Pollo extratierno
En casa el pollo gusta lo justito. Tan justito que a veces es decir "hay pollo" y se tuerce el gesto. Esa mala fama se la ha ganado el pajarraco tras años y años de cocciones equivocadas. Cuando empecé a asarlo a una temperatura moderada en el horno durante varias horas, la cosa empezó a cambiar, pero el pobre plumífero sigue con su sambenito a cuestas.
A mí me encanta y no dejo de cocinarlo: a la plancha con sus hierbecillas y su limón, al horno en cuatro horas y tan bajo que se deshuesa solo, al ajillo, que me recuerda a casa.
Hace varios meses probé un pollo extratierno en un chino de Usera al que van a comer chinos y donde es pecado pedir arroz tres delicias. Iñigo, de Umami Madrid, me explicó cómo lo hacen, tal y como podéis leer en su blog. Y desde entonces andaba dándole vueltas a la cabeza sobre cómo hacer este pollo extratierno en crock ot. Tarea fácil, la verdad, solo hay que controlar la temperatura interna del pollastre, que debe alcanzar los 55º.
Si te parecen pocos, te perderás la carne de ave más jugosa que se haya cocinado nunca: la pechuga se corta como mantequilla y cada bocado es pura gula que incita al siguiente. La receta original de Íñigo incluye una salmuera y un caldo de alitas que he obviado para ir a lo esencial: una carne apta para todos los paladares y una formulación que será base para otras variantes.
Aunque ese caldo de alitas, que debe ser todo sustancia, está en mi lista de deseos y caerá seguro. Esta receta de pollo extratierno en slow cooker sirve lo mismo para hacer delicioso un bocado de dieta, alegrar la cara de un enfermo obligado a comer limpio, preparar ensaladas de ave, o servir el pollo aliñado con vinagretas o salsas frías. Deja tus prejuicios polleros de lado y prueba a hacerla al menos una vez. Repetirás.
Preparación: 10 minutos
Cocción: 2 horas
Función: ALTA
Raciones: 4
1 pollo de corral
2 l de caldo de ave
Sal
Limpia el pollo de los restos de plumas que puedan quedar.
Coloca el pollo en la olla con la pechuga hacia abajo.
Llena la olla con el caldo de ave de manera que cubra la pieza, si es necesario, añade más caldo o agua.
Programa 2 horas en ALTA.
Cuando cumpla el tiempo, pon el pollo fuera de la olla y trocéalo. Saca las pechugas enteras, quita la piel y filetéalas.
Sirve de inmediato (para que esté caliente) con tu aliño o salsa preferida.
Escoge un pollo que no sea demasiado grande, ya que hay que procurar que la pieza quede completamente cubierta por el caldo.
Utiliza pollo de corral, es algo más caro que el pollo blanco, pero asegura sabor y ternura. Esta receta lo merece.
Reutiliza el caldo para hacer sopa, como base de purés, o enfríalo y congélalo para tenerlo a punto en tu despensa. Conviene darle un hervor (levantarlo) antes de usarlo para evitar el desarrollo de gérmenes.
Una vez que termine la cocción no dejes el pollo dentro de la olla, pues continuaría cocinándose y no saldría tan tierno. Ten previsión para estar al tanto, esta receta no es de las de irse al cine y despreocuparse durante horas.
La piel sale entera y cocinada, si quieres sacarle partido, córtala en tiras y fríela o churrúscala en el horno; seguro que alguien en casa da buena cuenta de unos torreznos de piel de pollo como aperitivo.
Si tienes un termómetro de cocina, es recomendable que lo utilices para controlar la temperatura, ya que la temperatura/tiempo de cada slow cooker son valores relativos. Abre la tapa a la hora de cocción y pincha con el termómetro en la parte más carnosa del pollo. Repite la operación hasta que alcance los 55º y sácalo a enfriar.