Mermelada de higos
El final del verano, además de recordar la muerte de Chanquete, es ese momento en el que los higos inundan los mostradores de las fruterías. Aunque los higos y las brevas empiezan a aparecer durante el mes de julio, es a finales de agosto cuando están para ponerles un piso en La Castellana.
Cuando, a principios de verano, me puse manos a la obra con esta receta de mermelada de higos, descubrí que el higo y la breva no son una fruta, y que ambas pueden nacer de un mismo árbol. Las brevas son de color violaceo y los higos verdes, más redondeados y pequeños. Los dos nacen de higueras bífidas, que son las que tienen dos floraciones.
Las brevas son infrutescencias –por eso se les llama falsos frutos–, y esas infrutescencias quedan en estado latente en el árbol sin madurar durante el invierno; cuando llega el calor de la primavera, maduran y se convierten en brevas. La higuera queda preparada para una segunda floración, la de los higos, que nacen verdes y redondeados más entrado el verano.
Tanto los higos como las brevas son estupendos para hacer mermelada. Escoge los que veas que tienen la piel tersa y con buen color. Aunque es cierto que los higos son algo más dulces, al añadir necesariamente azúcar para elaborar la mermelada, no se nota gran diferencia entre unos y otros. La mermelada de higos va bien con queso fresco, yogur, en tostadas y como acompañamiento de bizcochos, pero también se puede usar en platos salados como los patés o el foie micuit.
Preparación: 10 minutos
Cocción: 4 horas
Función: ALTA
Raciones: 750 g
Batidora trituradora
1 kg de higos o brevas
500 g de azúcar
1 rama de canela o 1 anís estrellado o 1 vaina de vainilla (opcional)
Lava los higos y quítales el rabito. Trocéalos y ponlos en el recipiente del slow cooker junto con el azúcar y la canela (o la vainilla o el anís).
Cocina durante 4 horas en ALTA. Tritura sin sacar del recipiente y con cuidado de no salpicar. Comprueba el punto de espesor de la mermelada; si aún no tiene la consistencia deseada, cocina durante un tiempo más, esta vez con el recipiente destapado, hasta que esté espesa.
Envasa la mermelada en recipientes de vidrio con cierre hermético, limpios y esterilizados.
El paso del triturado de la fruta es esencial en esta receta. Si no se hace, se verá siempre la fruta por un lado y un jarabe muy líquido por otro. Al triturar pasadas las 4 horas de cocción, la mermelada empieza a mostrar su consistencia real. A partir de ese momento se puede alargar la cocción hasta conseguir la textura deseada.
El anís estrellado, la canela o la vainilla son opcionales y aportan un ligero aroma complementario. Utiliza el que más te guste o prescinde de ellos si quieres una mermelada que solo sepa a higos.