Curry japonés de carrillera de ternera
Descubre las pastillas de curry instantáneo japonés. Con ellas, un guiso básico se convierte en un plato más o menos picante pero siempre delicioso.
Puedes escuchar el texto completo en este enlace al podcast.
El curry japonés es completamente diferente a los currys indios o tailandeses. Si tenemos que buscar comparaciones, se puede asemejar más a las pastillas de caldo tipo Avecrem, aunque no tienen nada que ver con estas.
Se presenta en paquetes de tabletas de curry en porciones. Esas tabletas se trocean y se incorporan a un guiso ya terminado y caliente. En pocos minutos, cuando ya se ha disuelto y ha recibido un poco de cariñito en forma de calor, el curry espesa y se forma una salsa oscura y homogénea, picante y llena de sabor.
En realidad, es un buen comodín para terminar un guiso que ha quedado soso y aguado, aunque en origen no estuviera destinado a ser un curry. Un plis y hace su magia. Tener estas pastillas bien conservadas en la despensa es un buen negocio.
La pieza
Para esta receta he utilizado carrillera de ternera porque es una de mis carnes preferidas para hacer estofados. No me ha fallado nunca. Termina por ablandarse y ponerse tierna, es jugosa y el riesgo de que quede seca por pasarse de punto es mucho menor que con otros cortes como el morcillo o la aguja.
Las carrilleras de ternera se diferencian de las de cerdo en el tamaño –son muy grandes– y en el sabor. Pide en la carnicería que te las corten en dados gruesos para estofado, de entre 3 y 4 centímetros de lado.
Los acompañantes
La receta de curry japonés de ternera clásica tiene zanahoria, patata, cebolla y setas. He utilizado cebollitas francesas –se pueden usar chalotas también– porque me encanta el mordisco que tienen enteras en los guisos, y he cortado las zanahorias en rodajas muy gruesas para que se note qué estás comiendo y no se queden difuminadas.
También he utilizado patatas pequeñas de guarnición. Hace el proceso un poco más laborioso porque hay que pelarlas una a una, pero creo que merece la pena: las patatas no se deshacen tan fácilmente como lo harían cortadas en dados.
He prescindido de las setas, pero he añadido unos acompañantes que le favorecen mucho. Al servir el guiso, se acompaña con láminas de aguacate, tirabeques recién salteados e inflados, rodajas finas de cebolleta o ajetes. Un flus de semillas de sésamo o ajonjolí tostadas y tienes un plato redondo.
Esta guarnición para un curry japonés la he visto en el restaurante Ruda –que recomiendo si estás por la zona y te gusta la cocina con plantas–, que fusiona la cocina vegetal con una marcada influencia japonesa y mexicana. Funciona y hace un plato muy apetecible.
El agua
Normalmente hago los estofados de carne sin una gota de agua. Así evitamos el exceso de líquido, que estropea los guisos crockpoteros. Los jugos de la carne y las hortalizas son suficientes para hacer una salsa sabrosa. Pero en este caso necesitamos que haya algo más de líquido para poder formar la salsa con el curry, que además la espesará.
En realidad, el curry japonés es un roux elaborado con harinas, grasas y muchas especias, por eso tiene ese poder espesante.
Dónde comprar curry japonés
Las tiendas de artículos de alimentación oriental más surtidas, suelen tener curry japonés. Se presenta en cajas de cartón doradas con fotografías de un guiso y “Golden Curry” escrito en letras doradas sobre fondo verde, negro o rojo.
Si donde vives no las encuentras, siempre te queda la opción de comprarlas online (busca en Google marcando la opción “Productos”). Si te gusta el picante y los platos especiados, merece la pena tenerlas de fondo de despensa para arreglar cualquier guiso que se haya quedado aguado y soseras.
Preparación: 15 minutos
Cocción: 4 horas
Función: ALTA
Raciones: 4
800 g de carrillera de ternera
12 patatas de guarnición
2 zanahorias medianas
250 g de cebollitas francesas o chalotas
1 diente de ajo
25 g de jengibre fresco sin piel
30 g de curry japonés
2 aguacates
Ajetes o cebollas frescas
16 tirabeques
Semillas de sésamo
Sal
Trocea la carrillera en dados de unos 4 cm de lado y sálala.
Pela las patatas y las zanahorias y lávalas. Corta las zanahorias en rodajas de 3 cm aproximadamente.
Pela las cebollitas y déjalas enteras
Tritura el diente de ajo.
Ralla el jengibre hasta obtener 1 cucharadita de postre1 de pulpa.
Coloca la carne, el jengibre, el ajo, las zanahorias, las cebollitas y las patatas en el slow cooker.
Añade 200 ml de agua.
Cocina durante 4 h en ALTA o hasta que la carne esté tierna.
Cuando el guiso esté cocinado, desmenuza la pastilla de curry y mezcla en el guiso caliente moviendo el recipiente. Se disolverán y espesarán la salsa de manera instantánea.
Sirve con aguacate en láminas, unos tirabeques recién salteados y espolvoreados con un poco de sal, cebolleta o ajetes troceados en rodajas y semillas de sésamo.
El curry japonés tiene varias graduaciones de picante. Tenlo en cuenta a la hora de comprar y cuando lo añadas al guiso. Si quieres poner más cantidad de la indicada en esta receta, hazlo poco a poco y probando.
El mejor utensilio para rallar el jengibre es el rallador de cuatro caras. Utiliza la cara que tiene un rallado que es como unos poros abiertos. Sí, ese que además de rallar del jengibre también puede hacerlo con las yemas de tus dedos si te descuidas. Ojo y maña en esta tarea.