Hace años, más allá de Cataluña apenas se conocían los calçots. Desde hace un tiempo, podemos encontrarlos con bastante facilidad en temporada sin dar demasiadas vueltas: tengo localizados dos hipermercados en los que se pueden comprar en temporada, uno a apenas un kilómetro de casa. Lo que me resulta más complicado es poder hacerlos a la manera tradicional: asados en una brasa de sarmientos o redoltes de ceps, para que salgan bien negros por fuera y tiernos y jugosos por dentro.
Para los que no tenemos un terreno en el que hacer hogueras o plantar una barbacoa, el slow cooker nos da la oportunidad de hacer calçots confitados en aceite de oliva. No es ni de lejos lo mismo, pero nos alegra el ojo y las papilas, porque están muy buenos y podemos pasarlos por el diente bien untados en salsa romesco.
Y, ¿qué diantres es el calçot?, te preguntarás si no has visto uno en la vida. Es una cebolla blanca alargada que se vende en manojos tal cual se saca de la tierra. La temporada es corta, va de finales de enero a principios de primavera, que es cuando se preparan las calçotadas y se pueden encontrar en el mercado. En este enlace puedes encontrar más información sobre los calçots, y aquí puedes ver cómo se preparan de la manera tradicional.
Cómo hacer calçots confitados en slow cooker
- 12 piezas de calçots
- Aceite de oliva virgen extra
- Salsa romesco para acompañar
- Corta la base de los calçots y saca varias capas hasta que quede a la vista una superficie limpia y tierna. Pasa un paño húmedo por cada pieza para eliminar la tierra que pueda quedar y sécalas.
- Elimina la parte superior más verde y corta cada calçot en dos trozos.
- Coloca los calçots en el slow cooker, añade aceite de oliva hasta cubrir la mitad de la verdura y cocina durante 1 hora y media en ALTA con la tapa puesta.
- Pasado ese tiempo, el aceite deberá estar burbujeando. Destapa y cocina durante 1 hora y media más o hasta que los calçots estén tiernos.
- Sírvelos calientes y escurridos acompañados de salsa romesco.
Puedes innovar y comer los calçots con la salsa o acompañamiento que desees, pero la salsa romesco es la que tradicionalmente los acompaña en la mesa. Te dejo la receta auténtica de la salsa de calçots de Valls para que la hagas si no la encuentras envasada.
Los calçots confitados se pueden cocinar de un día para otro, conservándolos en el frigorífico cubiertos con el aceite del confitado.
Aprovecha el aceite que quede para confitar otras verduras o para cocinar: con el sabor a cebolla que lleva el aceite, tus guisos tendrán mucha más sustancia y un jenesaisquoi.