Crema de calabaza al foie
Mi madre solía decir una frase que creo que marcó la relación de nuestra familia con algunas cucurbitáceas: "Es más sosa que la calabaza". Y es cierto que no recuerdo comer mucha calabaza en casa. Ni mucha ni poca. Creo que esa fama de sosa le viene de la costumbre tan española de cocerlo todo, sobre todo las verduras, y olvidar procesos tan beneficiosos como el salteado y el asado, que sacan aromas y texturas muy agradables a las hortalizas.
En el caso de la calabaza, gana mucho asada –ya sea entera o en trozos– y las cremas de hortalizas asadas son una maravilla: muchas veces no hay que añadir ni gota de agua, basta tan solo con los jugos que sueltan para componer una crema o puré con la textura adecuada.
Para hacer esta receta te recomiendo una pieza entera de calabaza violín o carruécano –es la que se encuentra con más facilidad en España–, pero puedes usar otra variedad y asarla troceada si no la encuentras entera o si tu slow cooker no es lo suficientemente grande para asar una pieza (el tiempo de cocción no variará demasiado). Yo usé una calabaza de la huerta de mi amigo Alfonso, redonda y bonita como ella sola.
Esta crema de calabaza y foie es un primer plato de cuchara económico para las fiestas navideñas: la calabaza ni sube de precio en estas fechas ni es cara, de manera que puedes apañar una crema de primer plato sin tener que empeñar las joyas de Ava Gardner. El bloc o la mousse de foie –que tampoco es un desembolso grande– le dará un toque de sabor diferente, y el pan tostado y las lascas de foie congelado un contraste que se agradece.
Preparación: 15 minutos
Cocción: 5 horas
Función: ALTA
Raciones: 4
1 calabaza de 2 kg
1 cebolla mediana
125 g de bloc o mousse de foie
Aceite de oliva virgen extra
125 ml de nata o crème fraîche
Pimienta blanca
Sal
Pan para freír
Coloca la calabaza entera en el slow cooker.
Cocina en ALTA entre 3 y 4 horas o hasta que la pulpa esté blanda.
Pela la cebolla, córtala muy fina y póchala en una sartén hasta que esté blanda y un poco dorada.
Saca la calabaza, elimina la piel –que saldrá fácilmente– y las pepitas, y coloca en un recipiente toda la pulpa de calabaza y el jugo que habrá soltado.
Incorpora la cebolla, la nata o crème fraîche, 3/4 de la lata de foie, sal y pimienta y tritura. Prueba y rectifica el punto de sal y pimienta.
Vuelca en el slow cooker y deja que se caliente durante 1 hora en ALTA.
Mete el resto del foie en el congelador.
Fríe unos cuadrados de pan y escúrrelos sobre papel de cocina.
Saca el foie del congelador, deja templar unos minutos y haz unas láminas de foie helado con ayuda de una cucharilla.
Sirve caliente con el pan frito recién hecho y las láminas de foie helado.
Para poder sacar la calabaza entera del recipiente sin quemarse, se puede poner la pieza a asar sobre una o dos láminas de papel de horno. Así, una vez asada, basta con estirar de las puntas del papel para extraer la calabaza y poder pelarla con comodidad.