Zorongollo extremeño
Solo dos vocales separan al zorongollo del zarangollo, dos recetas completamente distintas que comparten la sonoridad de un nombre muy parecido. Mientras el zarangollo murciano se prepara con calabacín, cebolla y huevo y se come caliente, el zorongollo extremeño es una ensalada macerada a base de pimiento asado y tomate.
El zorongollo es muy parecido al asadillo manchego, pero se diferencia en la ausencia de hierbas aromáticas, en el majado del tomate junto al ajo asado, y en la maceración de 24 horas en frío que se le aplica antes de servir. Es una ensalada ideal para preparar con antelación y olvidarse del primer plato, estupenda para esos días de verano en los que el ocio, la playa y la piscina están por encima de todas las cosas.
Es una receta que se empezó a elaborar en el norte de Extremadura, en la comarca de la Vera, aunque, por extensión, también se elabora en el valle del Ambroz y algunas zonas de Salamanca. Se puede tomar solo o acompañarlo de conservas de pescado –que le van muy bien–, huevo duro picado o tacos de jamón. Además de como ensalada, se suele servir como guarnición de pescados y carnes asadas.
Preparación: 20 minutos
Cocción: 3 horas
Reposo en frío: 1 día
Función: ALTA
Raciones: 4
4 o 5 pimientos rojos grandes
4 tomates rojos de bola
1 cabeza de ajos
1 cebolleta
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Vinagre
Lava los pimientos, córtalos por la mitad y elimina el rabo y las pepitas.
Coloca los pimientos en el slow cooker. Puedes colocarlos encajados unos en otros para ajustarlos a la capacidad del recipiente.
Pon la cabeza de ajos entera y los tomates lavados y secos sobre los pimientos.
Cocina durante 3 horas en ALTA o hasta que los pimientos estén cocinados y la piel se desprenda fácilmente.
Saca los pimientos, el tomate y la cabeza de ajos y deja que se templen.
Elimina la piel de los pimientos y guárdalos en tiras con el jugo que suelten.
Quita la piel de los tomates, saca la pulpa de los ajos y machaca ambos juntos con un tenedor hasta hacer una pasta. Sazona con aceite, sal y vinagre al gusto.
Pica la cebolleta en rodajas finas.
Mezcla los pimientos, la pasta de tomate y ajo y la cebolleta picada. Deja reposar en el frigorífico durante 24 horas antes de comer.
Cuando peles los pimientos y los pongas en un recipiente, verás que queda un jugo de color rojo intenso. Utilízalo al hacer la mezcla y guarda el que te sobre para incluirlo en algún aliño de ensalada: tiene todo el aroma de los pimientos y te apañará una buena vinagreta.
Los pimientos se pelan fácilmente una vez asados. Solo tienes que colocarlos sobre una tabla de cocina y deslizar un dedo entre la carne la piel.