Sopa de hojas de apio
Si no sabes qué hacer con la hojas del apio, esta será tu sopa de aprovechamiento favorita. Y si eres fan del apio –crudo y en todas sus versiones–, ¡ponte manos a la obra!
Puedes escuchar el texto completo en este enlace al podcast.
Comprar apio a veces es un drama. Es una hortaliza que se usa en pequeñas cantidades y la mayoría de las veces te venden un apio entero tan grande que te lo llevas a casa y le pones el cinturón de seguridad cuando lo montas en el coche.
Hace años, en el antiguo Twitter, propuse –bastante de coña–, crear grupos de consumo dedicados al apio, para que pudiéramos comprar uno y repartirlo entre un grupo de gente.
Bromas aparte, creo que en general no sabemos que hacer con esta hortaliza. Partimos un tallito y lo ponemos con miedo en la bolognesa. No nos han enseñado a quererla y sí a temerla por su sabor peculiar.
Hace unas semanas, en el huerto al que hago pedido habitualmente, tenían manojos de apio de hoja. Pedí uno y me encontré con un manojo de pequeños brotes de apio, con un tallo muy pequeño y muchas hojas. Y lo mejor: el aroma era increíble, no podía dejar de llevarme el apio a la nariz y oler, oler, oler.
Enseguida pensé en hacer una sopa con vocación de aprovechamiento, porque en cocina doméstica se suelen utilizar los tallos, pero las hojas se quedan en el limbo. ¿Qué podemos hacer con las hojas de apio que no utilizamos? Desde ahora, una rica sopa.
Una propuesta, dos versiones
Mi propuesta pasa por añadir las hojas y los tallos más pequeños y tiernos troceados a la sopa recién terminada, cuando las patatas estén tiernas y las zanahorias cocinadas pero firmes. Quedará prácticamente crudo, cocinado ligeramente por el calor residual.
Este detalle hace una sopa fresca, llena de color y con un sabor vibrante potenciado por el zumo de limón. Puede que pienses que es demasiado para ti, que el apio mejor cocinado y convenientemente “matado”.
Te invito a probarla así, pero si sigue sin convencerte, puedes añadir el apio 30 minutos antes de terminar la cocción. La verdura se cocinará suficientemente para no quedar cruda. Perderá color y sabor, pero seguirá siendo una sopa deliciosa.
El limón
Hace buen equipo con el apio, por eso lo fiché para esta sopa. Aporta acidez y alegría, hace que salga del circuito de sopas aburridas. Añade el zumo poco a poco removiendo y probando cada vez hasta que des con el punto que a ti te guste.
Preparación: 15 minutos
Cocción: 4 horas
Función: ALTA
Raciones: 4
150 g de hojas y tallos pequeños de apio
250 g de patata ya pelada
150 g de zanahoria
1 cebolla fresca
2 dientes de ajo
Romero fresco
150 g de panceta curada
3 huevos cocidos
1 limón
Pimienta negra
Perejil fresco
Sal
Lava el apio, sécalo ligeramente y corta las hojas y los pequeños tallos en trozos y rodajas de 1/2 cm aproximadamente.
Pela la patata y la zanahoria. Trocea la patata en cuartos a lo largo y corta los cuartos en láminas finas.
Corta las zanahorias por la mitad a lo largo. Trocea las mitades en rodajas de 1 cm.
Pica la cebolla en trozos pequeños.
Golpea los ajos para que se rompan. Elimina la piel y déjalos enteros.
Ata el romero con hilo de cocina para que no suelte sus hojas durante la cocción.
Corta la panceta en tiras finas.
Pon la panceta y todas las hortalizas excepto el apio en el slow cooker. Añade 1250 ml de agua, y sal al gusto.
Cocina durante 4 horas en ALTA o hasta que la patata esté cocinada, tierna pero entera.
Pica los huevos cocidos. Añádelos a la sopa recién hecha.
Incorpora las hojas de apio cuando la sopa esté hecha. Quedarán calientes pero prácticamente crudas.
Exprime el limón y ve añadiendo zumo poco a poco y probando hasta dar con el punto de acidez que te guste.
Prueba y rectifica el punto de sal. Añade pimienta negra a tu gusto.
Espolvorea con una cucharada de perejil picado justo antes de servir.
Puedes cocer los huevos poniéndolos 14 minutos a 130º en freidora de aire o cociendo durante 12 minutos en un hervor suave en un cazo con agua.