Rillettes de pato
Nunca estaré suficientemente agradecida a Francia por recetas como los rillettes, las terrinas o los patés. Con una cocción suave y lenta, grasa y carne, son capaces de hacer gocheces para untar riquísimas, como la receta de rillettes de pato que te traigo hoy. Es una receta que lo mismo te puede servir para alegrar los entrantes de un banquete que para untar tostadas en la merienda o para hacer tarritos para regalar.
La base de estas recetas suele ser la carne de cerdo, a la que se le añaden otras carnes o despojos de aves, conejo o cerdo. Esta terrina de pato me ha gustado especialmente por su sabor: el tomillo, el licor de naranja y el carácter de la carne de pato se dejan sentir al dar el primer mordisco.
Es una terrina que puede parece algo complicada de elaborar, más que nada porque hay que deshuesar la carne y tiene varios pasos en los que se van reservando huesos, jugos, carcasas, etc.
Pero no te desanimes porque al final no es nada complicada y los resultados son muy buenos. Es importante que compres un pato entero y que pidas que te den toda la grasa que suele tener consigo para que se confite con ella. Con los restos de huesos y la carcasa puedes hacer un consomé de pato para aprovecharlo todo y darte un buen rato sorbiendo un caldito rico. Es la recompensa a reservar y reservar durante la elaboración.
Preparación: 20 minutos
Cocción: 5 horas
Atemperado: 1 hora
Función: BAJA
Raciones: 750 g
1 terrina
1 pato de aproximadamente (1,5 kg troceado con su carcasa, piel y grasa aparte)
300 g de carne de cabeza de lomo de cerdo
1 cebolla
1 rama de tomillo
1 cucharadita de hierbas provenzales
50 ml de Cointreau o licor de naranja
Sal
Pimienta negra
Pide que te saquen las pechugas del pato, quiten la piel entera y troceen la carne de las pechugas; que saquen la carcasa entera y troceen el resto del pato. Reserva la carcasa para hacer un caldo al final.
Trocea la carne de cerdo en cubos de unos 2 cm.
Coloca la carne de cerdo y la de pato en el slow cooker, sazónala con las hierbas provenzales, la sal y la pimienta y mézclala.
Cubre con la cebolla cortada en octavos y la piel y la grasa del pato. Incorpora el Cointreau.
Cocina durante 5 horas en BAJA o hasta que la carne esté cocinada y tierna.
Deja templar durante una hora, saca la carne a una bandeja con una espumadera y reserva la grasa y los jugos que queden en el slow cooker. Separa la grasa del jugo y conserva ambos.
Quita la piel, la cebolla y los huesos que hayan podido quedar y resérvalos. Deshilacha la carne con dos tenedores o con las manos.
Coloca la carne en una terrina y baña poco a poco con una porción de los jugos de cocción. La mezcla no debe quedar muy aguada, lo justo para que sea agradable al untar. Nivela y compacta la carne y guárdala en el frigorífico.
Cuando la terrina esté sólida, añade la grasa de pato derretida para que forme un velo fino en la superficie. Si no tuvieras suficiente grasa de pato, puedes derretir un poco de manteca de cerdo ibérico.
Conserva la terrina en frío y deja reposar los rillettes dos días antes de consumirlos
Bonus track: Consomé de pato
Con los restos de estos rilletes puedes hacer un consomé de pato.
Devuelve los restos de carne, huesos y cebolla que hayan sobrado.
Corta la zanahoria en rodajas y la cebolla en octavos. Saltéalas en una sartén con un poco de aceite de oliva hasta que se hayan dorado. Ponlas en el slow cooker.
Trocea la carcasa de pato y dórala en una sartén con un poco de aceite de oliva. Incorpora los huesos a la olla lenta.
Añade un bouquet garní o unas hierbas aromáticas (tomillo, romero, laurel), cubre con agua sin llegar hasta el borde y cocina durante 12 horas en BAJA.
Filtra el consomé y deja que repose para eliminar la grasa o utiliza una jarra separadora.
Además de utilizar una terrina, también puedes disponer los rillettes en tarritos de vidrio con cierre hermético. Puede ser un estupendo detalle regalar estos tarritos con una etiqueta bonita a tus amigos y familiares.
Es muy importante que la terrina quede sellada con una capa de grasa de varios milímetros para que se conserve bien durante varios días. Si no tienes suficiente grasa de pato para hacerlo, puedes derretir un poco de grasa de cerdo ibérico. La terrina se debe consumir en el plazo de una semana.
Si te da mucha pereza trocear la carne de cabeza de lomo de cerdo o no puedes comprarla en una pieza entera, compra filetes de cabezada: te será más fácil trocear los filetes que manejar una pieza de carne entera.
No confundas la cabeza de lomo de cerdo con el lomo de cerdo. No son lo mismo y los resultados pueden ser muy diferentes. La cabeza de lomo de cerdo es una pieza con grasa adecuada para la cocción lenta; el lomo es magro y tras horas de cocción resulta seco y poco agradable de comer.