La publicidad nos ha metido en el cerebro la máxima de que la pechuga de pavo es lo más sano del universo y va a ser que –al menos la procesada industrialmente– no. En este vídeo de El Comidista, el nutricionista Aitor Sánchez lo cuenta todo sobre este engaño de la industria alimentaria, tirando de la manta de todas las tretas que se usan para que caigamos en la trampa.
Si se te han quitado las ganas de comprar envases de lonchas de pavo procesado pero no quieres renunciar a esta proteína en tus desayunos, meriendas o tentempiés, la buena noticia es que puedes cocinar fiambre de pechuga de pavo en tu casa evitando conservantes, excesos de sal y cualquier ingrediente no deseado.
Es cierto que la pechuga de pavo que propongo en esta receta no se parece en nada a la industrial –como el pan bueno y el gasolipán–, y tiene un sabor diferente –a pavo, curiosamente– al que hay que acostumbrarse. La pechuga se deja en salmuera un tiempo para favorecer un reparto uniforme la sal y mejorar la textura de la carne, evitando que el pavo pierda líquidos.
Por eso no recomiendo saltar este paso si tienes sal suficiente en casa. En cuanto a las hierbas aromáticas, puedes usar hierbas secas, mezcla de finas hierbas o cualquiera que sea de tu gusto. También puedes impregnar la pechuga con mezclas de especias como curry, ras el hanout y similares, así podrás variar cada vez el carácter de tu fiambre de pavo.
Preparación: 15 minutos
Cocción: 65º con termómetro de sonda
Función: ALTA
Raciones: 8
Termómetro de sonda
1 pechuga de pavo grande de 1 kg aproximadamente
Hierbas aromáticas
Pimienta negra
Para la salmuera
1,5 litros de agua
150 g de sal
Pide en la pollería que te pongan la pechuga entera en una malla.
Mezcla el agua con la sal hasta que se disuelva por completo.
Pon la pechuga en un recipiente estrecho o una bolsa con cierre de zip. Cubre con la salmuera y deja que repose durante 20 minutos.
Saca la pechuga de la salmuera y sécala.
Espolvorea la pechuga con hierbas aromáticas y pimienta negra.
Coloca la pechuga en el slow cooker. Si quieres separarla del fondo, ponla sobre una vaporera extensible.
Pincha el termómetro de sonda en el corazón de la pechuga y programa 65º de temperatura límite.
Cocina en ALTA, aunque, como el final de la cocción depende de la temperatura que alcance el interior de la carne –algo que marca el termómetro de sonda– puedes usar BAJA si deseas desatender la cocción durante más tiempo.
Cuando el termómetro empiece a sonar, saca la pieza del slow cooker y deja que se temple.
Corta la malla y retírala.
Envuelve la pechuga con film de cocina y deja enfriar durante un día antes de cortar en lonchas finas.
Para dar con el punto exacto de ternura de la carne, es necesario utilizar un termómetro de sonda. Si dejamos que solo sea el tiempo el que marque la receta, puede pasar que, en función de la potencia de la olla lenta u otras variables, la carne salga muy poco hecha o demasiado pasada y seca.
Utiliza un cuchillo muy afilado o una cortadora eléctrica para filetear la pechuga en lonchas finas.