Patatas revolconas o meneás
Cada vez que escucho "patatas revolconas", me imagino unas patatas felices, dando saltos inconscientes y revolcándose en un fanguillo de cosas ricas. Creo que la imagen que tengo en mi cabeza del acto de revolcarse corresponde bastante con la experiencia de estas patatas, que después de cocinarse suavemente reciben un bautismo de aceite, pimentón, ajo y panceta con su correspondiente restregón. ¡Qué felicidad por Dios! Es un plato de origen humilde, cocina de subsistencia, un clásico de la gastronomía española con el DNI repartido entre Ávila, Salamanca y Extremadura.
En esta receta de patatas revolconas adaptada al slow cooker, nos aprovechamos de la cocción lenta, que convierte las patatas en una delicia melosa, para darles un poco de caña con el aplastapatatas, bañarlas en su caldo, alegrarlas con sabores profundos y rematarlas con unos torreznos crujientes que son todo alegría.
Es un condumio contundente que puede pasar por plato único si lo acompañamos de alguna fruslería como morcilla frita, chistorra o chorizo y pimientos de Herbón o de Gernika. Clama porque el fin de semana que viene haga un poco de frío para que puedas levantar el espíritu con este manjar de dioses.
Preparación: 45 minutos
Cocción: 3 horas
Función: ALTA
Raciones: 4
Aplastapatatas
Cazo
750 g de patatas
250 g de panceta
1 hoja de laurel
2 dientes de ajo
2 cucharaditas de postre de pimentón dulce
1/2 cucharadita de postre de pimentón picante
Agua o caldo de ave o de jamón
Aceite de oliva para freír
Sal
Pela las patatas, lávalas y sécalas.
Trocea las patatas y ponlas en el slow cooker junto con un ajo machacado. Cúbrelas con agua o caldo. Añade sal si el caldo va flojo de sazón o utilizas agua.
Cocina durante 3 horas en ALTA.
Corta la panceta en tiras gruesas (vamos a hacer torreznos) y reserva.
Media hora antes de que las patatas estén hechas, prepara un cazo con aceite y ponlo a fuego vivo. Fríe los trozos de panceta hasta que queden dorados y crujientes. Retira sobre papel de cocina para que escurran el aceite.
Haz un sofrito con parte del aceite de la fritura y un ajo picado hasta que el ajo cambie ligeramente de color. Añade el pimentón, retira del fuego y remueve.
Cumplida la cocción de las patatas, o cuando estén tiernas y se deshagan, retira de la olla el líquido y resérvalo. Puedes utilizar una pipeta o jeringa de salsear, para que resulte más fácil, o un cacillo.
Machaca las patatas con un aplastapatatas, incorpora el sofrito y ve añadiendo el caldo reservado hasta que tengan una textura cremosa.
Mantén la crock pot encendida en ALTA para que conserve el calor.
Sirve muy caliente acompañando con los torreznos.
Tómate tu tiempo al añadir el caldo de cocción a las patatas ya machacadas, irán engordando poco a poco. No lo hagas de golpe, es mejor ir probando hasta dar con la textura adecuada.
Ten cuidado de no quemar el pimentón en la sartén. Es un ingrediente muy delicado y si lo dejas al fuego se quemará y no podrás utilizarlo. Un primer golpe de calor y retirar la sartén del fuego es lo más adecuado.
Crea tu proporción de picante, si te gusta que la cosa arda, échale un poco más de pimentón picante. La medida de la receta es para un paladar poco travieso.