Hacía tiempo que no cocinaba una tarta de queso, aunque es una de mis favoritas. He estado tan ocupada con otros dulces y postres que, a pesar de ser muy fan, la tenía olvidada. La tarta de queso puede ir sola, sin fruta, como la tarta de queso japonesa, o con una cobertura de mermelada o fruta fresca, como el cheesecake clásico, para darle más sabor y matices.
En esta ocasión, en lugar de ir a lo clásico, he introducido la fruta de la pasión, granadilla o maracuyá, que me encanta y le va estupendamente. La fruta de la pasión es la baya de una planta trepadora, la Passiflora edulis. Tiene el tamaño de una pelota pequeña –un poco más grande que las de golf aunque más pequeña que las de tenis– con una piel dura y brillante, que esconde una pulpa perfumada y llena de pequeñas semillas. Dicen que es afrodisíaca, pero, qué le vamos a hacer, yo nunca he notado nada.
La fruta de la pasión puede presentar distintas tonalidades de corteza: amarilla, rojiza, anaranjada o púrpura. Si vives en España, es probable que solo te suene haber visto en el mercado las variedades oscuras, de piel ligeramente morada.
No compro habitualmente maracuyá porque no es precisamente barato, pero de vez en cuando me doy el capricho y disfruto a tope de su sabor y textura –las semillas se comen– y lo como solo, lo incluyo en algún postre o lo tomo con yogur o natillas; desde ahora, la tarta de queso con fruta de la pasión será una más en la lista de opciones para utilizar esta fruta maravillosa. ¡Anímate a hacerla!
- 150 g de galletas (speculoos, de mantequilla, etc)
- 75 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 350 g de queso crema a temperatura ambiente (tipo Philadelphia)
- 200 ml de nata líquida
- 2 cucharadas de leche condensada
- 3 huevos
- El zumo de 1 lima
- 4 piezas de fruta de la pasión
- 1 cucharadita de miel
- Molde desmontable
- Precalienta el slow cooker en ALTA.
- Forra el molde con papel de horno si quieres asegurarte un mejor desmoldado. SI usas un molde desmontable, puedes poner una hoja sobre la base, colocar el aro encima y fijarlo con el cierre.
- Pulveriza las galletas con un robot de cocina, añade la mantequilla a temperatura ambiente y mezcla hasta que quede homogéneo. Coloca la pasta en el fondo del molde, presiona para que compacte y guarda en el refrigerador.
- Saca la pulpa y las semillas de dos frutas de la pasión y mézclalas con el zumo de lima. Deja que repose durante 15 minutos para que tome sabor, filtra el zumo y reserva las semillas.
- Monta la nata (debe estar muy fría) con una batidora eléctrica de varillas; añade el queso crema y mezcla con las varillas hasta que quede integrado.
- Incorpora las dos cucharadas de leche condensada y mezcla. Añade los huevos de uno en uno, mezclando cada vez. Agrega el zumo de lima y fruta de la pasión y mezcla de nuevo.
- Vuelca la masa en el molde sobre la base de galletas.
- Coloca el molde en el recipiente del slow cooker, cubre la boca de la olla lenta con un paño para que absorba la humedad y coloca la tapa encima.
- Cocina durante 2 horas en ALTA. Revisa el punto de cocción a la hora y media. Si al pinchar la masa en el centro con una brocheta sale seca, ya está lista. Saca el molde del slow cooker y deja que se enfríe sobre una rejilla.
- Saca la pulpa a los dos frutas de la pasión que quedan; junta la pulpa con las semillas reservadas y mezcla todo con una cucharadita de miel.
- Pon la mezcla de fruta de la pasión en el centro del cheesecake (cuando ya esté frío por completo) y refrigera la tarta durante al menos una hora.
Para hacer una buena masa, es importante que tanto la mantequilla como el queso crema estén a temperatura ambiente al elaborarla, ya que de lo contrario sería difícil mezclarlos para que quede homogénea; por eso te recomiendo tener previsión y sacarlos del frigo con antelación.
Las tartas de queso, generalmente suelen hincharse cuando se cocinan, pero una vez frías vuelven a bajar de nuevo. Para evitar que, en consecuencia, la masa pueda salirse del molde, puedes prolongar su altura colocando una lámina de papel de horno cortada a medida y pegada a las paredes del molde.
Además de hacer un glaseado simple y en crudo con la miel, también puedes hacer un almíbar con la fruta de la pasión cocinando zumo de lima, un poco de agua, miel o azúcar con un poco del líquido de la fruta de la pasión, pero no te recomiendo que incluyas las pepitas, ya que con la cocción quedan negras, amargas y duras. Si lo vas a hacer así, deja que el conjunto repose durante 15 minutos, cuela las pepitas y resérvalas antes de ponerlo al fuego; añade las pepitas crudas una vez que el almíbar se haya templado, y baña la tarta con el almíbar.
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