Chocolate rubio
¿Chocolate rubio? Pero, ¿qué invento es esto?, puede que te preguntes en plan Sara Montiel. El chocolate rubio nació de una casualidad tras el despiste de Fréderic Bau, Chef de L'Ecole Valrhona. Trabajando en el obrador, el chef olvidó durante horas un recipiente de chocolate blanco en el baño María; al descubrirlo, vio que éste había cambiado de color –del marfil del chocolate blanco al caramelo– y que tenía un sabor diferente. Al conocer esta historia, se me encendió el detector de recetas crockpoteables y me puse manos a la obra.
La primera prueba fue un fracaso, porque prescindí del baño María y calenté el chocolate blanco directamente en un slow cooker mini. El resultado fue una masa cocinada de manera irregular, de textura chiclosa/terrosa, oscura en los bordes y pálida en el centro. Si estabas pensando en hacerlo así, ni lo intentes.
La segunda prueba, con el chocolate en un recipiente de vidrio dentro del slow cooker convertido en un auténtico baño María, fue un éxito. Sin necesidad de mover el bote ni abrirlo, el chocolate fue tomando lentamente ese color dorado tan bonito que ves en la imagen. Pasadas 7 horas, ya estaba listo.
Al principio, el chocolate se presenta un poco terroso y complicado de manejar; tras unos minutos removiendo con una cucharilla, empieza a sacar brillo y mostrarse más elástico. Ese es el momento de utilizarlo: bien extendiéndolo en una superficie tipo Silpat para hacer láminas gruesas, o creando turrones, bombones o tabletas de chocolate.
El comportamiento de este chocolate es muy distinto al del chocolate auténtico. Es muy sensible a la temperatura y necesita un ligero reposo en frío para endurecerse. El slow cooker permite simplificar el proceso para hacer chocolate rubio sin necesidad de utilizar el horno ni estar demasiado pendiente de la elaboración, tal y como explica David Lebovitz en este artículo.
Si te encanta hacer frikadas, esta es una buena receta para disfrutar, pero no olvides utilizar siempre chocolate de cobertura blanca, porque puede que si usas chocolate blanco en tableta, el resultado sea un desastre. ¡A por ella!
Preparación: 10 minutos
Cocción: 7 horas
Función: ALTA
Raciones: según cantidades
Tarro de vidrio
Espátula de cocina
Silpat o lámina de silicona
Chocolate blanco de cobertura en gotas o trozos
Coloca el chocolate blanco de cobertura en un bote grande de vidrio con cierre hermético.
Pon el bote cerrado en el slow cooker y añade agua al recipiente sin que cubra el cuello del bote.
Tapa y deja que se cocine durante unas 7 horas en ALTA o hasta que haya tomado color caramelo. Revisa el nivel del agua durante la cocción y añade si se evapora.
Pasadas dos horas, saca el bote un momento con cuidado de no quemarte y muévelo suavemente para que el chocolate se haga por igual.
Pasado el tiempo de cocción, saca el bote con cuidado, sécalo y ábrelo con ayuda de un paño para no quemarte.
Remueve el chocolate rubio con una cucharilla hasta que empiece a estar brillante. Al principio tendrá una textura terrosa y dura, pero removiendo con energía, poco a poco irá tomando una textura cremosa y brillante fácil de trabajar. Es importante que tomes este paso en serio y no lo dejes antes de tiempo, es clave para el éxito de esta receta.
Para conservarlo y tenerlo listo para usar, extiéndelo con una espátula de cocina sobre una superficie de silicona (tipo Silpat) hasta formar una lámina gruesa. Coloca la lámina sobre una superficie rígida (una bandeja, por ejemplo) y refrigera hasta que se endurezca por completo.
Una vez que esté solidificado, rompe el chocolate en trozos y guárdalo en un recipiente en un ambiente seco y a temperatura ambiente. También puedes colocarlo en pequeños moldes de silicona, como los de bombón.
Es muy importante que no caiga ni una gota de agua dentro del bote del chocolate, porque se arruinaría. Trabaja con cuidado y ten a mano un paño seco y limpio para secar el bote por completo cuando vayas a abrirlo y trabajarlo. Añade el agua al baño María con el bote bien cerrado para evitar el goteo y cuida que el agua no llegue en ningún momento al nivel del cierre.
Es posible que durante el proceso tengas que añadir un poco de agua al baño María, sobre todo en slow cookers muy potentes. Echa un vistazo de vez en cuando para poder ver cómo va la cosa.
¿Te gustaría tener una bebida con sabor a caramelo en un abrir y cerrar de ojos? Si añades una porción de chocolate rubio a un vaso de leche muy caliente, al removerlo tendrás una bebida dulce y riquísima lista en tiempo récord.