Curry thaï de pato
Hasta que empecé a cocinar con slow cooker nunca había hecho un curry decente. Había cocinado algo parecido al pollo al curry, inventándome la receta sobre la marcha y poniéndole curry en polvo, pero nada comparable a cocinar despacito un curry con su pasta, sus hojas de lima kaffir, su citronela y su leche de coco.
Tenía ganas de hacer un curry thaï de de pato, y al ver que en el hipermercado de mi pueblo tenían patas de pato frescas, me tiré a la piscina. La primera versión la hice con la pechuga –lo que se conoce en el mundo fino afrancesado como magret– y no os recomiendo para nada tirar de pechuga para este plato. Es una carne magra a la que no le va nada bien la cocción larga, se endurece rápidamente y no se disfruta de su ternura. Es mejor dejarla para otros platos y apostar por las patas crudas (no confundir con el confit*).
El curry quedó delicioso, y una de las claves fue la elección del tomate en conserva. Quienes me tienen cerca saben que últimamente estoy fascinada con algunos productos de Costco (no es que no me paguen, es que ni me conocen, oiga. Cero publi). Es un club de compras estadounidense que tiene tres tiendas en España y que son una locura en la que te puedes comprar un oso de peluche de dos metros, un collar de esmeraldas auténticas y unos tomates San Marzano en conserva de quitar el hipo.
Que ahí quería yo llegar, a los tomates. Utilicé los tomates San Marzano con D.O.P de su marca propia, que son sabrosos como pocos y, lo que me flipa nivel Máximo Valverde, que diría Josie, es que su jugo es pura crema de tomate. Espesa y roja, que dan ganas de hacerse una mascarilla. Con esto, quiero decir que la calidad del tomate es fundamental en esta receta y que, aunque no tengas un Costco cerca –poca gente tiene uno a mano– busques un tomate pera en conserva que no nade en aguachirris y que sea de calidad.
Preparación: 15 minutos
Cocción: 3 horas
Función: ALTA
Raciones: 4
3 muslos de pato crudos
50 g de pasta de curry rojo o amarillo
400 ml de leche de coco con más de 75% de extracto de coco
500 g de tomates pera en conserva o tomate pera natural maduro escaldado y pelado
1 cebolla fresca grande
1 diente de ajo
1 rama de citronela
2-3 hojas de lima kaffir
Sal
Hojas de curry frescas o secas (opcional)
250 g de piña natural sin piel ni núcleo
1 cucharada de jengibre fresco rallado
Hojas de albahaca fresca
Salsa de pescado nuoc-mam o nam pla
Seca bien los muslos de pato y dóralos en una sartén a fuego fuerte por los dos lados.
Mezcla la pasta de curry con la leche de coco dentro del slow cooker.
Añade los tomates cortados por la mitad, la cebolla troceada en rodajas, el ajo triturado, el jengibre, la citronella, las hojas de albahaca, las hojas de lima kaffir y las hojas de curry, si las usas.
Mezcla y coloca los muslos de pato en el slow cooker.
Cocina durante 3 horas en ALTA.
Saca los muslos de pato a un plato, desmenuza ligeramente la carne, desecha los huesos y cartílagos. Devuelve la carne al guiso y mueve el recipiente para que se integre con la salsa.
Añade salsa de pescado poco a poco probando para que quede al gusto.
Corta la piña en cuñas, elimina la piel y el centro duro. Corta las cuñas en trozos de 1 cm de grosor e incorpóralas al curry.
Sirve muy caliente con unas hojas de albahaca frescas y un acompañamiento de arroz blanco.
*No sucumbas a la tentación de utilizar confit de pato en esta receta. El confit es un producto ya cocinado y rico en grasas que está estupendo en otras elaboraciones, pero que perdería todo su encanto tras 3 horas de cocción.
Puedes encontrar patas o muslos de pato crudos envasados individualmente en supermercados, los comercializan las mismas marcas que venden magret o pechuga de pato.
El curry es picante. Si la capsaicina no es lo tuyo, prueba mejor con otra receta o escoge una pasta de curry con una escala baja de picante.