Busco menta y chocolate en La enciclopedia de los sabores (N.Segnit 2011 Debate) a sabiendas de que es una combinación ganadora, pero con curiosidad por saber qué opina Niki Segnit sobre este combo. Nunca defrauda. Empieza comparándolo con la repostería aromatizada con pasta dentífrica y dice que ha encontrado cosas más interesantes en el filtro de su lavavajillas. No puedo querer más a esta mujer.
Pero, espera, ¡está hablando del chocolate con leche! De la combinación de chocolate negro y menta –encarnada en los chocolates After Eight– dice que podría comerla aún teniendo caries abiertas en los dientes. Yo también Niki, me habías asustado.
En invierno no falta el chocolate caliente en casa. Hacemos un chocolate poco espeso pero cremoso a base de cocción lenta, paciencia y chocolate de calidad. Si alguien viene a casa y sugiere que le pongamos una puntita de harina para espesar, le enseñamos la puerta. Son nuestras normas y nadie sale defraudado o insatisfecho.
Es el mimo de las tardes de fin de semana. Un chocolate y una rebanada de pan de croissant o brioche. A veces ni eso, solo chocolate caliente. Pegar las manos a la taza y dejar que se caldeen. Batir leche y añadir un poco de espuma a cucharadas.
Menta fresca en infusión
El tiempo hace milagros y lo aprovechamos para infusionar hojas de menta mientras la bebida se enfría. Es la mejor manera de aportar aromas de hierbas. Si cocináramos el chocolate con la leche y las hierbas, el aroma acabaría perdiéndose o trasformándose. Y queremos menta pura, sutil, fresca.
Recuerda calentar el chocolate sin que llegue a hervir para que conserve el aroma.
Un truco para arreglar un chocolate pasado de punto
Puede pasar que el chocolate se pase de punto y aparezca demasiado espeso, casi cortado, poco agradable de beber. Si te encuentras así el chocolate, no te preocupes, hay solución: con una pasada de batidora quedará bien trabado y con una textura cremosa pero líquida, perfecta para beber.
Al terminar la cocción, y antes de infusionar las hojas de menta, introduce el brazo de la batidora dentro del recipiente y tritura con cuidado y sin prisa. No saques el brazo del recipiente en ningún momento para evitar salpicaduras peligrosas. No necesitas moverlo, el chocolate pasará por las cuchillas y en pocos segundos tendrás tu bebida lista para infusionar.
Preparación: 5 minutos
Cocción: 2 horas
Infusión: 3 horas o hasta enfriar
Función: ALTA
Raciones: 4
Batidor de varillas
200 g de chocolate negro para postres o de cobertura
20 g de menta fresca (1 blister)
800 ml de leche
Trocea el chocolate y ponlo en el slow cooker.
Incorpora la leche y cocina durante 2 horas en ALTA o hasta que el chocolate esté disuelto, la leche se haya oscurecido y esté cremoso.
Remueve con el batidor de varillas un par de veces, la primera cuando la leche esté caliente para que el chocolate se disuelva y la mezcla quede homogénea.
Apaga el slow cooker e introduce las ramas de menta. Deja que se infusionen durante 3 horas o hasta que el chocolate esté a temperatura ambiente.
Elimina las hojas y ramitas de menta.
Calienta el chocolate suavemente justo antes de servir cuidando que no hierva.
Utiliza un chocolate negro –no funciona con chocolate con leche– con una buena proporción de cacao. Yo suelo usar cobertura Barry con un 76%, que tiene un sabor profundo a cacao. Lo importante es que uses chocolate y no los preparados habituales para chocolate a la taza, que dan un resultado demasiado espeso.
No hace falta que pongas harinas o féculas para espesar. El chocolate espesa por sí solo con una cocción adecuada. Esta receta no pretende obtener una bebida para cortar con cuchillo.
La receta no lleva azúcar deliberadamente para que la bebida no resulte empalagosa y para no enmascarar los dos sabores que importan: chocolate y menta. Con el azúcar que ya lleva el chocolate nos basta para endulzar.