Crema inglesa
En pocos días te contaré cómo hacer encurtidos de verduras con la ayuda de tu slow cooker, una receta muy refrescante para los calores del verano. Pero hoy me pongo con algo dulce, que para algo es miércoles y toca darle fuerte a la sección repostera. La crema inglesa es una salsa dulce que se utiliza como base de muchos postres y helados.
Hacer crema inglesa en frascos dentro de la crock pot tiene algunas ventajas. La crema está más protegida si la cocinamos dentro de un envase. Una vez que la mezcla está en el bote y se echa el cierre, es imposible que entre nada más en el recipiente, preservando la pureza de esta crema tan valiosa para la repostería. Se evita la manipulación y el cambio de recipientes: una vez que el bote está a temperatura ambiente, lo guardas en el frigorífico para bajar la temperatura y lo abres en el momento de usarlo.
También protege la crema de una cocción desigual y agresiva. Si tienes experiencia con la cocina en slow cooker, sabrás que hay algunas preparaciones que pueden pegarse a las paredes. La crema inglesa es una de ellas. Es delicada y, si la haces directamente en el recipiente de la olla de cocción lenta, puede echarse a perder al tomar más calor por las paredes que por el centro, algo normal en este tipo de cocina.
El baño María asegura una distribución suave y uniforme de la temperatura, que hará que la crema inglesa salga sí o sí siempre que mantengamos el baño María por debajo de los 85º, la temperatura límite para que la crema espese sin cortarse.
Preparación: 30 minutos
Cocción: 2 horas 30 minutos
Función: ALTA
Raciones: 2 botes de 250 ml aprox
Botes de vidrio con cierre hermético
Termómetro de cocina
500 ml de leche
6 yemas de huevo
75 g de azúcar
1 vaina de vainilla o vainilla en polvo
Haz un corte a lo largo en la vaina de vainilla, sin que llegue a cortar el fondo. Debe quedar abierta por una de la caras. Raspa el interior con la punta del cuchillo para que la pulpa se desprenda.
Calienta la leche en un cazo al fuego con la rama de vainilla (con toda su pulpa adherida a la vaina) o una pequeña cantidad de vainilla en polvo (el sabor debe ser equilibrado). Retira el cazo del fuego justo antes de que empiece a hervir y deja que se temple.
Bate las yemas de huevo con el azúcar hasta que la mezcla quede homogénea.
Retira la vainilla y ve añadiendo la leche sobre la mezcla de huevo poco a poco sin dejar de batir a mano.
Filtra la mezcla con un colador y repártela en dos botes de cierre hermético de 250 ml de capacidad.
Cierra los botes y ponlos en el recipiente del slow cooker.
Añade agua caliente (del grifo) al slow cooker hasta que el agua cubra hasta el nivel de la crema.
Pon la tapa y cocina durante 2 horas y 30 minutos en ALTA.
Utiliza un termómetro de cocina para controlar la temperatura del agua. Cuando llegue a 84º la crema estará hecha. No dejes que los supere. Termina la cocción y saca los botes del slow cooker.
Saca los botes con ayuda de unas pinzas de conservas y agita la crema para que se mezcle bien.
Deja enfriar la crema a temperatura ambiente, guárdala en frío y no abras los botes hasta el momento de utilizarla. La crema inglesa dura hasta 3 días en frío y con el recipiente cerrado.
La crema inglesa o crème anglaise se usa como base para hacer helados, como salsa dulce para acompañar tartas como la tatin, o para montar postres con frutas frescas o cocinadas.
Puedes aprovechar las claras que te sobren para hacer una bica de Laza o algún postre con merengue.
El termómetro de cocina es fundamental para hacer la crema inglesa con o sin slow cooker. Si se sobrepasa el punto de coagulación de las proteínas se obtendrá una textura demasiado espesa y granulada. Si ves que la crema se te ha coagulado demasiado al rebasar la temperatura límite, sálvala pasándola a un recipiente limpio, batiéndola y colándola con el colador chino.