Quiche de higos y queso feta
La fruta también es amiga de las quiches. Esta viene cuajadita de higos y de queso feta. Dulce y salado para un plato que hace un estupendo segundo, un picnic o una cena informal.
En casa hay varias higueras que me miran como chuflándose muy fuerte de mí. Los vecinos, que llevan años viendo los ciclos pasar, me dicen que todo está bien, que a finales de septiembre tendré que hacer mermelada de higos como una posesa.
Yo les creo porque son sabios, pero miro esos higos pequeños, verdes y duros y pongo cara de póker. Que vaya al mercado y vea higos dulcísimos y tiernos –escribo esto en la segunda quincena de agosto– no me ayuda a mantener la esperanza, pero me da muy buenos momentos en la mesa. Dame un higo maduro y me tendrás en el bote.
Dulce y salado
La combinación de dulce y salado ya no debe sorprender a nadie. Ni usar fruta en un plato principal. Al fin y al cabo, sabemos que los tomates son –desde el punto de vista botánico– fruta, y ahí están tan panchos nadando en gazpachos, repartiendo frescor en ensaladas y bañando carnes con su salsa.
Esta quiche de higos y queso feta solo tiene una condición: que los higos estén maduros, porque, si no, poca gracia va a tener. Cómpralos justo cuando vayas a cocinarla. Reconocerás los más maduros porque al cogerlos, sin necesidad de hacer presión, notarás que dentro hay pulpa madura y blanda. Si están demasiado firmes, adiós muy buenas.
Un plato versátil
Esta quiche es un comodín que te puede solucionar distintas situaciones.
Plato listo al volver de…
De la playa, del campo, de la compra, de donde sea. Puedes hacerla de víspera y darle un calentón en el microondas controlando el tiempo y la potencia dependiendo de lo caliente o templada que la quieras.
Un segundo plato ovolactovegetariano
Es un estupendo plato principal o segundo. Precedido de una ensalada o una crema fría, un gol para una comida de verano o de otoño cálido.
Para llevar
Tienes una comida fuera de casa en la que te han pedido que lleves un plato salado. Pues haces la quiche –si quieres de víspera– y la llevas en el molde pero ya cortada en porciones (hazlo en frío y con cuidado) para que no te rayen el molde.
Lo mismo si vas de picnic y ya estás un poco hasta el níspero de los filetes empanados o la tortilla de patata. Una quiche bien guardadita en su molde protegida con film plástico y a correr.
Preparación: 15 minutos
Precalentado: 1 hora
Cocción: 2 horas
Función: ALTA
Raciones: 6
Molde redondo para quiche
La masa
250 g de harina
125 g de mantequilla fría
20 ml de leche
1 huevo
1 pizca de sal
El relleno
8 higos frescos
4 huevos
250 g de nata líquida
150 g de queso feta
50 g de almendra molida o harina de almendra
Menta fresca
Pimienta blanca
Sal
Precalienta el slow cooker durante 1 hora en ALTA y prepara los ingredientes mientras tanto.
La masa
Corta la mantequilla en cuadraditos pequeños.
Coloca la mantequilla en un bol junto con la harina y una pizca de sal. Amasa con la mano hasta conseguir una textura arenosa.
Añade el huevo y la leche. Amasa hasta formar una bola homogénea que no debe pegarse a las manos.
Deja reposar la masa en el bol cubierta con papel film.
El relleno
Trocea el queso con los dedos para obtener trozos irregulares y grandes.
Lava los higos, elimina el rabo y córtalos por la mitad a lo largo.
Pica varias hojas de menta.
Mezcla la nata, los 4 huevos, la harina de almendra y 2 trozos de queso con una batidora de brazo.
Añade 1 cucharadita de postre de menta picada, sal y pimienta a tu gusto. Prueba y rectifica el punto de sazón. Reserva.
El montaje y la cocción
Estira la masa sobre una lámina de film de cocina con ayuda de un rodillo hasta que tenga una medida adecuada para cubrir el fondo del molde y aproximadamente 4 o 5 centímetros en los bordes.
Pincela el molde con un poco de mantequilla a temperatura ambiente. Si el molde es desmontable, puedes forrar la base con papel de horno y sujetar la base forrada en la ranura inferior poniendo el cierre de bloqueo.
Toma la masa apoyada en el rodillo con la parte del papel film hacia arriba y colócala sobre el molde. Ve acomodándola con cuidado y, cuando esté amoldada a su forma, elimina suavemente el papel film. Recorta o retoca el borde para que sea uniforme1.
Vierte la masa líquida reservada sobre el molde sin que llegue hasta el borde (deja mínimo 1 cm sin cubrir). Distribuye el queso y coloca los higos encima con la parte de la pulpa hacia arriba.
Pon el molde dentro del slow cooker. Coloca un paño sobre el recipiente y pon la tapa encima.
Cocina entre 2 y 3 horas en ALTA. Empieza a controlar el punto de cocción a las 2 horas: la quiche debe estar bien cuajada y la masa quebrada cocinada y dorada2.
Saca el recipiente de la carcasa para que vaya perdiendo calor y deja que la quiche se temple destapada.
Desmolda y sirve con unas hojas pequeñas de menta fresca.
Esta quiche está hecha en un molde de 21 cm de diámetro dentro de un slow cooker de 7,5 litros de capacidad.
Si no dispones de un molde que quepa en tu olla lenta, puedes montar la quiche directamente en el recipiente de un slow cooker pequeño de 3,5 l. Las quiches ovaladas también son buena gente.
Si sobra algo de masa, puedes usarla para reforzar el ángulo interior de la quiche. Haz unos choricitos finos de masa y aplástalos con el rodillo hasta obtener tiras de masa de unos 3 cm de ancho. Coloca estas tiras sobre el ángulo interior de la masa ya montada en el molde y presiona para que se integre. Repite con más tiras hasta que cubras todo el ángulo.
Al final de la cocción es posible que veas que la masa está crecida y sobresale de los bordes. Es normal y bajará a medida que se temple. Fuera pánico. Son cosas de las quiches, que son muy traviesas y les gusta asustar.