Caldo de jamón
Que tiene umami dicen. Que el jamón nos gusta tanto porque tiene umami, comentan los sabios de la cosa. Será eso, pero el caso es que es oir "jamón" y se le alegra la cara a una. En lonchas, cortado a mano, ibérico, serrano o de Teruel. En magras, en croquetas o sorteando verduras. O en caldo, esa pócima mágica que extrae toda la esencia de una buena pata de jamón.
Hemos cocinado caldo de pollo, de pescado, hemos hecho consomé y nos faltaba el caldo de jamón en nuestra lista de básicos. ¿Para qué puedes utilizarlo? Para añadir más sabor a la masa de unas croquetas sustituyendo una parte de leche por caldo, como base para sopas, o para enriquecer estofados, añadiéndolo en lugar de agua.
Son solo tres ejemplos de todo un mundo de utilizaciones de los caldos o fondos en la cocina. Si son hechos en casa mejor que mejor. Puedes hacerlos cuando tengas un momento (ya sabes que luego la crock se encarga de todo), congelarlos e ir sacándolos según los necesites, o establecer una rutina, sobre todo en otoño e invierno, para hacer caldo para toda la semana.
Preparación: 10 minutos
Cocción: 8 horas
Función: ALTA
Raciones: 2 litros aprox
Colador o filtro
1 hueso de jamón entero ( de 850 g aprox)
1 manita de cerdo
2 zanahorias
1 cebolla
1 puerro
Agua
Pela las zanahorias o lávalas y conserva la piel.
Pela la cebolla, limpia el puerro y corta la parte del bulbo y las hojas que estén feas.
Trocea las zanahorias por la mitad y parte el puerro en tres partes.
Coloca el hueso de jamón cortado, la manita de cerdo partida por la mitad y las verduras en el slow cooker. Cubre con el agua y cocina entre 8 y 12 horas en ALTA (depende de lo concentrado que quieras que sea el sabor).
Extrae el caldo con una jeringa de salsear o un cazo y pásalo por un filtro, un colador de tela o un paño de hilo para eliminar impurezas y restos sólidos.
Deja que se enfríe y guárdalo en el frigorífico durante varias horas hasta que la capa de grasa sobrante se endurezca en la superficie. Elimina la grasa y guarda el caldo en frío, congélalo o haz una sopa con él.
Puedes pedir un hueso de jamón en tu charcutería o comprarlo envasado al vacío en tu supermercado habitual. Es conveniente que el hueso sea fresco para que el caldo no tenga sabor rancio.
Utiliza el caldo de jamón para hacer sopas o congélalo porcionado para cuando lo necesites. Si lo guardas en bolsas de cierre hermético ganarás espacio en el congelador.
La manita de cerdo es opcional, aporta sabor y profundidad al caldo. Si no eres del club de amigos de las manitas de cerdo puedes prescindir de ella.