibre

Entre los superpoderes de la olla lenta está el de poder fundir chocolate con garbo y salero, sin maltratar el género y pudiendo controlar el proceso; a nada que estemos atentos y no nos vayamos a pegar la hebra por ahí, el chocolate no corre peligro de quemarse ni degradarse, de manera que nos podemos convertir en le petit artisan chocolatier de andar por casa por obra y gracia de nuestro slow cooker. Y esto es una gran ventaja cuando queremos ofrecer unos bocados dulces hechos en casa a nuestros invitados de Navidad (o de no Navidad, qué carajo).

Si te gustaron las rocas de chocolate negro y naranja, estas rocas de chocolate blanco, almendra y jengibre son el contrapunto perfecto para conseguir una bandeja de mignardises en el más puro estilo Black or White. El jengibre y la sal son un puntazo para animar la vida un tanto sosaina y sin altibajos del chocolate blanco, mientras que las almendras y los cereales le dan cuerpo y crunchy. Se hacen en un pis pas, ¿quién da más?

Cómo hacer rocas de chocolate blanco, almendras y jengibre en slow cooker

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Natillas de turrón

Los postres, llevas días dando vueltas a los postres de la cena de Nochebuena y no te quieres complicar la vida. Harías un tronco de Navidad, pero andas justito de tiempo y quieres ir a lo práctico. Si tienes sitio para unos cuencos en el frigo, esta receta de natillas de turrón en slow cooker es tu Ángel de la Guarda. Si los cuencos son apilables, la gloria se multiplica por seis.

Las natillas de turrón son una de las recetas de postres navideños más práctica que puedes preparar: las haces el día antes y las guardas en frío mientras te lías con el cordero, el pastel de pescado y los entrantes. Te da tiempo hasta de ir a visitar a la tía Margarita, y de vuelta, a los postres, todos quedarán contentos con un dulce que sabe a Navidad.

Puedes comprar un buen turrón de Jijona o aprovechar ese que ronda por casa y que no sabes si llegó en una cesta, si sobró del año pasado o se materializó en tu despensa como la Medalla Milagrosa.

Cómo hacer natillas de turrón en slow cooker

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Sopa de guisantes partidos

Tengo un recuerdo muy difuso de haber comido potajes con guisantes y habas secas en la niñez. En casa, mis mayores no saben, no comentan, pero juraría que en alguna ocasión llegaron a mi plato, y tras cocinar esta sopa de guisantes partidos crockpotera lo tengo claro: no ha sido la primera vez que he sentido ese sabor inconfundible en mi boca.

Los guisantes secos o partidos volvieron a mí en el lineal de un supermercado francés. Pocas cosas hay que me gusten más que curiosear entre productos que en otros paises son habituales en la cesta de la compra y que aquí cuesta encontrar. Fue leer "pois cassés" en el paquete y empezar a recordar. Un par de kilos cayeron directamente al carro.

Aunque los guisantes secos no sean muy habituales en los mercados españoles, si se rasca un poco se pueden encontrar, y creedme, merece la pena tenerlos en la despensa. Consultando a Mr Peabody, que sabe lo suyo de verduras y legumbres, me da el chivatazo de que en Casa Ruiz los venden a granel, pero si no estás cerca de Madrid y te mueres por probarlos puedes comprarlos online en Mumumío.

Cómo hacer sopa de guisantes partidos en slow cooker

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Rabo de ternera al chocolate

No hay nada nuevo bajo el sol. De toda la vida de Dios se han hecho recetas saladas con chocolate, quizá el mejor ejemplo que se puede poner es el mole, de origen precolombino. Puede que para algunos sea una sorpresa descubrir que el chocolate o el cacao pueden acompañar carnes, caza, foies, pescados y mariscos, estar presente en vinagretas o combinar perfectamente con perejil y queso ("Bombón de perejil y queso", p.28 Hablemos del chocolate de Xabier Gutierrez ,1998).

A la hora de afrontar un guiso de rabo de ternera en slow cooker, en el laboratorio de I+D de Crockpotting no tuvimos ninguna duda de que lo haríamos a chocolate. Y el resultado fue una fiesta. La melosidad de la carne de rabo, con su punto gelatinoso, casa perfectamente con la profundidad de sabor que aporta el chocolate. Visto el resultado, estoy deseando repetir la receta, esta vez con unas carrilleras de cerdo o ternera. Si quieres servir una carne fuera de lo común, con una salsa oscura, sabrosa y con personalidad, esta receta de rabo de ternera en salsa de chocolate para slow cooekr es una victoria.

Este tipo de recetas de carnes en salsa tienen una gran ventaja para ser protagonistas de celebraciones, mesas familiares multitudinarias o comidas de Navidad: se pueden hacer con antelación porque no solo aguantan muy bien el reposo, sino que este les sienta fenomenal.

Cómo hacer rabo de ternera al chocolate en slow cooker

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Compota de Navidad

Si mi madre me hubiese visto haciendo compota de Navidad me habría devuelto una sonrisa irónica. La compota de Navidad nunca ha faltado en mi casa materna desde la víspera de Nochebuena, y esta menda siempre la ha evitado muy cerca del repeluzno. No sé por qué, creo que tiene que ver con el paladar infantil, que es caprichoso y rechaza algunos sabores para recuperarlos de adultos.

La madurez de la compota ha llegado a mi vida este año, más vale tarde que nunca, y creo que la voy a hacer hasta en agosto para celebrar los saltos de tirabuzón de mi vecino el piscinas. Esta compota de Navidad está hecha a partir de los recuerdos de infancia, que tengo la imagen de los orejones y las ciruelas grabada a fuego en mi inconsciente. La piña, los frutos del bosque, el moscatel, la canela y el anís estrellado salen de mi libre albedrío y le dan un carácter diferente y muy apetecible. Estoy deseando contrastar la receta con la de mi madre. Y sí, también ver esa sonrisa en su cara.

Cómo hacer compota de Navidad en slow cooker

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Alubias de Tolosa

Cuántos recuerdos en torno a un plato. Aquel caserío, al que nunca volví y que no puedo recordar dónde estaba, con cinco mesas alrededor de una cocina de leña llena de perolas con humeantes alubias de Tolosa. Mi madre dándome la receta de las babarrunas y prohibiéndome meter el cucharón para moverlas: –mueves la olla suave suave y los ajos se disuelven. Albiztur en un día de lluvia y sol, manteles de cuadros y un mesonero acogedor que no paraba de servirnos costilla, chorizo, morcilla de Beasain...

Si me preguntan cuál es el plato emblemático de mi tierra, diría que son estas alubias negras que hacen un caldo como el chocolate. En el libro Recetas de Cocina de Abuelas Vascas, de José Castillo (una joya de la cocina vasca popular), hay varias recetas que nos hacen una idea de cómo se cocinaban las babarrunas en los caseríos. En casi todas la cebolla iba troceada y, según los posibles de cada familia, se añadían carnes, embutidos o se dejaban viudas. En todas se habla de fuego lento, muy lento, de fogones de leña en los que "dejar el puchero en una esquina y dejar que se vayan cociendo a fuego lento [sic]".

En la página 181, Bibiana Eizagirre, de Balmaseda (tenía 87 años alrededor de 1991, fecha de edición del libro), habla de las pucheras, "unas calderas con su parrilla y alimentadas con carbón vegetal. Dentro de la puchera hay un puchero rojo esmaltado, que es el recipiente donde se colocan las alubias. (Dice Emilia que este sistema era de los antiguos maquinistas del tren)". Leo esto y veo un slow cooker rudimentario, el mismo principio de la olla lentar: un foco de calor en el que se introduce un puchero con el objetivo de cocer muy lentamente. No hemos inventado nada.

Cómo hacer alubias de Tolosa en slow cooker

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Dorada a la sal

La olla de cocción lenta tiene algo de múltiple personalidad; en realidad es una olla encastrada en una carcasa con poderes, pero a veces se pone el disfraz de Mortadelo y se convierte en un baño María, una fondue o, como es el caso, en un pequeño horno. ¿Quién nos iba a decir que es perfecta para cocinar a la sal? Carnes o pescados se rinden a sus encantos bajo una costra de sal gorda, cocinádose en su jugo y adquiriendo la sazón justa y necesaria.

Hoy le ha tocado a una dorada a la sal que bien podría terminar en una mesa de Navidad. Es verdad que en este caso la olla lenta tiene una limitación: el tamaño, pero ¿quién no ha sentado un cuñado a dieta en Nochebuena? Si necesitas tener un menú alternativo al colesterolazo al que vas a someter a tu familia en el trisque navideño, esta es la receta perfecta.

Es en estos casos cuando envidio profundamente a aquellas mentes previsoras y megalomaníacas que se compraron un sow cooker de seis litros y pico. ¿Sabías que las hay hasta de ocho litros? Compra el pescado teniendo en cuenta las dimensiones interiores de tu olla, ya que debe caber entero, sin cortar ni cabeza ni cola, de lo contrario podrías terminar pensando que te estás comiendo a la mujer de Lot.

Cómo hacer dorada a la sal en slow cooker

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Dorada a la sal

Tiempo de preparación5

Tiempo de cocción1 30

Tiempo total1 35

Función: ALTA

Servings:

Ahora puedes comprar algunos ingredientes de esta receta en el supermercado online DIA a través de los enlaces de los productos.

Mira cómo funciona el servicio

Ingredientes

▢ 1 dorada de alrededor de 1 kg
▢ 2 kg de sal especial para cocinar a la sal

Elaboración

▢
Pide en la pescadería que te preparen el pescado para hacer a la sal. La pieza debe estar entera y sin abrir, ya que de lo contrario la sal penetraría por las partes que tuvieran cortes y salarían en exceso el pescado.
▢
Haz una cama de sal en el slow cooker.
▢
Coloca el pescado sobre ella y cúbrelo con el resto de sal.
▢
Cocina durante 90 minutos aproximadamente en ALTA. Esta hora y media es orientativa y depende de cada aparato y del peso y grosor de cada pieza de pescado.
▢
Destapa la olla lenta, rompe la costra de sal con cuidado de no dañar la dorada y saca los lomos sin extraer el pez de la olla (para que no se rompa al manipularlo).

Recomendaciones

Puedes acompañar la dorada a la sal con un refrito de ajo y guindilla, con un hilo de aceite de oliva o una mayonesa aromatizada.

No excedas el tiempo, el pescado debe estar jugoso, si lo dejamos jugar al tute demasiado tiempo dentro del slow cooker saldrá seco como el estropajo.

Cómo hacer dorada a la sal en Crock Pot o slow cooker. Receta paso a paso.

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Rocas de chocolate negro y naranja

La bandeja de los turrones. ¡Ay la bandeja de los turrones! Todos los años, cuando en mi hogar dulce hogar terminamos con el atracón salado de la cena de Nochebuena, me levanto y desaparezco un segundo en la cocina para volver con la susodicha bandeja en las manos. Cuando aún no he terminado de posarla en la mesa, se empiezan a oir sonidos entre el suspiro y la pedorreta que terminan reencarnados en consignas como: ¿pero hay turrón? ¿Nos tenemos que comer ESO? ¿Para qué pones tanta cosa?

Con semejante espíritu navideñoturronero, cada año les miro con ojos de Marina Castaño mientras imagino para ellos una Navidad sin lotería, sin El Almendro y sin langostinos, pero qué le vamos a hacer: les quiero.

Este año no me pasa. A ver quién se resiste a unas rocas de chocolate negro y naranja, ¡JA!. A estas y a otras de chocolate blanco con jengibre y flor de sal que tengo en la recámara. Mi venganza va a ser terrible, lo veo en mi bola. Pienso sentarme con los brazos cruzados y una roca disolviéndose en mi boca a mirar como fingen resistirse. Mientras roo con los dientes los trocitos de nuez, esperaré a que vayan estirando la manita sobre la bandeja y acariciaré a mis gatos con una sonrisa maléfica.

Si en tu familia estáis hasta la peluca de peladillas, turrones y polvorones, o si quieres reivindicar unas fiestas llenas de serotonina y felicidad, haz estas rocas de chocolate negro y naranja en slow cooker y verás qué poco tardan en desaparecer de la mesa.

Cómo hacer rocas de chocolate negro y naranja en slow cooker

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Lomo de orza

¿Qué haces cuando a la vuelta de un viaje te desvías una buena tacada de kilómetros y terminas durmiendo en Trespaderne? Es muy fácil, la recomendación es comprar morcillas, lomo y papada en Suarez y volver a casa feliz oliendo a chacina. Si la morcilla resultó suprema, el lomo no se le quedó atrás. Mientras abría los paquetes la cabeza se me empezó a llenar de planes malignos, y uno de ellos terminó con el lomo cortado en trozos y cubierto de aceite en el slow cooker mini. El lomo de orza llamaba a mis puertas.

El lomo de orza es una preparación que sucede a la matanza. Ahora andamos muy chulitos con los frigoríficos y los congeladores, pero cuando estos no abundaban o ni siquiera existian había que conservar la carne durante meses, y nada mejor que su propia manteca para conseguirlo.

El slow cooker es perfecto para hacer un buen lomo de orza, va confitando la carne suavemente en el aceite sin maltratarla y luego el tiempo se encarga de todo lo demás. El reposo es importante para conseguir un lomo jugoso, así que si te embarcas en esta receta, deja que la carne descanse al menos 15 días antes de hincarle el diente.

Cómo hacer lomo de orza en slow cooker

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Carrilleras al vino tinto

Tanto monta monta tanto. Cuando empecé a experimentar con esta receta de carrilleras al vino tinto en slow cooker, cociné la misma fórmula con ternera y cerdo. El resultado es prácticamente igual; salvando las peculiaridades del moflete de cada especie, la elaboración no se diferencia en nada.

Todo un dilema publicar una receta de carrilleras de cerdo al vino tinto dejando fuera a mamá vaca. Le daba vueltas al tarro preguntándome si merece la pena publicar recetas clónicas en plan "hoy saco carrilleras de ternera al vino tinto y mañana hago la misma receta con cerdo", en un arrebato Arguiñaniano. Nada mejor que unificar y que cada uno escoja las carrilleras que más le gusten o las que encuentre en el mercado.

A la hora de comer, que es de lo que se trata, la diferencia más clara entre las carrilleras de cerdo y las de ternera es el tamaño. Ambas hay que limpiarlas eliminando partes grasas y el músculo que llevan en uno de los lados. A ambas es conveniente pasarlas por la sartén para dorarlas, y ambas son felices bañadas en vino tinto, felicidad que redunda en tu boca en el acto final.

Esta es una receta muy agradecida para una celebración: Navidad, cumpleaños, reunión familiar o cónclave de comilones anónimos. Tiene una pequeña preparación al principio, un largo sueño de entre 6 y 7 horas, y unos cariñitos finales para dejar bien mimada la salsa, esa salsa que querrás eliminar bajo tu espada láser de pan.

Cómo hacer carrilleras al vino tinto en slow cooker

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Dulce de membrillo

El dulce de membrillo es la historia de una transformación prodigiosa. De una fruta prácticamente incomestible en crudo, ácida, amarga y de carne basta y dura, podemos conseguir un dulce exquisito de color rojizo con un sabor inconfundible. En otoño, cuando los vemos en los puestos del mercado, es el momento de comprar uno o dos kilos y hacer dulce de membrillo para todo el año.

El dulce de membrillo hecho en casa no tiene nada que ver con esos tochos de color pálido envasados en urnas de plástico que se ven en los supermercados, y su precio de coste le hace una pedorreta al ticket de esos dulces más elaborados que se venden con etiqueta de artesano.

Para hacer dulce de membrillo en slow cooker solo necesitas seis membrillos y tiempo. Es una receta con un grado de atención media: durante las 12 horas de maceración puedes hacer tu vida, en las 8 horas que dura la cocción solo tendrás que pasar a la mitad a dejar la tapa entreabierta, y la última hora tendrás que triturar y remover de vez en cuando. A cambio, todo un año (o seis meses, depende de tu frenesí devorador) de dulce de membrillo hecho por ti, sin conservantes ni espesantes ni vainas en vinagre.

Cómo hacer dulce de membrillo en slow cooker

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Cordero asado

La primera vez que hice esta receta de cordero asado en slow cooker cociné paletilla de lechal y fue un éxito. Luego quise comprobar tiempos y resultados para sendas paletillas de recental y la cosa funcionó muy bien. Por supuesto, te estarás preguntando si el color tostadillo que ves en la foto es cosa de la Crock Pot y te contestaré que no, que la olla aporta a esta receta una cocción que mima la carne, pero que del torradillo tiene la culpa una mano final de grill.

Es una receta larga y que necesita planificación: hay que macerar, crockycocinar y dorar, pero a cambio podemos desentendernos del cordero durante gran parte del tiempo de cocción y ponernos a trajinar con otras partes del menú. Y lo que es más importante, nos tapiñaremos una carne tierna, suave y sabrosa.

El tiempo de cocción para paletilla de cordero lechal es de entre 5 y 6 horas en BAJA; para paletilla de recental, entre 6 y 7 horas en BAJA. Como ya sabes que cada olla es de un padre y de una madre y que no todas calientan igual (y que cada tipo y pieza de cordero tiene su librillo), el mejor consejo que puedo darte es que la primera vez que cocines cordero asado en la Crock Pot compruebes el punto a las 5 horas de cocción. Además, no solo de paletilla vive el crocker, así que te invito a que experimentes con lechal, recental, pascual, con costillar, pata o paletilla, teniendo en cuenta que cada carne puede necesitar más o menos tiempo.

Cómo hacer cordero asado en slow cooker

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Consomé de huesos y jugo de carne en 72 horas

Seguro que alguna vez te has preguntado de dónde sacan en los restaurantes esas salsas oscuras y con intenso sabor a carne que tanto te cuesta imitar en casa. Cuando te cansas de poner cebolla a tutiplén y terminas tirando de Bovril, has tirado la toalla y lo sabes, porque eso que sale de la cazuela tras haber tenido un rollo con el chino y la batidora no se parece en nada a esas delicias que piden pan y sagrario. Todo tiene su secreto, y si tienes un slow cooker y 72 horas para invertir, está a tu alcance.

Hace tres vidas trabajé en una cocina. Podría decir que hace tres vidas fui cocinera, pero el oficio no se me fue con el despido, así que lo dejamos como está. Allí, hacer consomé y jugo de carne era una de las ceremonias que más me gustaba. Poníamos una marmita (en la que cabía un señor; no es broma, lo probamos) con agua, carnes, aves, huesos, verduras, etc. a calentar a fuego medio durante 24 horas. Durante ese tiempo el cuidado era máximo, ya que lo que tenía que salir de ahí debía ser un líquido muy puro, de color tostado pero transparente, con las menos impurezas que fuera posible, de sabor potente pero sin distracciones extrañas.

Por la noche nos íbamos a casa y allí se quedaba, con el gas bajito, hirviendo de felicidad. A la mañana siguente la marmita nos saludaba con su borboteo y yo no podía dejar de mirar adentro. Faltaba poco para la ceremonia suprema: la extracción.

Cuando se cumplían las 24 horas, el marmitón se ponía en marcha, flanqueado por el jefe de cocina y el jefe de partida de carnes. El Equipo A de los fondos. Traían la herramienta suprema, un tubo metálico en ángulo que colocaban dentro del condumio, mientras preparaban otra marmita debajo sobre la que enchufaban el otro extremo del cacharro. A la voz de ya, el marmitón aspiraba por el tubo y apartaba rápido la cara, y entonces empezaba a manar el consomé, un chorro potente y veloz que después de un rato llenaba la olla B.

Ahí no terminaba la cosa, ya teníamos consomé para un par de semanas, pero ahora empezaba la ceremonia del jugo de carne. De la cocina empezaban a salir más verduras, restos de hojas de puerros, de zanahorias, nabos, lechuga. Montañas de recortes de carnes de la semana, algunas guardadas en el congelador para la ocasión. Carcasas de pollo, alguna gallina clueca. Se llenaba de agua y se le daba mecha al fuego. A tope. Durante varios días aquello era como una locomotora. Más carnes, más verdura, no tiréis los restos, todo a la olla. Más agua. Más madera.

Por la noche se apagaba y por la mañana se levantaba con un hervor potente. Y tras unos días de juerga, de allí salía un jugo de carne reducido, denso, tostado, fragante, la base de todas las salsas. El maná.

Sin tanta parafernalia y en menor cantidad, puedes hacer jugo de cane o fondo oscuro en tu olla lenta. Esta receta es recomendable para slow cookers de gran capacidad, ten en cuenta que el jugo va a reducir y, cuanto mayor sea tu olla, más fondo oscuro vas a obtener.

Cómo hacer consomé de huesos y jugo de carne en 72 horas en slow cooker

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Terrina de foie mi-cuit

La terrina de foie mi-cuit es uno de esos platos que normalmente se ven en las cartas de los restoranes finos y ni por asomo se nos ocurre hacer en casa. Vale que no es un plato para todos los días, que el foie no lo regalan y que a dónde vamos con estas finuras, pero cuando hay celebraciones tipo Navidad, cumpleaños de la abuela o graduación de Jorgito, dan ganas de tirar la casa por la ventana y ponerse el delantal bulliniano.

Hacer foie mi-cuit en slow cooker nos ahorra un buen pico al no tener que encender el horno. Solo hay que dejar que la olla se precaliente durante un par de horas en modo baño María, lista para cocinar el foie y convertirlo en una delicia untable. A partir de ahí, tan solo necesita 50 minutos de cocción, lo que convierte la receta en ultrarrápida para los tiempos que se gasta normalmente la maricrocky.

La terrina se puede conservar durante varias semanas en frío, de manera que si la vas a preparar para Navidad, puedes hacerla con antelación y pasar de la subida de precios típica en estas fechas. Si eres pijotero, pero pijotero con diploma, prueba a hacer unas tostadas con pan de molde de bloque, del que venden en las tahonas sin rebanar; quita los bordes, corta el pan muy fino y tuéstalo en un grill tostador. No tiene nada que ver con empapuzarse con las tostadas que venden ad hoc, al ser más finas, el foie es el que manda y no acabas la comida con el estómago lleno de pan seco.

Cómo hacer terrina de foie mi-cuit en slow cooker

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Patatas revolconas o meneás

Cada vez que escucho "patatas revolconas", me imagino unas patatas felices, dando saltos inconscientes y revolcándose en un fanguillo de cosas ricas. Creo que la imagen que tengo en mi cabeza del acto de revolcarse corresponde bastante con la experiencia de estas patatas, que después de cocinarse suavemente reciben un bautismo de aceite, pimentón, ajo y panceta con su correspondiente restregón. ¡Qué felicidad por Dios!

Es un plato de origen humilde, cocina de subsistencia, un clásico de la gastronomía española con el DNI repartido entre Ávila, Salamanca y Extremadura. En esta receta de patatas revolconas adaptada al slow cooker, nos aprovechamos de la cocción lenta, que convierte las patatas en una delicia melosa, para darles un poco de caña con el aplastapatatas, bañarlas en su caldo, alegrarlas con sabores profundos y rematarlas con unos torreznos crujientes que son todo alegría.

Es un condumio contundente que puede pasar por plato único si lo acompañamos de alguna fruslería como morcilla frita, chistorra o chorizo y pimientos de Herbón o de Gernika. Clama porque el fin de semana que viene haga un poco de frío para que puedas levantar el espíritu con este manjar de dioses.

Cómo hacer patatas revolconas o meneás en slow cooker

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Sopa de pescado

Aún es pronto para pensar en recetas de Navidad, o a lo mejor no. El caso es que cuando empieza noviembre no puedo evitar dejarme llevar por las dudas y los estreses de siempre: que llega la cosa esta de la Navidad, que hay que pasarla como sea y que habrá que poner de acuerdo familia y fechas. Pero sobre todas estas cuestiones siempre sobresale una que me alegra el trance: ¿qué vamos a comer?

Es la mejor manera de relajar el asunto y disfrutar. Pensar menús, dar la vuelta a la tradición o caer de lleno en ella. Imaginar un bufé en el que cada uno se sirve lo que quiere y cuanto quiere y que tu comida sencillamente les mola. Este año tengo un ayudante que seguro me va a hacer la vida más fácil, cocinar recetas de Navidad en slow cooker va a ser una aventura muy divertida con grandes resultados, seguro.

Hoy me pongo con una sopa de pescado para un menú clásico navideño que se puede hacer con antelación. Compras cuando aún los precios no se han disparado. Congelas el marisco y el pescado limpio. Te trajinas el fumet, el caldo de la sopa y la congelas. Cuando los niños de San Ildefonso empiezan a cantar la lotería, pones el condumio a descongelar, y cuando el cuñao empiece a calzarse los calcetines de los domingo para ir a tu casa, calientas, espumas, añades los sacramentos marinos, un fueguito, perejil y a esperar. Que no se diga que no lo ponemos fácil.

Cómo hacer sopa de pescado en slow cooker

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Recetas de Navidad para cocinar con slow cooker

Aunque queda mes y medio para celebrar la Navidad, la planificación de los menús de Nochevieja y Nochebuena ya empieza a rondar por nuestras cabezas. ¿Cuántas almas sentaremos a la mesa este año? ¿Haremos un bufé y que cada uno se lo guise y se lo coma? ¿O haremos aperitivos, primero, segundo y postre?

En el cuartel general de Crockpotting ya se empiezan a cocinar algunas recetas navideñas que huelen a cotillón y que se irán publicando todas las semanas, los lunes y los jueves. Mientras dejamos el tiempo pasar y vamos deshojando la margarita familiar, te proponemos estas recetas de Navidad para Crock Pot que seguro se harán un hueco en tu mesa.

Dips para aperitivos de Navidad en Crock Pot

Si te gusta empezar la comida con unos aperitivos o canapés a base de patés, quesos o embutidos, podrás marcarte un tanto ofreciendo un chutney de plátano con el que acompañar esa tabla de quesos que has seleccionado con tanto gusto.

Si tienes un paté o un foie gras y aún te queda mermelada de cerezas, sírvela como acompañante, los dulces de frutos rojos o higos combinan muy bien. Unas rebanadas finas de pan tostado (si es oriental mejor que mejor) y un baba ganoush te asegurarán un aperitivo original del que todos te pedirán la receta.

Entrantes y primeros platos. Recetas de Navidad en Crock Pot

De entre todas las recetas de Navidad, el consomé es una de las más repetidas e imprescindible en muchas mesas en Nochebuena, pero si no te apetece un entrante caliente para empezar el menú, esta receta de vichysoisse será una buena elección.

Si en tu mesa sientas a verduleros convencidos, con esta receta de alcachofas confitadas conquistarás su corazón, su paladar y seguro que terminan tocando la zambomba. Volvemos a los entrantes frescos, y es que las ensaladas también tienen cabida en los menús navideños. Puedes cocinar los pimientos para esta ensalada de pimientos y ventresca con antelación y, una vez metido en harina, rematar el plato con un buen aliño.

Si te falta tiempo y quieres dejar el primer plato preparado, apuesta por el pastel de pescado, puede esperar un par de días en la nevera antes de entonar El Tamborilero. Con estos huevos en cocotte no hay antelación posible, cocínalos una hora antes de que tus comensales lleguen, terminarán de hacerse mientras se quitan la chaqueta, se sientan a la mesa y curiosean con el discurso del Rey.

Recetas de guarniciones para Navidad en Crock Pot

Tienes claro qué vas a servir de segundo plato en Nochebuena, pero las guarniciones te vuelven tarumba y no quieres complicarte la vida. Las cebollitas confitadas van bien con los platos de carne o pescado y se pueden hacer un día antes. Las patatas en cocotte te sacarán de un apuro, porque, ¿a quién no le gustan las patatas? Pues eso, tanto para carnes como para pescados, son un comodín perfecto para acompañar muchas recetas de Navidad y además su elaboración no te dará demasiada guerra.

Y si eres de los que no se conforman con una sola guarnición, prueba a cocinar unos champiñones guisados, harán una pareja bien avenida con las patatas. Para complementar algunos platos de carnes o pescados y dar un toque diferente a tus canapés, te vendrá de perlas la cebolla caramelizada. Ve al mercado, escoge piezas pequeñas y deja el rabito, todos te preguntarán cómo has hecho estas zanahorias glaseadas a la miel.

Recetas de segundos platos para Navidad en Crock Pot

Los segundos platos más carnívoros también tienen su sitio en las mesas de Navidad. Si quieres cambiar de tercio este año con una carne tierna con el punto sorprendente del limón, ponte el delantal y cocina este ossobuco a la milanesa. Exprime las posibilidades del cerdo con unas carrilleras al oporto, todos querrán saber cómo has conseguido esa carne que se deshace en la boca.

Si quieres algo ligero pero que deje buen recuerdo, puedes hacer este pollo extratierno y currarte una salsa y alguna guarnición para acompañarlo. Y si esa noche no vas a tener tiempo de preparar un segundo, esta receta de roast beef te salvará la vida; hazlo un par de días antes y sírvelo frío cortado en lonchas. Es perfecto para cenas de bufé.

Una bebida para servir en Navidad

Seguro que aparte de las cenas y comidas de rigor, alguna tarde recibes en casa a esos amigos o familia que se quedan descolgados de las fechas clave. Ofréceles una bebida especial, un vino especiado o glühwein que os reunirá alrededor de la mesa calentando las manos y el espíritu.

Postres de Navidad en Crock Pot

Si en tu familia ya empiezan a rebelarse con eso de que están hartos del turrón, que nadie toca los polvorones desde la Navidad del 2000 y que las peladillas son un invento del demonio, hazles felices con unas manzanas asadas al toffe, una tarta de requesón y naranja o una tarta de zanahoria. Puede que inicies una nueva tradición y que ya no puedan comer las uvas sin haber probado antes tus postres crockpoteros.

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Alitas de pollo barbacoa

Comer con los dedos con una pila de servilletas de papel cerca. Chuparse las falanges y relamerse las comisuras de la boca. De vez en cuando apetece salirse de madre y comer en plan troglodita, sin convenciones. Las alitas de pollo barbacoa son una de esas comidas en las que es mejor dejar el tenedor para los postres, si procede, y prepararse a tenacear como bellacos.

Las alitas de pollo barbacoa, chicken wings o Buffalo wings, tienen su origen en Estados Unidos, aunque no hay una única historia sobre su creación. Parece que en el Anchor Bar de Buffalo sucedió algo en la década de los 60 que hizo que las alitas se convirtieran en un plato imprescindible.

Pudo ser que sencillamente su dueña, Teressa, quisiera ofrecer un snack para acompañar las bebidas que rodaban por la barra (ya se sabe, comida llama a bebida y viceversa), o que unos clientes imprevistos pidieran algo para cenar y tirara del excedente de alitas que tenía muertas de risa en la despensa.

También pudo ser debido a un error, ya sabes: -que te he pedido patas y me has traído alas, mameluco, a ver qué hago yo con tantas wings-. Y luego está John Young, un señor de Alabama que tenía un bar en Buffalo y le dio por cocinar alitas con salsa Mambo a porrillo.

Mientras el Anchor Bar y el John Young's Wings 'n Things, los reyes de las alitas, se citan a la salida para batirse en duelo, yo llevo un rato limpiando el teclado de salsa barbacoa, ya perdonarás, pero no puedo parar ni para escribir la receta. La carne tierna y suave de las alitas barbacoa se desprende de los huesos, la salsa acompaña con garbo. Tienes que probarlas.

Cómo hacer alitas de pollo barbacoa en slow cooker

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Fumet de pescado

Para hacer una casa hay que empezar por los cimientos, y en cocina, esos cimientos son los fondos. En estos tiempos estamos acostumbrándonos a una cocina rápida en la que se acortan los procesos al máximo, sustituyendo los caldos hechos en casa por los que vienen envasados en brick.

Se nos está olvidando que los despojos nos brindan material para cocinar y dar sustancia. Los huesos de pollo, los recortes de carne, las espinas, cabezas y restos de pescados, son unos ingredientes más con los que alimentar nuestra cocina y, lógicamente, ahorrar en la cesta de la compra.

Pedir en la pescadería que nos guarden las espinas y cabeza y guardarlos en una bolsa en el congelador, es un gesto que nos asegura tener un fumet de pescado hecho en casa cuando lo necesitemos. ¿Que hacemos un arroz marinero? Fumetazo al canto. ¿Que apetece sopa de pescado? Lo primero es ponerse con un buen caldo. Hacer un fumet de pescado en slow cooker es muy sencillo; al no hervir eliminamos el peligro de que aparezcan malos olores por un exceso de cocción. Cocinando a temperatura baja y progresiva extraemos los jugos sin estropear el caldo ni preocuparnos por desbordamientos.

El resultado es un caldo de pescado de sabor muy intenso en el que toda la sustancia pasa al agua de cocción. Puedes hacerlo en el momento, justo antes de hacer esa receta de diez, o cocinarlo cuando tengas suficiente pescado y guardarlo, una vez frío, en botes en el congelador. Vamos llenar de agua la olla y dejarnos ya de charleta.

Cómo hacer fumet de pescado en slow cooker

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Pochas con salchichas de Toulouse

Hay quien de los viajes se trae souvenirs como marcos hechos con conchas rodeando una foto de la bahía o cosas así. Yo soy más de llenar el maletero con comida y salir corriendo mientras pienso en lo que voy a cocinar durante la semana con todo ese alijo. Cuando vuelvo de Donosti, a la altura de Burgos el coche parece una olla inmensa en la que se mezclan los olores de panes, morcillas, quesos, mantequillas, y alguna que otra incauta ave francesa.

De mi último viaje, entre el cargamento me traje pochas del Mercado de San Martín, salchichas de Toulouse compradas en Urrugne y papada de Trespaderne. Y al día siguiente, con eso de que no había ganas de ir a la compra, me puse a las cazuelas.

Las pochas, escondidas tras un manto de vainas amarillas descastadas, resultaron ser, tras desgranarlas, de color violeta oscuro y profundo. Las salchichas olían que alimentaban, y la papada descubrió al primer tajo un interior mantecoso y blanco de esos que incitan a pecar.

La receta estaba clara: un guiso de pochas con salchichas de Toulouse para dar la bienvenida al otoño y a los platos de cuchara. Si encuentras en el mercado pochas tardías (la temporada se alarga de julio a octubre) merece la pena que las pruebes; si no encuentras salchichas de Toulouse te puedes ahorrar el viaje a Francia utilizando butifarra fresca.

Cómo hacer pochas con salchichas de Toulouse en slow cooker

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Chutney de uvas

–Tengo un regalo para ti. No es nada, lo he hecho yo. – Del bolso sacó un paquete envuelto en papel azul. Lo abrí y descubrí un bote de conserva casera. Solo alguien como él podría regalar algo como aquello. No es nada, me dijo, y era mucho y muy bueno. –Es un chutney o algo así que he hecho con unas uvas, puedes usarlo con quesos, mucho mejor con los de vaca.

Duró lo que duran las cosas preciosas que se racionan para que nunca se terminen, y quedó en mi recuerdo ese sabor y su color oscuro, hasta que una tarde me topé en el mercado con unos racimos de uva tempranillo: pequeños, oscuros, prietos y frescos.

El resultado, con algunas variaciones sobre la receta original, es esta receta de chutney de uvas en slow cooker. Voy sacando los quesos para que se atemperen, sobre todo los de vaca.

Cómo hacer chutney de uvas en slow cooker

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Natillas

Huevos, leche y azúcar, tres ingredientes básicos que no faltan en la despensa y que nos apañan un postre de toda la vida de esos que gustan a casi todo el mundo. Las natillas son muy fáciles de hacer, pero hay que tener cuidado extremo con la temperatura, ya que si pasa de 68º se pueden cortar, y no hay cosa más triste que una masa cortada diciendo adiós con la manita, despidiéndose de ti, de tu familia, de tu cocina.

Cocinar las natillas en slow cooker permite llegar lentamente al punto de cuajado, pudiendo descuidarlas al principio y atenderlas sin agobios al final. Unos toques de varilla, un reposo en la nevera y al día siguiente tendremos un postre de los de coronar con una galleta o espolvorear con canela, vamos, un clásico de toda la vida.

Dedicando un poco de tiempo a esta receta de natillas en Crock Pot puedes olvidarte de esas natillas industriales clónicas, caras y de composición dudosa, que se encuentran por ahí. ¿Eres de los que aún piensan que no se pueden hacer postres en la crock pot? ¡Ponte el mandil y deja que la cosa se caliente!

Cómo hacer natillas en slow cooker

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Tarta de requesón y naranja

Devota como soy de la tarta de queso o cheesecake, llevaba tiempo pensando en una variante utilizando requesón y naranja amarga. No es que me gusten, es que los lácteos me obsesionan desde siempre, que hay veces que voy a la compra y, cuando llego a casa, de la bolsa salen varios quesos, yogures, requesón y hasta medio litro de leche de cabra. Y los miro como si no supiera cómo han llegado allí.

Siempre echo de menos un buen requesón. En los lineales hay muchos, todos en tarrinas clónicas de vivos colores, pero muchas veces no son mas que una masa láctea sospechosa que nada se parece al que tomaba de peque, cuando se cortaba la leche. Porque la leche de antes se cortaba y era una fiesta en la merienda. Así que en mi vagar por los mercados siempre hay un reojo allá donde haya quesos, a ver si aparece el requesón de mi vida y me lleva a correr mundo cubiertos los dos de azúcar, comilfó.

Esta tarta de requesón y naranja amarga en slow cooker es un bocado de contrastes, una delicia para fanmilks, a la que las galletas escocesas de mantequilla aportan una base suave que no apabulla en sabor y que es pura picardía con su leve punto de flor de sal.

Cómo hacer tarta de requesón y naranja en slow cooker

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Desayunos y meriendas. Diez recetas para slow cooker

Dedicar tiempo a elaborar dulces caseros para disfrutar de ellos en los desayunos y meriendas es una asignatura pendiente en muchos hogares. Las prisas y los dulces procesados tienen mucha culpa, pero si tienes una Crock Pot en tu cocina esta tarea es mucho más fácil. La cocción lenta permite que puedas cocinar un chocolate a la taza sin apenas estar presente, dejar que un lemon curd vaya tomando temperatura de manera progresiva mientras estás a otras cosas o cocer una mermelada lentamente sin riesgo de que se queme.

Estas diez recetas de desayunos y meriendas en Crock Pot están al alcance de cualquiera, son sencillas y fáciles de hacer, ¿a qué esperas para sentarte a la mesa y disfrutarlas?

Diez recetas de desayunos y meriendas en Crock Pot

Receta de chocolate a la taza en Crock Pot. El rey de las meriendas, el chocolate hecho o chocolate a la taza reinterpretado para hacerlo con la Crock Pot. Merece la pena probarlo, a partir de ese momento, si eres chocolatero seguro que se convierte en un fijo en tus meriendas familiares de fin de semana.

Receta de lemon curd en Crock Pot. Una crema sorprendente por su dulzura e intenso sabor a limón. El lemon curd sirve para acompañar pasteles, crepes y muchas preparaciones de repostería, pero untado sobre un bizcocho o una tostada de buen pan en el desayuno o la merienda convertirá ese momento en el mejor del día.

Receta de mermelada de cerezas. Algo para untar, ¿a que apetece? Y que sea dulce y que te recuerde a las cerezas que comiste este verano en el Jerte. Lo tenemos, tenemos esa mermelada que te va a encantar y que va a hacer que pongas otra rebanada de pan en la tostadora. Cuando caiga en tus manos una caja de las mejores cerezas ya sabes: a mermeladear con tu Crock Pot.

Receta de clafoutis de cerezas. No salimos de las cerezas y nos encontramos con una tarta de fruta sencilla y muy sabrosa. Porque merendar un trozo de tarta no tiene precio, y si la has hecho tú es todo un triunfo.

Receta de cheesecake o tarta de queso. La de siempre, la tarta americana que todos conocemos: una cheesecake o tarta de queso hecha sin grandes esfuerzos en tu slow cooker. Si invitas a desayunar con estos créditos nadie podrá resistirse a la tentación.

Receta de tarta de zanahoria. Y como no hay dos sin tres, aquí tienes otra tarta que te hará desear que vuelva a marcar la hora del desayuno o la merienda. La tarta de zanahoria es irresistible, con su cuerpo ligeramente especiado y su frosting de queso crema.

Receta de mermelada de fresa. Si eres de los que son fieles a una sola mermelada y esa mermelada es la de fresa, estás de enhorabuena porque tenemos la receta para hacerla en Crock Pot. Guardamos un poco de la primavera en un bote para disfrutarla luego durante todo el invierno.

Cómo hacer yogur en Crock Pot. Si el café con leche, el cacao o el té no te dicen mucho, puedes probar a desayunar yogur hecho en casa. Elaborarlo con slow cooker es muy fácil y el resultado más que bueno. Una buena alternativa para yogurteros convencidos o todos aquellos a los que la leche no les cae bien por la mañana.

Receta de granola en Crock Pot. La perdición. La muerte parda de los dulces de desayuno. A pesar de hacer una buena cantidad, en casa siempre falta; no sabemos quién se la termina porque nadie está dispuesto a confesar. Mientras seguimos con las pesquisas te animamos a experimentar y convertirte en maestro granolero. Lo fliparás.

Receta de mermelada de naranja amarga . La extrem jam para los amantes de los sabores con garra. La mermelada de naranja amarga alegra bizcochos, galletas y a todo el que pase por su lado y huela su potente aroma. Carga unas buenas naranjas en tu bolsa de la compra y ponte a ello, ¡no te arrepentirás!

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Zanahorias glaseadas a la miel

Una gran ventaja del slow cooker es la posibilidad de hacer guarniciones sin apenas enterarte mientras pones todos los sentidos en el plato principal. ¿Que tienes el cordero en el horno? Pues las patatas no dicen ni pío ni molestan desde tu slow cooker. Esta receta de zanahorias glaseadas a la miel en crock pot te presenta una guarnición diferente, llena de color y que llama la atención al quedar las zanahorias enteras, brillantes y con rabito.

El toque dulce va muy bien con las zanahorias; este se puede conseguir también con azúcar moreno, pero merece la pena disfrutar del sabor único de la miel, que dará un buen contraste en la mesa. Este receta se puede hacer con todo tipo de zanahorias, pero la gracia está en buscar un manojo de piezas pequeñas que traigan las hojas, para poder tornearlas y dejar a la vista un par de centímetros de los tallos.

No pierdas de vista esta receta si tienes que hacer acompañamientos para platos de carnes, seguro que cuando tengas a los amigos aporreando la puerta dispuestos a dejar limpios y rebañados tus platos no te arrepientes.

Cómo hacer zanahorias glaseadas a la miel en slow cooker

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