Sopa de pollo y tomillo
Una sopa tan reconfortante que hace que deseemos que llegue el otoño. Guarda esta receta para estos meses que vienen. Hazla cuando la AEMET prometa lluvia. Invita a sopita a quien quieras bien.
Cuando escribí Manchamanteles, esta fue una de las recetas que más satisfecha me dejó. Doblemente. Primero sobre el papel y luego al probarla y requeteprobarla.
Si la sopa de pollo ya tiene connotaciones de confortabilidad y hasta de sanación –no olvidemos esas sopas de pollo de cuando estamos reguleras–, añadiéndole tomillo y logrando una sopa tan densa, tan de cortar con cuchillo –es un decir–, la cosa se multiplica.
Este verano hablé de ella en la receta de bizcocho de naranja y tomillo, y os pedí que, si queríais saber cómo hacer esta sopa, me lo dijerais, que la publicaría a la vuelta de las vacaciones. Por eso la libero en La cocina privada, no veo mejor manera de empezar septiembre.
Sopas asadas, las mejores sopas
Es una sopa que está en la categoría de lo que llamo sopas asadas, hechas sobre una base de hortalizas, aves, carnes o pescados asados en lugar de cocidos. Esto realza los sabores y crea platos deliciosos.
Si la creatividad a los mandos de un slow cooker es lo tuyo, piensa en este método de asar, desmigar y añadir un caldo con mucho sabor, y podrás crear muchas sopas distintas que te acompañarán en los fríos del otoño y el invierno.
Puro sabor a tomillo
Aportamos sabor con ajo y romero, salamos y asamos los cuartos de pollo hasta que la carne se desprenda del hueso sin que pierda jugosidad. No hay que dejar que se haga en exceso para evitar que se seque.
Con la carne limpia, desmigamos con ayuda de una batidora trituradora y mucho mimo y ya entra en juego el tomillo, que prácticamente se infusiona al calentar la carne con el caldo y dejarla enfriar. El sabor es, para mí, sublime. De casa, de tarde lluviosa, de cena después de un paseo por el campo.
Guarda esta receta para estos meses que vienen. Hazla cuando la AEMET prometa lluvia. Invita a sopita a quien quieras bien.
Preparación: 15 minutos
Cocción: 4 horas
Función: ALTA
Raciones: 4
Batidora trituradora
2 dientes de ajo
2 cuartos traseros de pollo de corral
20 g de tomillo fresco
1 litro de caldo de ave
Sal
Pimienta blanca
Pela los ajos, rómpelos de un golpe y embadurna con ellos la carne del pollo por debajo de la piel.
Corta varias ramas de tomillo e introdúcelas debajo de la piel.
Sala ligeramente los cuartos de pollo, ponlos en el slow cooker y ásalos durante 3 horas en ALTA o hasta que la carne esté tierna y se desprenda del hueso.
Saca el pollo a un plato, elimina hierbas, pieles, huesos y cartílagos. Trocea y desmiga la carne y devuélvela al slow cooker con todo su jugo.
Añade al slow cooker 1 litro de caldo de ave caliente.
Tritura con varios golpes de batidora hasta conseguir una sopa con hebras finas de pollo y una textura uniforme1. Se puede triturar dentro del recipiente sin trasvasar el contenido.
Incorpora el tomillo restante atado con hilo de cocina para poder sacarlo fácilmente, y continua la cocción durante 1 hora en ALTA.
Deja enfriar la sopa dentro del slow cooker para que el tomillo se infusione.
Retira el atado de hierbas.
Calienta la sopa, prueba y rectifica el punto de sal. Añade pimienta blanca al gusto.
Incorpora el caldo caliente para evitar que el contraste de temperaturas pueda dañar el recipiente de tu slow cooker.
No tritures la carne por completo. Coloca el brazo de la batidora sobre una zona, da un golpe de botón, saca y vuelve a hacerlo por zonas hasta que todo esté uniforme pero que la carne tenga hebras y se distinga. Puedes hacer este proceso dentro del slow cooker porque las cuchillas están protegidas y no dañarán el recipiente.