Ajos confitados
La furia confitadora golpea de nuevo con esta receta de ajos confitados. ¿Para qué podemos querer tener un bote de ajos confitados en nuestro frigorífico? Es una buena manera de aprovechar esas cabezas de ajo que tememos que se pongan malas si las guardamos demasiado tiempo: confitándolos suavemente y conservándolos en el aceite, podremos tenerlos listos para poder usarlos en algunos guisos enteros, troceados o picados. La cocción rebaja el sabor del ajo.
Si, como Vitoria Beckham, tienes problemas con el sabor y el olor del Allium sativum, puedes volver a enamorarte del ajo sin miedo al aliento de dragón usándolo confitado. En esta receta, no solo es importante el ajo, el aceite que resulta también tiene su aquel. ¿Imaginas poder utilizar un aceite ya aromatizado en tus guisos? Pelar ajos tiene su ciencia, y puede ser un rollo importante si se pelan 4 cabezas de ajo a la manera tradicional.
Yo he utilizado un truco: meterlos en un bote cerrado y agitar hasta que la piel se suelta. A veces no lo hace por completo y hay que insistir, pero de todos modos, se suelta lo suficiente para que el pelado sea mucho menos complicado. El truco funciona mejor con un bote pequeño (de 500 ml): al principio lo hice en un bote grande (1 litro) y se pelaban bastante mal. Imagino que la gracia está en que haya fricción, y eso se consigue mejor con un bote más pequeño.
Preparación: 10 minutos
Cocción: 1 horas
Función: ALTA
Raciones: 1 frasco de 300 ml aprox
4 cabezas de ajo grandes
Aceite de oliva virgen extra
Separa los ajos de la cabeza y pélalos.
Coloca los ajos en el recipiente del slow cooker y cúbrelos con aceite de oliva virgen extra.
Pon la tapa y cocina durante 1 hora en ALTA. Si quieres que estén más cocinados, prolonga la cocción durante un tiempo más con el recipiente destapado.
Deja enfriar sin sacarlos del recipiente y coloca los ajos en un bote de vidrio completamente cubiertos por el aceite.
Conserva los ajos confitados con su aceite en frío.
El tiempo es orientativo y es recomendable no pasarse demasiado, porque corres el riesgo de que los ajos se cocinen por completo y se conviertan en crema de ajo. A mí me pasó la primera vez que los hice y ahora tengo un frasco llenito de crema; si eres fan de la crema de ajos, no será un problema, pero si no quieres malgastar cuatro cabezas de ajo, controla el tiempo, adáptalo al punto de cocción que quieras conseguir y ten en cuenta que el ajo debe estar terso y blanco tras la cocción.
Utiliza aceite de oliva virgen extra, ganarás en sabor y podrás reutilizar el aceite aromatizado en guisos, salteados y otras preparaciones de cocina.