Cupcakes gigantes
Alguna vez, en la comunidad de Crockpotting me han preguntado si se podían hacer cupcakes en slow cooker. Siempre he sido escéptica con este tema por un motivo: la capacidad del recipiente de la crock pot es muy limitada y el resultado obtenido, en cuanto a la cantidad, sería bastante tristón.
Pero nada nos impide ponernos muy traviesos y hacer cupcakes gigantes, unos dulces que desafían todas las reglas del saber estar, ya que para comerlos hay que compartir y pringarse de frosting. Para hacerlos hay que tener unas cápsulas adecuadas, mucho más grandes que las que se utilizan habitualmente para hacer cupcakes. No son demasiado fáciles de encontrar, aunque se pueden usar moldes de panettone pequeños o algún molde metálico o de silicona de tamaño mini.
Como ya habrás imaginado por la foto, decorar cupcakes no es lo mío. Después de varias intentonas con la manga, me tuve que conformar con extender la crema con una espátula y que pareciera comestible. Los frutos rojos me ayudaron a que el resultado mejorara un poco, pero al pan pan y al vino vino. Si vuelvo a hacerlos, prometo comprar unas boquillas adecuadas y aprender a hacer florecitas y demás cucadas. ¿Te animas a hacer esta gamberrada dulce crockpotera?
Preparación: 45 minutos
Cocción: 1 hora 30 minutos
Función: ALTA
Raciones: 2 cupcakes gigantes
Molde de papel para cupcake gigante
250 g de harina de repostería
150 g de azúcar
2 huevos
125 g de mantequilla
100 ml de leche
1 cucharadita de postre de levadura química o impulsor ((8 g))
250 g de frutos rojos frescos
Para el frosting de queso
150 g de queso crema frío
80 g de mantequilla a temperatura ambiente
125 g de azúcar glass
Precalienta el slow cooker en ALTA mientras preparas los ingredientes y la masa.
Mezcla la mantequilla con el azúcar con ayuda de una batidora de varillas eléctrica.
Añade los huevos de uno en uno, batiendo cada vez para que se integren bien.
Tamiza la harina y la levadura, y añádelas a la masa en tres veces sin batir, mezclando a mano con una espátula cada vez.
Mezcla 200g de frutos rojos (reserva el resto para decorar) con un poco de harina extra hasta que queden bien impregnados. Pon los frutos rojos en un colador y mueve para eliminar el exceso de harina. Añade los frutos a la masa y mezcla con suavidad.
Vierte la masa en los moldes de cupcake gigante y colócalos en el slow cooker.
Coloca un paño de rizo sobre el recipiente, pon la tapa encima y tensa el paño estirando de las esquinas.
Cocina durante 1 hora y 30 minutos en ALTA. Comprueba el punto traspasando la masa con una brocheta. Si sale limpia, estarán listos. De lo contrario, aumenta el tiempo en franjas de 30 minutos y comprueba cada vez.
Saca los cupcakes con cuidado y deja que se enfríen sobre una rejilla.
Cuando se hayan enfriado por completo, decora la superficie del cupcake con el frosting de queso y coloca unos cuantos frutos rojos sobre el copete de crema.
Frosting de queso
Bate la mantequilla con el azúcar glass tamizado hasta que se mezclen por completo y quede una crema firme y blanqueada. Utiliza una batidora de varillas eléctrica.
Añade el queso crema muy frío y un poco de colorante –lo justo para que quede un tono rosa pálido– y mezcla sin batir en exceso para que la crema no se caliente.
Coloca el frosting en una manga pastelera y deja que repose en frío durante al menos 30 minutos antes de decorar los cupcakes.
Es necesario tamizar bien el azúcar glass para que no queden grumos y la crema quede lo más fina que sea posible.
Para que la crema de queso quede firme y no se venga abajo, el queso debe estar muy frío, recién sacado de la nevera, y la mantequilla atemperada, con el punto justo para que se pueda manipular.