Chocolate blanco caliente en dos versiones
Una bebida diferente para gente golosa que sueña con beberse la leche caliente del arroz con leche recién hecho. Con dos aromas a escoger. Será por posibilidades.
Cuando era pequeña me encantaba que mi madre hiciera arroz con leche. Pero, lo que en realidad me gustaba, era el arroz con leche caliente recién hecho, un poco caldoso para sorber con ganas el líquido. Si un genio de la lámpara me hubiera concedido un deseo, habría pedido separar el arroz del líquido y poder beberme un cancarro yo solita.
Cuando hice las pruebas de esta receta no imaginaba que conseguiría una bebida de chocolate caliente tan parecida a ese objeto de deseo de mi infancia. Sí, esta bebida dulce se parece mucho, pero mucho mucho, al arroz con leche, pero sin rastro de arroz.
Pero el chocolate blanco no es chocolate, ¿o sí?
Dice mi amiga Jimena que el chocolate blanco no es chocolate. Y tiene toda la razón. El chocolate blanco no tiene ni pizca de cacao, pero sí su manteca. Mucha manteca, mucho azúcar y leche en polvo. Aunque que hay chocolates blancos malos y algunos mejores. Los que vienen en barra para merendar, ni los mires. Usa un chocolate blanco que esté formulado para postres o de cobertura.
Yo he usado el W2 de Callebaut® –encontrado en Makro– y a veces he utilizado para algunos postres el de Simón Coll, también de calidad. Y de todo esto he sacado unas enormes ganas de probar el chocolate blanco venezolano Icoa de Chocolates Rey –premiado como el mejor chocolate blanco del mundo–, aunque me voy a quedar con las ganas, porque no se vende en España.
Dos aromas distintos
Estuve viendo varias opciones para aromatizar la bebida y aligerar un poco su sabor dulce. Pensé en cardamomo, que funciona muy bien, pero no quise repetir la combinación que ya hice en esta crema de chocolate blanco y cardamomo. Si lo tienes y quieres usarlo, rompe 3 o 4 vainas, saca las semillas, rómpelas un poco y añádelas a la mezcla de leche y chocolate.
Finalmente me quedé con el jengibre, la lima y el azafrán para hacer dos versiones. Ambas tienen el toque cítrico de la piel de lima: una se acentúa con el jengibre y la otra se suaviza con el azafrán, que da muy buenos resultados en postres y dulces.
Preparación: 10 minutos
Cocción: 2 horas
Función: ALTA
Raciones: 1 litro
Varilla manual
1 litro de leche
300 g de chocolate blanco para postres
1 pizca de sal
2 cortes de jengibre o 25 hebras de azafrán
La piel de 2 limas
Pon la leche y el chocolate en el slow cooker.
Lava las limas y saca la piel con ayuda de un pelador de verduras evitando la parte blanca o albedo.
Corta dos rodajas finas de jengibre a lo ancho.
Añade al slow cooker la pizca de sal, las pieles de lima y la combinación de sabor escogida: o el jengibre o el azafrán.
Cocina durante 2 horas en ALTA1.
Remueve con una varilla de cocina pasados unos 30 minutos del inicio de la cocción, para mezclar la leche y el chocolate, que ya estará fundido.
Cuando cumpla en tiempo total de cocción, retira los restos sólidos y sirve.
Saca la piel de la lima con un pelador de verduras teniendo cuidado de que no lleve la parte blanca o albedo, porque amargaría la mezcla. Puedes usar también un cuchillo pequeño o puntilla muy bien afilado.
Puedes reservar una pequeña zona de una lima sin pelar para dar un toque final a la bebida añadiendo un poco de piel de lima rallada en cada taza antes de servir.