La Navidad, y en general las comidas de fiesta, son una excelente oportunidad para desempolvar moldes y terrinas, y hacer deliciosas rillettes, terrinas y patés para untar en pan tostado.
En Crockpotting somos fans de toda la vida de estas elaboraciones. Las pedimos en los restaurantes cuando sabemos que hay mojo del bueno y que lo que nos van a poner en el plato tiene calidad.
Las cocinamos en casa y hace ya tiempo que publicamos recetas clásicas y otras inventadas en slow cooker. El resultado es muy bueno, porque en cocción lenta la temperatura nunca se desboca, es suave, gradual y respeta muy bien las mezclas y la materia prima.
Para estas Navidades, repasa esta lista de rillettes, terrinas y patés mientras se te hace la boca agua y las visualizas en tu mesa de celebración. Compra un buen pan de payés, de hogaza, córtalo en rodajas finas, tuéstalo en el horno o en un grill, córtalo en porciones y sírvelo al ladito de estos manjares.
Delicias para acompañar
Puedes preparar algunos acompañamientos que siempre funcionan con este tipo de elaboraciones:
Pâté en croûte. Esta es una receta clásica para lucirse pero bien en la mesa. Se hace con paleta o aguja de cerdo, panceta y jamón, y se macera con vino blanco y tomillo fresco. La cobertura con pasta brisa –dorada y crujiente– y la gelatina que esconde su interior, son un estuche de lujo para una de las recetas de patés más conocidas y espectaculares.
Pâté de campagne. Otro clásico que no defrauda. Paleta, papada e hígado en una elaboración aromática presentada en una camisa de tocino. Una elaboración en la que el lujo es el tiempo y el mimo empleados en prepararla.
Paté de higaditos de pollo. La terrina más económica y rica que puedes poner en tu mesa. Hecha con esa casquería que normalmente se desecha, brandy, tomillo, cebolla y pimientas, es sabrosa y se unta con facilidad. Se cocina y presenta en pequeños recipientes o ramequines, y es ideal para cenas con pocos comensales.
Paté de alcachofas y menta. Un paté vegetal ligero y apto para dietas veganas o menús ligeros libres de grasas. La suculencia de la alcachofa y la frescura de la menta casan perfectamente. El resultado es un sabor profundo que, bocado a bocado, dejará la bandeja vacía.
Terrina de foie micuit. Otro lujo casero del que presumir en los entrantes. Comprado es prohibitivo, hecho en casa en slow cooker resulta más asequible. ¡Un día es un día!
Terrina de conejo a la pimienta. Carne de conejo, aguja de cerdo y grasa de pato o manteca de cerdo. Son los ingredientes principales de esta terrina presentada en vasitos de vidrio resistente al horno. Perfectos para servir y también para regalarlos a familiares o amigos.
Terrina de salmón y patata. Esta es una terrina para comer con tenedor y cuchillo. Un buen entrante navideño para preparar con antelación y servir frío acompañado con una salsa bearnesa o mayonesa de mostaza.
Rillettes. Un untable infalible hecho con carne cocinada y desmenuzada y manteca. Untuoso y delicioso, perfecto para una mesa de picoteo acompañado de buenas tostadas de pan recién hechas.
Rillettes de salmón. La fórmula de los rillettes tradicionales trasladada al pescado, en este caso el salmón. La masa se forma con queso crema y mantequilla. Para comensales amantes de las conservas y las elaboraciones con pescado.
Rillettes de pato. Carne de pato aromatizada con hierbas y licor de naranja. Estos rillettes no te los van a servir en cualquier sitio, pero puedes hacerlos en tu casa y dejar a tus invitados con la boca abierta.
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