Tengo que confesar mi absoluto amor por las lentejas repeladas. Aunque no son algo habitual en nuestras despensas –deberían serlo– se pueden encontrar en los supermercados a poco que busquemos con la mirada más allá de lo que queda a la altura del ojo. Las lentejas repeladas amarillas son fáciles de encontrar y con ellas se pueden hacer purés de legumbre sin depender del remojo ni liarse con cocciones eternas.
Lo mismo vale para las lentejas rojas o lentejas coral, con las que se pueden hacer cremas, purés y maravillas como un dahl especiado. No son tan comunes en los mercados, pero ahora que las ventas a granel se están poniendo de moda de nuevo, ya se empiezan a ver con más normalidad.
En esta receta se une el sabor de las lentejas con la suavidad y el punto dulce de la batata, para crear una crema delicada con un toque de curry. La leche de coco amalgama el asunto al final y le da aún más caráter, aunque si eres de los cocofóbicos que no la quieren ver ni en pintura, puedes añadir un poco de leche entera para sustituirla.
Cómo hacer crema de lentejas rojas y batata en slow cooker
- 400 g de batata
- 200 g de lentejas rojas
- 1 cebolla
- 150 ml de leche de coco
- ¼ cucharadita de jengibre
- 1 cucharadita de curry
- Pimienta negra recién molida
- Sal
- Mantequilla
- Hojas de salvia, albahaca u otras
- Pela la batata y córtala en dados pequeños.
- Pica la cebolla muy finamente.
- Coloca las lentejas, la batata y la cebolla en la olla. Cubre con agua 3 dedos por encima de los sólidos. Añade el jengibre, el curry y un poco de sal.
- Cocina durante 4 horas en ALTA.
- Incorpora la leche de coco y tritura con una batidora de brazo.
- Prueba el punto de sal y especias. Rectifica de sal, curry y/o jengibre según tu gusto.
- Sirve caliente con unas hojas de salvia o albahaca fritas en mantequilla (te cuento cómo hacerlas en recomendaciones).
Es importante añadir la leche de coco al final, una vez que las lentejas están cocidas, y dejar que la crema se caliente cuando ya esté triturada y rectificada de sal.
Las lentejas rojas son muy peculiares y carecen de piel. Por ello no necesitan remojo y tienen un tiempo de cocción corto. Son ideales para hacer purés de legumbre.