Tarta Tatin
Siempre me imagino a las hermanas Tatin en la cocina de su hotel de Lamotte-Breuvon, enfundadas en delantales blancos, amasando con energía harina y mantequilla, y dando la vuelta al mundo. No haciendo un viaje al estilo Julio Verne, no, sino dando literalmente la vuelta al mundo, tal y como hicieron con su célebre tarta Tatin de manzana o tarta de manzana al revés.
Indagando sobre su origen, todas las hipótesis apuntan a un invento genial surgido del azar gracias a una magistral equivocación. Me gusta pensar que no fue así, que les demoiselles Tatin sabían lo que hacían e investigaron y gastaron manzanas, harina y mantequilla a tope hasta dar con la tarta que tenían en la cabeza. Sea como fuere, un simple cambio de postura da como resultado un tarta que sería completamente distinta si las manzanas, en un alarde de liderazgo, hubieran pedido ponerse arriba.
Adaptar la receta al slow cooker ha sido algo trabajoso: las manzanas caramelizaban que daba gusto, mientras que la masa quebrada me hacía sonoras pedorretas desde su privilegiada posición.
Varias pruebas y el cambio de masa quebrada o brisa por una más consistente masa sable –con huevo y azúcar que le dan la solidez que necesita para una cocción húmeda– dieron con el visto bueno de la chef, osea, yo misma.
En esta receta la olla funciona como molde, protegida por una lámina de papel de horno o sulfurizado que permite que no se desperdicie caramelo, además de poner las cosas fáciles, pudiendo sacar la tarta de la olla de un simple estirón.
La receta está pensada para una olla grande, pero puedes adaptarla para una olla pequeña utilizando menos cantidad de manzana. Sin embargo, al llevar un solo huevo, no es posible dividir las proporciones, pero puedes congelar la masa que te sobre.
Preparación: 30 minutos
Cocción: 3 horas
Función: ALTA
Raciones: 6
Para la masa sablé
200 g de harina
75 g de azúcar
100 g de mantequilla fría cortada en dados
1 huevo
Para las manzanas
4 manzanas reineta
175 g de azúcar
1 cucharada de mantequilla a temperatura ambiente
Enciende el slow cooker en ALTA para que se precaliente mientras preparas los ingredientes. Forra el recipiente de la olla con papel de horno dando forma con las manos.
Tamiza la harina y colócala en un bol. Añade el azúcar. Corta la mantequilla fría en dados pequeños e incorpórala sobre la harina.
Trabaja la masa con las manos hasta tenga una textura terrosa. Añade el huevo y amasa hasta que puedas formar una bola.
Deja reposar la masa en frío cubierta con film plástico mientras preparas las manzanas.
Pela las manzanas, quita el corazón con un descorazonador de manzanas.
Corta las manzanas en cuatro trozos a lo largo y corta estos trozos por la mitad. Reserva.
Pon el azúcar en una sartén al fuego y deja que se vaya caramelizando sin remover. Cuando empiece a derretirse, mueve la sartén (no introduzcas ningún utensilio para mezclar) hasta que tome color caramelo claro.
Añade la mantequilla y remueve con un cucharón. Baja el fuego y deja que se cocine un minuto.
Incorpora las manzanas troceadas a la mezcla de azúcar y mantequilla, deja que cuezan unos minutos hasta que se impregnen con el toffe. Mueve la sartén para que la salsa se reparta por todas las manzanas y da la vuelta a los trozos de fruta.
Distribuye las manzanas en el fondo del recipiente del slow cooker con la parte más curva hacia abajo. Vierte toda la salsa de caramelo sobre las manzanas.
Extiende la masa sable con las manos sobre una tabla de cocina forrada con film plástico hasta que obtengas una placa fina.
Toma la masa sin separarla del film plástico, colócala sobre las manzanas con suavidad y, cuando esté bien fijada, elimina el film plástico que habrá quedado en la parte superior. Presiona con suavidad en los bordes para que no queden huecos.
Haz varios agujeros en la masa con un tenedor, esto ayudará a que la masa sude y quede menos húmeda. Pon un paño o varias capas de papel de cocina entre la olla y la tapa y cierra.
Cocina durante 3 horas en ALTA.
Destapa y deja que se temple un poco antes de servir.
Da la vuelta a la tarta y preséntala con las manzanas boca arriba.
Puedes hacer la tarta en un molde, pero cocinándola directamente en la olla ahorrarás tiempo y podrás obtener una tarta más grande; además, las manzanas se caramelizarán mucho mejor directamente en la olla.
La masa quebrada no da buen resultado en esta receta de tarta Tatin. El huevo y el azúcar presentes en la masa sable que utilizamos en esta ocasión, ayudan a obtener una base sólida que cuece bien en condiciones de humedad.
Es importante colocar un paño o varias capas de papel de cocina entre la tapa y la olla, ya que permite que la humedad quede concentrada en la parte superior y no humedezca nuestra tarta.
La tarta Tatin se puede servir caliente o fría, como prefieras. Si la has hecho con antelación y quieres servirla caliente, mantén la tarta con el papel de horno, introdúcela de nuevo en la olla y programa una hora en ALTA antes de la hora de servir.
Las manzanas que mejor funcionan para hacer una tarta Tatin son las reineta, pero si tienes otra variedad, sobre todo si se te están poniendo pochas en el frutero, puedes utilizarlas de igual manera.