Mandarinas confitadas
En invierno, suelo comprar los cítricos online directamente del productor. El último pedido lo hice muy deprisa, sin reparar en que estaba comprando demasiadas mandarinas. Al llegar la caja a casa, me di cuenta de que tenía que hacer algo con un par de kilos para que, a pesar de guardarlas en la terraza al fresco, no se me pusieran malas.
Hay equivocaciones que te traen consecuencias muy dulces, como estas mandarinas confitadas y la mermelada de mandarina que también me marqué en un periquete. Bendita precipitación. Si las naranjas confitadas son la bomba, las mandarinas se llevan el Oscar, el Tony y el Grammy latino de las frutas confitadas. Su aroma, mucho más delicado que el de las naranjas, y su pequeño tamaño, que permite hacer unas rodajas pequeñas, hacen que resulten una delicia servidas con cremas dulces, yogur, queso fresco o embebidas en bizcochos.
Como ya sabrás si sueles confitar cítricos, es necesario darles un escaldado previo con agua y sal para evitar el sabor amargo que da el albedo, la parte blanca de la piel. En esta receta he cambiado el método, poniendo en práctica la manera de hacer de Su de Webos Fritos: un único escaldado de 10 minutos en agua con sal. Resulta suficiente para eliminar el amargor y las rodajas quedan enteras si el escaldado es suave.
El confitado de frutas en cocina convencional es algo trabajoso, con reposos muy largos, varias cocciones cortas y mayor cantidad de azúcar. El slow cooker te permite confitar frutas de manera cómoda, en un solo proceso, sin tener que estar pendiente de hacer otras cocciones. ¡A confitar!
Preparación: 30 minutos
Cocción: 8 horas
Función: ALTA
Raciones: 1 tarro de 300 g aprox
6-8 mandarinas (600 g)
400 g de azúcar
200 ml de agua
10 g de sal
Agua para escaldar
Quita los extremos de las mandarinas y elimínalos. Corta las mandarinas en rodajas de 5 mm.
Prepara un cazo con agua y 10 g de sal. Lleva a ebullición y añade las rodajas de mandarina. Cuando vuelva a hervir, baja el fuego para que se mantenga en un hervor suave de unos 80-90º. Mantén las mandarinas durante 10 minutos en ese hervor. Escurre, desecha el agua y refresca las mandarinas con agua corriente para que se elimine todo resto de agua de cocción.
Pon el azúcar y el agua en el recipiente del slow cooker, y mezcla. Añade las mandarinas escaldadas y cocina durante 3 horas en ALTA.
Pasado ese tiempo, deja la tapa ligeramente entreabierta para que deje escapar un poco de vapor y continua cocinando durante 5 horas hasta que el almíbar esté ligeramente espeso.
Deja que se enfríe dentro del recipiente durante 12 horas.
Guarda en un envase de vidrio previamente hervido durante 12 minutos.
Corta las mandarinas en rodajas con un cuchillo muy bien afilado. Es la única manera de que las rodajas salgan finas y uniformes. Si el cuchillo no corta bien, conseguirás rodajas irregulares, perderás mucho zumo durante el corte y saldrán demasiado gruesas.
Utiliza mandarinas que tengan la piel firme sobre la pulpa. Desecha las mandarinas que tengan la piel hueca –se nota al tacto–, con ellas el corte será imperfecto y las rodajas se desmoronarán.
Hay slow cookers que son especialmente potentes en ALTA. Si el tuyo está entre ellos u observas que en el último tramo de cocción con la tapa entreabierta se está perdiendo demasiado líquido, pasa a función BAJA o acorta el tiempo de cocción.
Si quieres conseguir rodajas de mandarina confitada secas para bañar con chocolate, escurre el almíbar, colócalas sobre una rejilla metálica e introdúcelas en el horno precalentado a 100º durante una hora.