Nofrito. Sofrito no frito
Un sofrito no frito cocinado en slow cooker que resulta tan práctico como rico. Nunca más salpicones de aceite y tomate en las paredes de tus fogones. Todo son ventajas.
Dice la RAE que un sofrito es un “condimento que se añade a un guiso, compuesto por diversos ingredientes fritos en aceite, especialmente cebolla o ajo entre otros.” No saben en la regia institución que en La cocina privada hemos venido a cocinar rico y fácil, y que, si es necesario pasarse por la espumadera alguna que otra regla, lo haremos. Por eso esta receta se llama nofrito, porque es un sofrito a todos los efectos sin freír ni el huevo.
Este nofrito no funcionaría si entre sus ingredientes no estuviera el tomate concentrado. Hacer algo así con tomate natural sería mucho más complicado porque el exceso de líquido jugaría con nuestras ilusiones. Es pública mi larga y tórrida historia de amor con este procesado bueno. Siempre en mi cocina y en mi corazón.
Este sofrito no frito es una base de cocina que puedes hacer en cantidad y congelar en porciones para añadir a las elaboraciones que desees. A unas lentejas, a la salsa del bacalao confitado una vez ligada, como salsa base para unos huevos al plato o en cocotte, para alegrar unas porciones de polenta… Tiene un sinfín de usos.
Ingredientes y aprovechamiento
Esta receta tiene unos ingredientes sólidos básicos –cebolla, pimiento y ajo– a los que se le puede añadir alguna otra hortaliza que pulule por el cajón de las verduras de tu frigorífico.
¿Que tienes medio calabacín muerto de risa? Al slow cooker cortado en dados muy pequeños. ¿Media berenjena que teme acabar en la basura en unos días? Al nofrito. ¿Que te gusta que tenga zanahoria? Pica una muy fina y dale.
Ten cautela a la hora de añadir verduras, no vaya a ser que te engoriles picando y la mezcla se desequilibre, obteniendo poca salsa y mucho sólido. Mesura y contención. Una sola cosita no muy abundante cada vez. Aunque, partiendo de esta receta, puedes hacer tus experimentos y crear tu propio nofrito crockpotero.
Preparación: 15 minutos
Cocción: 5 horas
Función: ALTA
Raciones: 6
2 cebollas frescas
2 pimientos verdes italianos grandes
2 pimientos rojos italianos grandes
4 dientes de ajo
340 g de tomate concentrado (2 latas)
100 ml de aceite de oliva
Romero fresco
Sal
Pimienta
Opcional: una hortaliza extra (medio calabacín, media berenjena, una zanahoria pequeña, etc.)
Pica las cebollas, los pimientos y los ajos en trozos muy finos1. Si usas una hortaliza extra, pícala también.
Coloca las hortalizas picadas en el slow cooker con el tomate concentrado, el aceite y sal al gusto. Mezcla y añade 2 ramas de romero encima.
Cocina durante 5 horas en ALTA. Debe quedar una salsa completamente cocinada, cremosa y con un color rojizo intenso.
Elimina las ramas de romero. Si se ha desprendido alguna hoja, quítala también.
Añade pimienta negra o blanca recién molida. Prueba y rectifica el punto de sal.
Si quieres hacer una buena cantidad para congelar y tener un buen fondo de nevera, puedes duplicar los ingredientes. Todos toditos.
Los trozos deben ser pequeños, ya que es un sofrito. No queremos hacer un pisto, sino una base en la que se noten los trozos de verdura pero sin que sean protagonistas. Un calibre de medio centímetro es correcto.