Alitas de pollo barbacoa
Comer con los dedos con una pila de servilletas de papel cerca. Chuparse las falanges y relamerse las comisuras de la boca. De vez en cuando apetece salirse de madre y comer en plan troglodita, sin convenciones. Las alitas de pollo barbacoa son una de esas comidas en las que es mejor dejar el tenedor para los postres, si procede, y prepararse a tenacear como bellacos.
Las alitas de pollo barbacoa, chicken wings o Buffalo wings, tienen su origen en Estados Unidos, aunque no hay una única historia sobre su creación. Parece que en el Anchor Bar de Buffalo sucedió algo en la década de los 60 que hizo que las alitas se convirtieran en un plato imprescindible.
Pudo ser que sencillamente su dueña, Teressa, quisiera ofrecer un snack para acompañar las bebidas que rodaban por la barra (ya se sabe, comida llama a bebida y viceversa), o que unos clientes imprevistos pidieran algo para cenar y tirara del excedente de alitas que tenía muertas de risa en la despensa.
También pudo ser debido a un error, ya sabes: -que te he pedido patas y me has traído alas, mameluco, a ver qué hago yo con tantas wings-. Y luego está John Young, un señor de Alabama que tenía un bar en Buffalo y le dio por cocinar alitas con salsa Mambo a porrillo.
Mientras el Anchor Bar y el John Young's Wings 'n Things, los reyes de las alitas, se citan a la salida para batirse en duelo, yo llevo un rato limpiando el teclado de salsa barbacoa, ya perdonarás, pero no puedo parar ni para escribir la receta. La carne tierna y suave de las alitas barbacoa se desprende de los huesos, la salsa acompaña con garbo. Tienes que probarlas.
Preparación: 20 minutos
Cocción: 3 horas
Función: ALTA
Raciones: 4
1 kg de alitas de pollo de corral
300 ml de salsa barbacoa. Puedes usar una salsa ya elaborada de una marca a tu gusto (o hacerla con nuestra receta de Crockpotting BBQ Sauce)
Sal
Seca las alitas de pollo y elimina los restos de plumas al fuego o con un soplete de cocina.
Si usas el soplete, quema ligeramente la piel.
Pon la salsa barbacoa en el slow cooker.
Sala las alitas ligeramente y ponlas en la olla de cocción lenta. Deben quedar cubiertas e impregnadas con la salsa.
Cocina las alitas de pollo barbacoa durante tres horas en ALTA.
Si al terminar la cocción te parece que la salsa está muy líquida, cocina media hora más sin la tapa para que se evapore.
Las alitas de pollo barbacoa salen mejor si partimos de una cocción en frío. Las pruebas que he hecho partiendo de una salsa recién elaborada muy caliente no han dado buenos frutos, las alitas quedaban rígidas y costaba mucho conseguir el punto de ternura que las hace irresistibles.
Merece la pena que cocines tu propia salsa barbacoa, pero si andas mal de tiempo, te da pereza o tienes una salsa BBQ flipante en el armario esperando a que le des caña, puedes utilizarla ya elaborada.