Albóndigas Nuria
El recuerdo de una salsa de la infancia es el origen de esta receta. Para gente forofa de la zanahoria y albondiguera hasta la saciedad. Se recomienda comprar pan y rebañar con ganas.
Nuria tenía el recuerdo muy vivo de una salsa de zanahoria que hacía su abuela. Hace un tiempo me pidió que la hiciera, pero me dio pocas pistas. Solo recordaba su color, el sabor, la zanahoria como ingrediente principal y las bolitas de pimienta flotando en una locura de indicaciones imprecisas.
Le prometí que, si afinaba más con los ingredientes, probaría la receta e intentaría componer un plato que se acercara a la salsa de su abuela. Al cabo de un tiempo, con las pilas puestas y tras un sondeo a parte de la familia, me dio todos los datos como quien entrega un microfilm a su jefe de espionaje. Misión cumplida.
Este proceso no fue visto y no visto. Tuve una nota en el calendario editorial durante meses titulada “Albóndigas Nuria”, así que esta receta no podía llamarse de ninguna otra manera. Aquí están.
La base sobre la que empecé a trabajar es esta: cebolla y zanahoria, bolitas de pimienta y un triturado tosco para que haya mordisco, se noten los trocitos de pimienta y no se convierta en un puré. Perejil para dar sabor y color, y albóndigas para que corra la proteína con alegría.
La importancia de picar
En esta receta es importante cocinar la zanahoria previamente procesada o troceada en un robot de cocina o una picadora. Así tendrá menor tamaño y se cocinará mejor y a la vez que la cebolla. Una vez que las hortalizas picadas estén tiernas, basta con dar unos golpes de batidora para triturar ligeramente y no por completo.
La cosa de la pimienta
El toque de la pimienta a mí me ha gustado mucho. Entiendo que no es para todos los paladares. Pero, si admites el picante, no la evites: es un festival encontrar trocitos al masticar.
He utilizado tres pimientas distintas: roja, blanca y negra. Usa la que tengas en tu despensa y uses habitualmente. Siempre en grano, nunca molida.
Las albóndigas
La mezcla de carne es la clásica con huevo, miga remojada en leche, perejil y nuez moscada. Es una receta sin complicaciones y con ingredientes sencillos que permite cambiar el recetario albondiguero, porque no siempre las vas a querer con tomate o a la jardinera.
Puedes usar carne de cerdo o de ternera, pero yo siempre escojo una mezcla de ambas, me resulta más suave y tierna gracias a la grasa de la picada de cerdo.
No temas cocinar las albóndigas en el slow cooker directamente sobre la salsa, ni colocarlas en dos capas si es necesario. Se cocinarán bien y quedarán enteras si la masa está bien hecha, están compactadas y la miga bien escurrida.
Preparación: 20 minutos
Cocción: 5 horas 30 minutos
Función: ALTA
Raciones: 4
Batidora trituradora
Robot o picadora
5 zanahorias (aprox 400 g)
1 cebolla fresca
4 dientes de ajo
50 ml de aceite
Bolitas de pimienta (roja, blanca o negra o una mezcla de varias)
50 g de miga de pan del día
Leche
800 g de carne picada mixta
Perejil fresco
1 huevo
Pimienta
Nuez moscada
Sal
Pela las zanahorias, córtalas en rodajas gruesas y pícalas en un robot de cocina.
Corta la cebolla y 3 dientes de ajo en trozos pequeños.
Pon 50 ml de aceite en slow cooker, añade las hortalizas picadas, varias bolas de pimienta –a tu gusto– y sal. Cocina durante 4 horas en ALTA. La zanahoria debe estar blanda.
Añade poco a poco 250 ml de agua caliente1, mete el brazo de la batidora en el slow cooker y tritura ligeramente, colocándolo sobre varias zonas y dando un golpe de botón cada vez. La idea es que no se forme un puré, sino que se noten trozos de cebolla y zanahoria y que quede cremoso, como una salsa con tropezones. Prueba y rectifica el punto de sal. No apagues el slow cooker porque cocinarás las albondigas en la salsa.
Remoja la miga de pan con la leche hasta que se empape por completo.
En un bol, mezcla la carne con 1 cucharada de perejil picado, el pan muy bien escurrido, un huevo, un diente de ajo triturado, pimienta, nuez moscada y sal.
Cuando tengas una masa homogénea, haz bolas de igual tamaño.
Colócalas sobre la salsa de zanahoria recién hecha y cocina durante 1 hora 30 minutos o hasta que las albóndigas estén a tu gusto.
Añade 2 cucharadas de perejil recién picado y mueve el slow cooker para que los jugos de la carne se unan a la salsa.
Ajusta la textura de la salsa añadiendo un poco más de agua si fuera necesario. Prueba y rectifica el punto de sal.
Si te gustan las salsas de vino, puedes usar un poco de vino blanco para hidratar la salsa antes de triturarla. Te recomiendo que lo hiervas antes para que pierda fuerza. Puedes poner un vaso (100 ml) y descontar esta cantidad del agua añadida.
Al usar agua caliente, se evita que el recipiente pueda sufrir por la diferencia de temperatura. Puedes usar un hervidor de agua si lo tienes.