Trufas de chocolate y naranja
Las trufas de chocolate son los bombones más fáciles de hacer: no necesitan atemperar el chocolate para tener buen aspecto, y basta con darles forma y cubrirlos con cacao puro para que queden muy aparentes.
Parece que su única dificultad está en escoger una temperatura suave para fundir el chocolate sin que se queme, y eso, nuestros slow cookers lo hacen maravillosamente bien. Esta receta de trufas de chocolate negro y naranja es completamente tuneable.
Si en lugar de naranja quieres darle otro sabor, puedes añadir vainilla en lugar de la ralladura, semillas de cardamomo machacadas, sal maldon o for de sal (al final con la mezcla a temperatura ambiente, antes de meterla al frigorífico), o un toque diabólico y sorprendente: un poco –muy poco– de chile picante.
El recubrimiento clásico de las trufas es el cacao en polvo –no vale el cacao soluble para beber–, pero se puede recubrir también con coco rallado, praliné de almendra o avellana, o galletas speculoos pulverizadas. Una vez hechas, puedes colocar cada trufa en una pequeña cápsula para bombones, un detalles que quedará genial si vas a regalarlas.
Preparación: 30 minutos
Cocción: 30 minutos
Función: ALTA
Raciones: 400 g
200 g de chocolate negro para postres
100 g de mantequilla a temperatura ambiente
100 ml de nata líquida para montar
1 yema de huevo
1 pizca de sal
1 naranja, (usamos solo la ralladura)
Cacao en polvo
Trocea el chocolate y ponlo a fundir en un slow cooker pequeño con la nata y la mantequilla.
Cocina durante 30 minutos o hasta que el chocolate empiece a estar blando.
Añade un pizca de sal y mezcla la nata y el chocolate fundido con una varilla hasta que quede una crema homogénea. Desenchufa el slow cooker y saca el recipiente de la carcasa. Incorpora la yema y mezcla por completo con las varillas.
Ralla la naranja con un rallador fino, con cuidado de no rallar la parte blanca. Incorpora la ralladura al chocolate y mezcla.
Vierte la mezcla en un recipiente de vidrio con tapa y refrigera durante 4 horas o hasta que quede sólido.
Prepara un plato con cacao en polvo.
Saca bolitas de masa con una cucharilla, dales forma con rapidez y pásalas por el cacao eliminando el exceso.
Coloca cada trufa sobre una cápsula y guárdalas en frío. Consúmelas en un plazo de 3 días.
Recomiendo guardar estas trufas en frío. La razón es que llevan nata y yema de huevo en su composición, ingredientes que deben ser tratados con cuidado para evitar intoxicaciones alimentarias. Las trufas se pueden incluso congelar, de manera que si haces más de las que te vas a comer en unos días, puedes congelarlas sin problema. Luego bastará con sacarlas 30 minutos antes para que se atemperen y estarán listas para comer.
Es conveniente utilizar un slow cooker de pequeño tamaño –entre 1,5 y 2,4 litros de capacidad– para fundir el chocolate.