A veces, cuando hablo de recetas de mar y montaña, hay quien arruga la nariz y pregunta, ¿pero eso está bueno? No saben lo que se están perdiendo, pienso yo, mientras contesto con contención. Hace unos años, en la Vinoteca de Abadía Retuerta Le Domaine, cené una sepia con morcilla que estaba para llorar de gusto.
Pero, ¿eso estaba bueno?, puede que te preguntes. Más que bueno, no hay más que decir. Las albóndigas con sepia son un plato clásico de la cocina catalana –mandonguilles amb sipia– que se prepara con carne de vacuno, con la que se hacen las albóndigas, y sepia –también conocida como jibia, choco o cachón– que se añade troceada y se cocinan en una salsa a base de tomate y almendra machacada.
Como el tiempo de cocción es largo, escoge una carne de ternera o vacuno que no sea demasiado magra, como la falda, el rabillo o el morcillo. Y compra la sepia el mismo día que vayas a cocinar esta receta: cuanto más fresca sea, mejor resultado obtendrás. Si te estás preguntando si puedes hacer las albóndigas con sepia con antelación, la respuesta es sí, pero ten la precaución de recalentarlas con suavidad para que no se sequen, y compensa la textura de la salsa añadiendo un poco de agua –poco es poco– cuando las calientes.
Preparación: 40 minutos
Cocción: 6 horas
Función: BAJA
Raciones: 6
Mortero o robot de cocina para triturar
1 sepia de 500 g troceada
Para la masa de albóndigas
600 g de carne de ternera picada
50 g de miga de pan
Leche
Perejil fresco picado
1 huevo
Sal
Pimienta negra
Para la salsa
1 cebolla
50 g de almendra cruda sin piel
400 ml de pulpa de tomate o tomate triturado
100 ml de vino blanco
Perejil
Aceite de oliva virgen extra
2 dientes de ajo
Sal
Moja la miga de pan en leche hasta que quede completamente empapada. Escurre el exceso de leche.
Coloca la miga remojada con la carne picada, el huevo, sal, pimienta negra recién molida y una cucharada de perejil fresco, y mezcla hasta obtener una masa homogénea.
Forma bolas de tamaño similar y reserva.
Machaca las las almendras en un mortero o tritúralas con un robot de cocina. Reserva.
Pica la cebolla muy fina y saltéala en una sartén a fuego vivo con una cucharada de aceite de oliva durante 2 minutos.
Añade la almendra, una cucharada de perejil fresco picado, los ajos troceados, sal y pimienta a la sartén, y cocina durante 5 minutos.
Incorpora el vino blanco, deja que evapore durante un minuto, agrega el tomate y mezcla.
Coloca las albóndigas en el slow cooker y vierte el contenido de la sartén encima.
Salpimienta y saltea la sepia troceada en una sartén con un poco de aceite de oliva a fuego fuerte durante dos minutos. Vierte la sepia y el jugo que haya soltado sobre las albóndigas.
Mueve el slow cooker para que se mezcle todo el contenido y cocina entre 6 y 7 horas en BAJA. Comprueba el punto de la carne y la sepia pasadas 6 horas. Las albóndigas y la sepia deben estar tiernas. Si la sepia aun está dura, cocina durante una hora más.
Cuando hagas la mezcla de carne picada, es conveniente que la carne esté muy fría, recién salida del frigorífico. Así evitarás tener que refrigerarla para amasar las bolas, que quedarán firmes y bien formadas.
Huye de los preparados de carne picada que se venden en los supermercados. Escoge una pieza de carne con algo de grasa y pide que te la piquen en la carnicería, lo notarás en el resultado final.