Bizcocho de cerveza
A veces tienes poca fe en cómo saldrá una receta y recibes una bofetada de placer en todos los morros al probarla. Esto fue lo que me pasó con este bizcocho de cerveza: no tenía claro ni el sabor ni la textura que resultaría y ambos me sorprendieron. Utilicé una cerveza normal, rubia, con un sabor poco acusado para que el bizcocho no supiera demasiado a cerveza.
Fue un esfuerzo, porque me gustan mucho las cervezas tostadas con sabores profundos. Tengo que probar a hacerlo así, seguro que sale un bizcocho muy cañero. Y la textura, ¡ay la textura! El gas de la cerveza, las claras montadas y el poderío del impulsor hicieron que este bizcocho subiera de lo lindo, con un bocado muy suave y delicado.
Es uno de los bizcochos crockpoteros que más me han gustado y sorprendido. Puede servir como receta de aprovechamiento para cuando abras una botella grande de cerveza y te quede un poco, o para esos botellines que quedan en el frigorífico y nunca llegas a consumir. Esto pasa, que no todo el mundo es cervecero y a veces quedan algunas que los invitados no se han bebido. Si no quieres que sigan dando vueltas, bizcocho al canto.
Este bizcocho de cerveza está buenísimo tal cual, pero admite recubrimientos variados: un simple azúcar glass espolvoreado, un glaseado de azúcar como el de este carrot cake, o un frosting de queso fresco como el de la tarta de zanahoria. Puedes echarle imaginación y usarlo como base para montar una tarta. ¡Abre una cerveza y ponte a hacer la masa!
Preparación: 40 minutos
Cocción: 2 horas
Función: ALTA
Raciones: 6
4 huevos
200 g de azúcar
200 ml de cerveza
75 ml de aceite de oliva o girasol
300 g de harina de repostería
10 g de levadura química o impulsor
1 pizca de sal
Espray desmoldante o mantequilla a temperatura ambiente
Precalienta el slow cooker en ALTA mientras preparas la masa o durante una hora antes de cocinar el bizcocho.
Separa las yemas de las claras. Bate las yemas con el azúcar con ayuda de una batidora de varillas eléctrica hasta que se forme una crema espesa y cambie a un color blanquecino.
Incorpora la cerveza mientras bates hasta que quede completamente mezclada.
Tamiza la harina y añádela a la masa junto con la levadura y la sal mezclando poco a poco con una espátula.
Monta las claras a punto de nieve y añádelas a la masa mezclando con suavidad.
Agrega el aceite y mezcla hasta que quede bien integrado.
Prepara un molde impregnado con spray desmoldante o mantequilla a temperatura ambiente.
Vierte la masa en el molde y colócalo en el slow cooker. Pon un paño encima, coloca la tapa y cocina durante 2 horas en ALTA.
Pasada 1 hora y media, pincha el bizcocho con un palillo o brocheta: si sale limpio estará hecho; si sale húmedo, cocina durante 30 minutos más o hasta que esté listo.
Este bizcocho está hecho en un molde metálico de 23 cm dentro de un slow cooker de 8 litros de capacidad. Este bizcocho de cerveza sube mucho y resulta muy esponjoso gracias a las claras montadas, a la cerveza y el impulsor. Tenlo en cuenta a la hora de llenar el molde y deja un buen margen para evitar que se desborde. Si te sobra algo de masa, resérvala y cocínala en un molde pequeño o en tarritos de vidrio aptos para horno tras cocinar el bizcocho principal.
Utiliza un aceite de sabor suave para que no predomine su sabor. Puedes usar aceite de oliva virgen extra siempre que no tenga un sabor muy fuerte, o escoger un aceite de girasol si habitualmente cocinas con él.