Tarta de sopa de cebolla a la salvia
La masa brisa encierra un relleno que recuerda a la clásica sopa de cebolla francesa.
Puedes escuchar el texto completo en este enlace al podcast.
La sopa de cebolla que hacía mi madre me dejó muy marcada. No es que fuera un plato de tradición familiar ni que mi madre –a pesar de tener tatarabuelos franceses – hubiera nacido en Francia. Ella pillaba recetas de donde surgiera y entre sus decenas de recortes de revistas, cayó la sopa de cebolla.
A la cebolla le hemos hecho de todo en esta cocina privada. La hemos preparado en sopa, en fritatta, hemos hecho caldo con ella, mermelada, y la hemos caramelizado. Se puede decir que somos fans y que siempre hay alguna rondando en la despensa.
Esta tarta salada se hace con la misma cebolla pochada con la que se elabora la sopa de cebolla. Pero en lugar de seguir el proceso con el caldo y demás parientes, la mezclamos con huevo y nata, y la cocinamos sobre una lámina de masa brisa. Un poco de queso rallado encima y ¡voilà!
El truco del dorado
Si se dan las condiciones adecuadas dentro del slow cooker, es posible que algunos alimentos se doren. Para eso es necesario precalentar la olla lenta, dejar mucho espacio libre en la parte superior y que no haya una gran proporción de líquidos.
Después de hacer muchas quiches y pasteles salados, la casualidad hizo que diera con un truco para dorar uniformemente la superficie de estas elaboraciones.
Eché un ojo a la tarta pasadas las dos horas de cocción y aún no estaba hecha del todo. El borde se veía un poco tostado pero el centro estaba todavía húmedo, algo crudo. Como tenía que salir, programé 30 minutos más de cocción. Al acabar, mientras yo estaba a por uvas, el slow cooker entró en modo mantener caliente y ahí es donde se hizo el milagrito.
El calor no era suficiente para que la tarta se siguiera cocinando, pero sí para procurar un dorado total de la superficie. Quizá me pasé un poco y hubiera preferido que el queso quedara más tierno, pero tardé un poco más de lo deseado en volver.
Si quieres que la tarta se dore, usa estas notas, pero vigila para que no se te torrefacte. No seas yo.
Preparación: 15 minutos
Precalentamiento: 1 hora
Cocción: Cebolla 6 horas - Tarta 2 horas
Función: ALTA
Raciones: 4-6
Molde de quiche o desmontable
6 cebollas dulces
Salvia fresca
2 huevos
125 ml de nata para montar
1 lámina de masa brisa. Puedes elaborarla según esta receta)
Mantequilla a temperatura ambiente (opcional)
Queso fundente tipo emmental
Aceite de oliva virgen extra
Pimienta blanca
Sal
Elimina la piel de las cebollas, córtalas en cuartos y corta los cuartos en juliana fina.
Pon la cebolla en el slow cooker con 4 cucharadas de aceite de oliva, sal y un ramillete de salvia atado con hilo de cocina.
Cocina durante 6 horas en ALTA hasta que la cebolla esté completamente pochada y con color pardo. Remueve varias veces. Deja que se temple y reserva. Este paso se puede hacer con antelación.
Precalienta el slow cooker durante 1 hora en ALTA.
Forra el molde con papel de horno o pincélalo con mantequilla a temperatura ambiente.
Coloca la lámina de masa brisa sin quitar el papel que suele traer o sobre el que le habremos dado forma, poniendo la parte que tiene papel hacia arriba. Deja que repose sobre el molde, elimina el papel y acomódala al molde con suavidad para evitar que se rompa.
Elimina los bordes que sobresalgan, moldéalos hasta formar tiras y usa esas tiras para reforzar el ángulo interior.
Mezcla el huevo con la nata y añade la cebolla. Remueve hasta que quede todo homogéneo. Prueba el punto de sal y rectifica si es necesario. Añade pimienta blanca a tu gusto.
Reparte queso en la superficie y pon el molde en el slow cooker.
Cocina durante 2 horas en ALTA o hasta que la superficie quede dorada.
Esta receta se puede elaborar en dos slow cookers: la cebolla en uno de 3,5 litros y la tarta en un slow cooker grande de entre 6,5 y 8 litros de capacidad.