Salsa holandesa
La salsa holandesa me trae muchos recuerdos de mi etapa en la cocina profesional. Han pasado muchos años desde entonces y las cosas han cambiado por completo. En esos años, la cocina fusión no existía, lo más de lo más era la Nueva Cocina Vasca, y los toques afrancesados inundaban los platos. El súmmum de la decoración de platos pasaba por las hojas de achicoria, los cestillos de patata y los rabanitos torneados. Así que hacíamos holandesa –y sus derivadas, bearnesa y choron– por un tubo, y había que darle fino filipino al músculo del brazo.
Recuerdo el baño María y el bol encima, la varilla sin parar de dar vueltas y el hilillo de mantequilla clarificada cayendo despacito. También recuerdo las agujetas tras algún banquete en el que tuve que hacer barriles de salsa, ay. Por eso tenía muy poca esperanza en que la holandesa saliera bien en crock pot, pero me equivocaba. El proceso es diferente al convencional, pero funciona y sale una salsa holandesa verdadera y fácil para chuparse los dedos.
Como en muchas otras recetas, aprovechamos el calor suave que emite la olla de cocción lenta para montar la salsa ya batida y emulsionada. Si la haces, estás muy cerca de poder disfrutar de unos huevos Benedict en casa; ¿te atreves?
Preparación: 10 minutos
Cocción: 1 hora
Función: ALTA
Raciones: 4
Batidora de varillas
Termómetro de cocina
Tarro de vidrio con tapa
150 g de mantequilla clarificada
3 yemas de huevo
1 cucharada de zumo de limón
2 cucharadas de agua
Sal
Pimienta blanca
Clarifica la mantequilla. Puedes hacerlo con la crock pot o calentándola en un cazo.
Bate las yemas, el zumo de limón, el agua, la sal y la pimienta preferentemente con una batidora de varillas hasta que quede con textura cremosa.
Añade la mantequilla clarificada líquida poco a poco sin dejar de batir. Debe quedar una crema ligada de color amarillo.
Vierte la salsa en un bote de vidrio con tapa. Coloca el bote cerrado en el slow cooker y llena el recipiente con agua hasta que cubra el nivel de salsa que se ve en el bote.
Coloca un termómetro de sonda en el agua y cocina en ALTA hasta que marque 65º.
Saca el bote, ábrelo y remueve la salsa con un tenedor. Si sale muy espesa, puedes aligerarla con un poco de agua.
Prepara la salsa holandesa cuando vayas a consumirla y no hagas de más: al tener yema de huevo, es necesario darle el mismo tratamiento que a la mayonesa casera para evitar riesgos.
Para hacer esta receta es recomendable utilizar un termómetro de cocina o, en su defecto, estar pendiente de la cocción para evitar que se caliente en exceso y se corte. Es complicado dar un tiempo único de cocción, porque los slow cookers trabajan con distintas potencias según los modelos y las marcas. Como orientación, calienta durante una hora y comprueba que la salsa siempre esté cremosa, ligada y de color amarillo.