Sardinas en aceite
No son una conserva, son sardinas confitadas en aceite hechas en casa y que saben a verano.
Puedes escuchar el texto completo en este enlace al podcast.
El verano es tiempo de sardinas. Nos saludan desde el mostrador helado de las pescaderías. Las olemos cocinadas a la brasa en los bares de los barrios pesqueros. Su olor es inconfundible: huelen a noche de verano en la playa.
Hoy las cocinamos en aceite, confitadas al estilo de las enlatadas, pero teniendo bien presente que no son una conserva. Se cocinan, se guardan en nevera un par de días y a disfrutarlas.
Las sardinas
Que sean grandes. Con las pequeñas tenemos poco que hacer en esta receta. Se nos desintegrarían como un satélite al entrar en la atmósfera.
Es importante pedirlas en la pescadería sin cabeza y sin tripas pero con espina y sin abrir. Que a lo mejor es un poco rollo pedir todo eso, pero es la manera de que queden enteras, limpias y elegantes.
Las escamas se quitan con un masaje muy suave debajo del grifo. Hay que evitar manipularlas demasiado para que no se ablanden, solo acompañar a las escamas y que el chorro de agua haga el resto.
El aceite
Que sea de oliva virgen extra a poder ser. Ya sé que es una locura de precio, pero es el que mejor resultado te va a dar. Si distribuyes bien las sardinas en el slow cooker de manera que no haya huecos, evitarás tener que añadir aceite en exceso.
Ese aceite es una delicia untado en pan. Acompaña las sardinas con una ensalada de tomate, lechuga aliñada y una buena hogaza de pan con la que rebañar los jugos del tomate y el aceite de las sardinas.
El reposo
A estas sardinas les va bien un poco de reposo en la nevera. Un par de días es suficiente, yo no recomiendo guardarlas más de 5 días. Consérvalas siempre en frío y bien cubiertas con el aceite en el que se han cocinado.
Preparación: 10 minutos
Cocción: 45 minutos
Función: ALTA
Raciones: 4-6
1/2 kg de sardinas
Aceite de oliva virgen extra
Sal
2 cortes de guindilla seca
1 diente de ajo
1. Las sardinas deben estar sin cabeza y sin tripas pero con espina y sin abrir.
2. Elimina las escamas masajeando cuidadosamente las sardinas debajo de un chorro de agua fría.
3. Seca y sazona ligeramente las sardinas.
4. Colócalas en el slow cooker, reparte el diente de ajo cortado en láminas y los aros de guindilla seca.
5. Cubre con aceite de oliva y cocina durante 45 minutos en ALTA o hasta que las sardinas estén cocinadas pero tiernas y jugosas. Que no se te pasen de punto.
6. Apaga y desconecta el slow cooker, saca el recipiente de la carcasa y deja que las sardinas se enfríen dentro. Deja que reposen en el frigorífico durante varios días antes de servir. Guárdalas en un recipiente hermético completamente cubiertas de aceite.
Escoge piezas de gran tamaño: las sardinas más pequeñas prácticamente se deshacen al confitarlas.