Cerezas confitadas
Todas las primaveras espero con ganas la llegada de las cerezas. Es una fruta que he empezado a apreciar hace unos pocos años, antes me daban un poco igual, pero parece que el paladar no deja de evolucionar y ahora las compro por cajas. Cuando están en plena temporada no puedo evitar hacer de todo con ellas: tartas, mermeladas y macedonias –prueba la de cerezas deshuesadas, mango, vainilla y naranja–, son algunas de las elaboraciones que no faltan en casa en primavera y verano.
Estas cerezas sirven para tomar con yogur, queso fresco speisequark, crema inglesa, nata, etc., o se pueden usar como relleno o cobertura de tartas; ¿te imaginas una cheesecake cubierta con cerezas confitadas? Yo sí, y ganas me están dando de ponerme a ello.
Para hacer esta receta, escoge piezas grandes en un buen punto de maduración –queremos sabor a tope– pero que estén aún firmes, para que no se deshagan durante la cocción. Cuando estén listas, guárdalas en frío en un bote de cristal con un buen cierre hermético; te durarán semanas, puede que meses, si eres capaz de resistirte a abrirlo y comerlas una y otra vez.
Preparación: 30 minutos
Cocción: 8 horas
Función: ALTA
Raciones: Un tarro de 500 ml
Deshuesador
750 g de cerezas frescas deshuesadas
250 g de azúcar
100 ml de agua
1 vaina de vainilla
Lava las cerezas, quítales los huesos y pésalas.
Haz un corte incompleto a lo largo de la vainilla para abrirla.
Coloca las cerezas en el recipiente del slow cooker, añade el azúcar, el agua y la vainilla.
Cocina durante 3 horas en ALTA con el slow cooker tapado. Si ves que empieza a borbotear (porque tu crock pot es muy potente) destápala un poco.
A partir de ese tiempo, cocina en ALTA sin la tapa hasta que el líquido se haya convertido en una jalea y las cerezas estén oscuras. Puede tardar entre 4 y 5 horas, el tiempo es orientativo.
Deja que se enfríen y guárdalas en un bote hermético en el frigorífico.
Para hacer estas cerezas confitadas en crock pot es necesario controlar los líquidos. Cuanto más líquido añadamos al principio, más tiempo tendremos que esperar a que éste se reduzca para conseguir un almíbar espeso. Además del agua que se añade, la fruta también aporta una buena cantidad de humedad a la receta.
La canela y la vainilla combinan muy bien con el sabor de las cerezas. Si no tienes vainilla, como pide la receta, puedes utilizar un palo de canela. Tendrá un matiz diferente y saldrá igualmente rica.