Caldo blanco
El caldo blanco hecho en crock pot son los padres. ¿Qué quiero decir con esto? La cocina lenta hace unos caldos estupendos, de sabor concentrado, en los que la sustancia de los sólidos se extrae en abundancia en las largas horas de cocción. Los tiempos largos dan como resultado un color oscuro que aumenta cuanto más prolongadas sean las cocciones.
En la cocina convencional los caldos hierven, agitando los sólidos y montando una revolución en las cazuelas que da como resultado un caldo turbio y de color claro que es muy apreciado en algunas zonas. En cocción lenta, al no hervir, los sólidos permanecen sin moverse, facilitando caldos cristalinos y de colores dorados como el consomé.
Para obtener un caldo similar al del puchero –en color y sabor– o un caldo blanco en crock pot, hay que cocinar durante un tiempo limitado, no más de 8 horas, y es conveniente ayudarle un poco dando un golpe de turmix una vez colado el caldo, un truco que lo blanqueará, manteniéndose esa tonalidad aunque se conserve varios días en el frigorífico.
Por eso te digo que el caldo blanco en crock pot son los padres, porque hay que tirar de magia y trucos para poder hacer un caldo turbio y de color claro en slow cooker. Otra de las claves para conseguir un caldo claro está en no utilizar carnes rojas ni huesos con muchos restos de esas carnes adheridos, verduras de tonalidades claras, verdes o blancas, evitando hortalizas como las zanahorias, que pueden dar un tinte rojizo al brebaje.
Este caldo se puede usar como tal o servirlo como un potaje, con las hortalizas, la legumbre y la gallina troceados. También se puede servir el caldo como primer plato y los sólidos como segundo, calientes y con un refrito de ajo. Al tener un tiempo de cocción similar al de un cocido, quedan en perfecto estado para comerlos, sin pasarse ni quedar secos o consumidos.
Preparación: 10 minutos
Cocción: 8 horas
Función: ALTA
Raciones: 2 litros
1 puerro
1 nabo grande o dos pequeños
1 chirivía
2 o 3 hojas de repollo enteras
1 ramita de apio
1 patata
150 g de garbanzos
1/4 de gallina
4 huesos blancos de ternera
Pon los garbanzos a remojar entre 8 y 10 horas. Elimina el agua de remojo y pon los garbanzos en el recipiente del slow cooker.
Pela la patata, el nabo y la chirivía. Limpia el puerro de tierra y pártelo en varios trozos. Añade todos los ingredientes a la olla lenta y cubre los sólidos con un dedo de agua.
Cocina durante 8 horas en ALTA.
Cuela el caldo y desgrásalo. Puedes hacerlo tras enfriar el caldo, eliminando la capa de grasa que se habrá formado en la superficie o en caliente, utilizando una jarra desgrasadora.
Si quieres intensificar la claridad del caldo, bátelo con la batidora y tomará un color más claro.
Al tener una cocción de 8 horas, las verduras, los garbanzos y la carne de gallina se pueden aprovechar para servir como un potaje; la gallina se puede usar para rellenar empanadillas y croquetas, y con las hortalizas trituradas puedes hacer un puré o una crema de verduras.
El repollo puede resultar fuerte para algunos paladares –a mí me encanta–, por eso solo pongo dos o tres hojas en el caldo. Adapta la cantidad a tus gustos, este caldo blanco en crock pot se puede adaptar a tus gustos, añadiendo ingredientes siempre que sean de colores blanquecinos.
El sabor y la tonalidad de los caldos cocinados en olla lenta dependen del tiempo de cocción: cuanto mayor sea, más intenso será el sabor y más dorado y oscuro será su color. Tenlo en cuenta cuando hagas tus caldos caseros en slow cooker para poder adaptarlos a tus gustos.
Las cantidades de esta receta están recomendadas para un slow cooker de entre 6,5 u 8 litros de capacidad.