A todo buen plato de carne o pescado le hace falta una guarnición para paliar la soledad, que el plato a veces es muy grande y las proteínas se nos ponen tristonas y desangeladas. Las cebollitas francesas glaseadas son un clásico de la cocina francesa. La receta original lleva mantequilla, sal y azúcar, pero al cocinarlas en slow cooker –que potencia los sabores– ocurre el milagro y tan solo necesitamos las susodichas cebollitas y aceite de oliva.
El tiempo largo, la condensación de los jugos de la cebolla y la temperatura, se encargan de estimular al bueno de Maillard para conseguir unas cebollas brillantes, doradas y con una salsa caramelizada para chuparse los dedos. El tiempo de cocción es orientativo y depende del tamaño de las cebollitas y la potencia de cada slow cooker.
En España se encuentran cebollitas de guarnición con un calibre bastante grande –en Francia las hay muy pequeñas, una verdadera delicia– que se ajustan al tiempo recomendando en la receta. El paso del salteado es muy conveniente para que se doren ligeramente y mejoren en sabor, aunque si lo tuyo es el #topadentro puedes intentar hacerlas en un solo paso dejando la sartén quietecita en su sitio. ¿Vamos a por esta receta de cebollitas francesas glaseadas en slow cooker?
Preparación: 15 minutos
Cocción: 3 horas
Función: ALTA
Raciones: 6
750 g de cebollitas francesas
Aceite de oliva
Vierte aceite de oliva en el recipiente del slow cooker hasta que no se vea el fondo (aproximadamente 150 ml).
Precalienta la olla de cocción lenta en ALTA.
Pela las cebollitas cuidando que la capa exterior quede uniforme para que queden enteras al cocinarse. Tómate tu tiempo, ponte cómodo y alegra la llorera con música (*).
Prepara una sartén amplia con dos cucharadas de aceite y caliéntala a fuego fuerte.
Saltea las cebollitas durante unos minutos hasta que se dore la superficie, moviendo la sartén para que se hagan de manera uniforme.
Cuando las cebollitas estén doradas, pásalas a la crock pot, pon la tapa y programa 3 horas en ALTA. Remueve cada hora aproximadamente.
Pasado el tiempo de cocción, abre la tapa, vuelve a moverlas, cierra y deja que se enfríen dentro de la olla de cocción lenta.
La reacción de Maillard se encarga de caramelizar las cebollitas, añadiendo brillo, sabor y obteniendo una salsa oscura y deliciosa, por tanto no es necesario añadir azúcar a la receta. Si decides hacerla con azúcar, vigila la cocción más a menudo para evitar que el azúcar se pegue en las paredes de la olla.
Las cebollitas francesas glaseadas se pueden hacer de víspera y dejarlas guardadas en un recipiente hermético en la nevera. Cuando se vayan a servir, solo hay que calentarlas a fuego suave para que tomen temperatura sin quemarse.
(*) Canciones para pelar cebollas:
No woman no cry (Bob Marley)
Cry baby (Janis Joplin)
Los chicos no lloran (Miguel Bosé)
Nanas de la cebolla (Joan Manuel Serrat)