Huevos, leche y azúcar, tres ingredientes básicos que no faltan en la despensa y que nos apañan un postre de toda la vida de esos que gustan a casi todo el mundo. Las natillas son muy fáciles de hacer, pero hay que tener cuidado extremo con la temperatura, ya que si pasa de 68º se pueden cortar, y no hay cosa más triste que una masa cortada diciendo adiós con la manita, despidiéndose de ti, de tu familia, de tu cocina.
Cocinar las natillas en la Crock Pot permite llegar lentamente al punto de cuajado, pudiendo descuidarlas al principio y atenderlas sin agobios al final. Unos toques de varilla, un reposo en la nevera y al día siguiente tendremos un postre de los de coronar con una galleta o espolvorear con canela, vamos, un clásico de toda la vida.
Dedicando un poco de tiempo a esta receta de natillas en Crock Pot puedes olvidarte de esas natillas industriales clónicas, caras y de composición dudosa, que se encuentran por ahí. ¿Eres de los que aún piensan que no se pueden hacer postres en la Crock Pot? ¡Ponte el mandil y deja que la cosa se caliente!
- 750ml de leche entera
- 4 huevos
- 150g de azúcar
- Una pizca de azúcar vainillado
- Corteza de naranja (opcional)
- Pon la leche, el azúcar vainillado y la corteza de naranja a calentar en ALTA.
- En un bol bate los huevos con el azúcar hasta que quede muy bien mezclado.
- Añade la mezcla de huevo y azúcar a la leche al hilo (no lo hagas de golpe, deja que vaya cayendo poco a poco) sin dejar de batir durante el proceso.
- Pon la tapa y deja que vaya tomando temperatura.
- A partir de la primera hora, remueve con una varilla de vez en cuando. A medida que vaya espesando vigila y remueve con suavidad.
- Las natillas irán espesando a medida que se vayan calentando. Cuando lleguen a los 68º (aproximadamente a las dos horas y media de cocción) estarán hechas. Si no tienes un termómetro para controlar la temperatura, utiliza el ojímetro. Cuando las natillas estén espesas, apaga la Crock Pot y saca la olla de la carcasa. Pasa las natillas a los cuencos de servir, deja que se enfríen a temperatura ambiente y guárdalos en frío.
Las natillas estarán más ricas si las haces de víspera y dejas que reposen en el frigorífico.
Sírvelas como más te guste, con una galleta encima, con canela o azúcar quemado.