Welsh rarebit
Una salsa a medio camino entre la fondue y la crema de queso que es perfecta para untar, para cubrir tostadas o como base para bocadillos, tostas y, por qué no, hamburguesas.
Puedes escuchar el texto completo en este enlace al podcast.
La traducción del nombre de este plato no da demasiadas pistas sobre qué es o cómo se come, aunque sí de su origen: conejo galés. Y es que esta salsa de queso cheddar para bañar tostadas y disfrutar dejando que chorree en las comisuras, es un plato originario de Gales.
Rabbit (conejo) derivó en rarebit por una deformación del lenguaje. Vaya usted a saber por qué y cómo se dio; probablemente, con el tiempo se fuera cambiando la palabra al pronunciarla. Y en la receta, ni rastro del conejo, es un enigma porqué se le llama así y todo son teorías, pero ninguna certeza. No es una receta de antes de ayer: la primera referencia sobre este nombre, data del año 1725.
A servidora todo lo que lleve queso le priva: para comer en lascas, rallar, fundir o untar. Comería queso todos los días si mis analíticas menopáusicas no fruncieran el ceño cuando llega la hora de valorar el colesterol total.
Los ingredientes del welsh rarebit
El welsh rarebit se hace con queso cheddar, mostaza, a veces bechamel, a veces cerveza. Yo escogí la cerveza, elección de la que no me arrepiento. Y poco más, un frusfrús de pimienta blanca recién molida, mostaza antigua y a volar.
El queso se funde rápidamente en cuanto coge calor y se mezcla con los demás ingredientes. Hay que remover –no se puede dejar el asunto solo– pero basta con que tengas un poco de atención de vez en cuando para que quede homogénea.
Escoge un buen cheddar. Si tienes el día creativo, puedes usar un queso similar, que no esté demasiado curado para que funda bien y de manera homogénea, pero el más recomendable es el cheddar.
Y sobre la mostaza, yo no haría esta receta con otra mostaza que no sea a la mostaza a la antigua: esos granitos de mostaza que se dejan ver en el welsh rarebit no tienen igual.
Cómo y cuándo
El welsh rarebit se puede servir con tostadas de pan, de mayor o menor tamaño según la intención de cada cual. Pero pueden ser también la base de muchas combinaciones de tostas, sirviéndolo con tomate en lonchas, cebolla, brotes de ensalada o embutidos. La condición es que siempre esté caliente, porque es como más se disfruta del queso fundido.
Preparación: 10 minutos
Cocción: 1 hora
Función: ALTA
Raciones: 4
400 g de queso cheddar
3 cucharadas de mostaza a la antigua
200 ml de cerveza tostada
Pimienta blanca molida
Ralla el queso y ponlo en el slow cooker con la mostaza, la cerveza y pimienta blanca al gusto.
Cocina durante 1 hora en ALTA.
Remueve para obtener una masa homogénea de queso fundido.
Sirve al momento sobre tostadas de pan.
Puedes añadir más cerveza al final si quieres obtener una crema de queso más líquida.
Por la cantidad de los ingredientes, es recomendable utilizar un slow cooker de pequeño tamaño.