Cuando en la ventana la niebla nos trae ganas de tomar algo caliente y reconstituyente, ¿hay algo mejor que un caldo de pollo? Dejarse entonar por el humo del plato, calentar las manos con las paredes de la taza; sentir como el manjar va entrando en el cuerpo y los colores llegan a tus mejillas.
Invierno, lluvia, calor y paz. La olla de cocción lenta es un buen aliado para hacer caldos, los básicos de cocina que nunca deben faltar en nuestra despensa. Ya sea para hacer sopa casera, o como base para algunos guisos, merece la pena invertir unos minutos y dejar cocinando unas carcasas de pollo, algún hueso y unas verduras.
Las carcasas de pollo se encuentran muy baratas en el mercado, incluso se pueden aprovechar los restos de pollo asado; es sorprendente la sustancia que puede salir de una pieza ya cocinada. Vamos con la receta de caldo de pollo en crock pot, que si no me pongo freno acabaré haciendo una oda interminable a esta deliciosa pócima mágica.
Preparación: 10 minutos
Cocción: 12 horas
Función: BAJA
Raciones: 2 litros
Filtro o colador fino
5 carcasas de pollo
1 cebolla grande
1 zanahoria grande
1 puerro
1 hueso de vacuno
1 corte de hueso de jamón
1 bouquet garní
Pimienta en grano
Coloca las carcasas de pollo en la olla. Para que entren bien, introduce una carcasa dentro de otra, como si estuvieran haciendo una conga gallinácea.
Pela la cebolla y ponla entera en la olla.
Limpia el puerro, elimina la primera capa, trocéalo en tres o cuatro trozos y ponlo en el recipiente del slow cooker.
Pela la zanahoria y ¡a la olla con ella!
Coloca el hueso de jamón y el de vacuno y cubre con agua.
Añade el bouquet garní y unas bolas de pimienta.
Cocina entre 12 y 24 horas en BAJA (depende de lo concentrado que quieras que sea el sabor).
Pasado ese tiempo, cuela el caldo, déjalo enfriar y desgrásalo.
Esta receta de caldo de pollo en crock pot es una base sobre la que puedes hacer tus variaciones. Puedes añadir las hierbas aromáticas que más te gusten: perejil laurel, tomillo, romero, etc., o enriquecerlo con otras hortalizas como el nabo, el apio, etc.
Los huesos de jamón y vacuno le dan más matices al caldo de pollo, no son imprescindibles, así que si no te apetece ponerlos, puedes eliminarlos de la receta.
Para desgrasar el caldo lo mejor es dejarlo reposar en el frigorífico durante unas dos horas (una vez que haya alcanzado la temperatura ambiente), así la grasa se solidificará y podrás apartarla con una espumadera.
Haz sopas con el caldo, utilízalo para enriquecer tus guisos, prueba a poner un poco en la masa de las croquetas. Congélalo en bolsas herméticas (bien cerradas y colocadas en plano para que no ocupen) o en la cubitera (pásalos a una bolsa cuando estén listos. ¡Ten siempre a mano caldo de pollo hecho en casa!